Carrasco celebra su gol contra el Valencia / Reuters

Carrasco celebra su gol contra el Valencia / Reuters

Fútbol Atlético de Madrid

Ferreira Carrasco ya eclipsa la sombra de Arda Turan

El belga marcó el segundo gol contra el Valencia (2-1) y se marchó ovacionado del Vicente Calderón. Lleva dos tantos esta temporada.

26 octubre, 2015 18:31

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Lo normal es mirar a Griezmann. De hecho, si no lo hacen, deberían. O quizás podrían fijarse en Jackson Martínez, aunque sea para ver que su progresión es la adecuada. Incluso, no extrañaría a nadie que pusieran sus ojos sobre el cogote de Correa, talento con estrella camino del firmamento. Sin embargo, si son observadores, el hombre es Carrasco. Un tipo espigado, de padre portugués y madre sevillana, pero criado futbolísticamente en el Genk. El autor del segundo tanto contra el Valencia, un cañonazo pegado al palo de esos que cortan la hierba, la acarician con cuidado y dejan el balón entre las redes durmiendo la mona. Un fino estilista que se mueve por la banda, pero que busca la frontal del área para armar la pierna y disparar. Rápido, con talento y técnica. Es decir, todo un pieza con el balón en los pies.

Yannick Ferreira Carrasco se rapa los lados de la cabeza y deja que el flequillo elija la dirección, tal como dicta la moda. O simplemente, como hacen los jugadores de 22 años, los de su edad. O sea, lo normal. Él está recién llegado después de ascender con el Mónaco, marcar 20 goles en 103 partidos y convertirse en un referente. Ahora, en el Atleti, su papel ha menguado, pero su progresión viaja en tren bala. Poquito a poco y sin prisa. Así se lo prometió en verano, cuando el club no pudo hacer frente al fichaje de Gaitán y lo llamó a él para encabezar un movimiento que sustituyera al #Ardaturanismo, religión tan efectiva en lo futbolístico como en lo sentimental.

El ‘marrón’, finalmente, no lo tuvo que asumir de golpe. Correa le ganó la partida en un principio. Sin embargo, en estos dos últimos partidos (Astana y Valencia) le ha tocado al belga cubrir el hueco dejado por el turco. Y lo ha hecho sin dilaciones, jugando en vertical, como le pide su alma; tirando diagonales, como dicta el manual de Simeone; y, definitivamente, enamorando al Calderón, que lo ovacionó contra el Valencia como quien ve crecer el talento entre la hierba. “Va progresando poco a poco…”, confesaba Simeone hace un par de semanas. Eso, hasta que ha explotado definitivamente –dicho de paso, tras avisar en los encuentros previos–.

Carrasco podrá ser muchas cosas a partir de ahora, pero condiciones tiene para llegar donde quiera. Hasta la fecha, ha jugado siete partidos y anotado dos goles en Liga, confirmándose no sólo como un relevo fiable, sino también como un titular de garantías. Siempre rindiendo a gran nivel y, contra el Valencia, superlativamente. Con esa carrera endiablada desde el centro del campo y ese disparo ajustado que dictó sentencia. Él, recambio de circunstancias de Gaitán y sustituto de Arda, ha conseguido borrar de un golpe todo el pasado glorioso de los que pudieron venir y los que se fueron.

A sus 22 años, Carrasco comparte tiempo con la generación más talentosa del fútbol belga: Januzaj, Hazard, Lukaku, Courtois… Es, quizás, el último eslabón de un combinado nacional llamado a hacer grandes cosas. No obstante, ya lo está demostrando en Madrid. Partiendo desde la banda, con una derecha prodigiosa, pero buen manejo de la zurda. Es elegante en la conducción, sobresaliente en lo técnico y un puñal para las transiciones rápidas. Su juego es ideal para el Atlético porque conjuga la rapidez con el control de la pelota y el pase en corto. En resumen, una perla a la que cuidar y dar mimos.