
Jalen Brunson penetra a canasta defendido por Jrue Holiday. Reuters
Nueva York recupera su orgullo: los Knicks eliminan al campeón de la NBA y vuelven a las finales del Este 25 años después
La histórica franquicia rompe con su maldición deportiva tras vapulear a los Boston Celtics (4-2) y reeditará la final de Conferencia del año 2000 contra los Indiana Pacers.
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La NBA vive un momento de igualdad máxima. En los últimos seis años, ha habido seis campeones diferentes, y dentro de unas semanas, serán siete. Los Boston Celtics han caído con estrépito (4-2) ante unos New York Knicks que jugarán su primera final de Conferencia en 25 años.
El núcleo de jugadores capitaneados por el malhumorado pero metódico entrenador Tom Thibodeau se ha propuesto cambiar la historia y lucharán contra los Indiana Pacers, que también han dado la campanada al eliminar al otro gran favorito del Este, los Cleveland Cavaliers.
Tras varios proyectos fallidos, los neoyorquinos se sacuden del estigma de equipo loser que les ha acompañado históricamente. Con un valor de 6.600 millones de dólares (6.100 millones de euros), según Forbes, los Knicks son una de las franquicias deportivas más valiosas del mundo, pero después de 51 años sin ganar el título de la NBA, se puede concluir que su rendimiento económico y comercial nunca ha ido a la par.
Curiosamente, la última vez que Nueva York llegó tan lejos en Playoffs, sus rivales también fueron los Indiana Pacers. Es más: las últimas tres finales de Conferencia Este, tuvieron a los Pacers como rivales en lo que ya constituye una rivalidad clásica.
En 1994 y 1999, los Knicks se impusieron a sus rivales, pero en el 2000 cayeron ante los de Indianápolis, entonces capitaneados por Reggie Miller y posteriormente derrotados por los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O'Neal en las Finales.
Giro a la historia
En 15 de las últimas 25 temporadas, los Knicks no han logrado clasificarse para los Playoffs. Una racha muy dura para una franquicia que, entre 1987 y 2001, disputó la fase final del campeonato de forma ininterrumpida y cuyos dos campeonatos (1970 y 1973) ya quedan muy lejos.
Se podría quitar mérito al hito de Nueva York ante Boston, vigente campeón y favorito al anillo hasta este sábado, esgrimiendo que la principal estrella de los Celtics, Jayson Tatum, se rompió el tendón de aquiles en el cuarto partido de la serie.
Pero lo cierto es que los Knicks están cambiando su historia desde la llegada del base Jalen Brunson. En su día compañero de Luka Doncic en los Dallas Mavericks, la franquicia texana centró su proyecto en el esloveno y no apostó por él.
Ha encontrado su lugar en el mundo en el Madison Square Garden, donde se ha erigido como uno de los mejores bases de la competición y ha sido designado como el mejor jugador en el clutch. Es decir, el jugador al que menos le tiembla el pulso en los finales de partido apretados.
Así lo ha demostrado ante los Celtics, con canastas ganadoras en el TD Garden de Boston que permitieron a los suyos remontar 20 puntos en los dos primeros partidos de la serie.
El año pasado, los Knicks cayeron en semifinales de Conferencia ante los Indiana Pacers, precisamente, aunque jugaron la serie muy mermados por las lesiones. Este año, buscarán su revancha con un quinteto renovado.
En verano, los Knicks decidieron revolucionar su proyecto, hasta entonces basado en un juego coral, una defensa muy dura de roer y el trabajo en equipo, para apostar por jugadores más talentosos.
Comenzaron el año con una especie de crisis de identidad, pero acabaron terceros en el Este en la temporada regular con un balance de 51 victorias y 31 derrotas. Este resultado les da la ventaja de campo frente a los Pacers.
Se marcharon el ala-pívot Julius Randle o el base Dante DiVinzenzo y llegaron jugadores contrastados como Karl Anthony Towns o Mikal Bridges, ahora escuderos de Brunson.
Indiana Pacers será un rival duro, como han demostrado tras destrozar al que era el gran favorito a alcanzar las finales junto a Boston Celtics, los Cavaliers, pero es innegable que Nueva York está ante una oportunidad histórica para romper con su maldición deportiva.
Durante años, grandes jugadores y entrenadores han desfilado por el Madison Square Garden para acabar fracasando, sea por lesiones, decisiones contractuales ilógicas o traspasos suicidas.
El domingo, el ahora gran favorito al título, los Oklahoma City Thunder, se juegan la vida en el game 7 ante los Denver Nuggets. De caer eliminados, todos los favoritos al título estarían fuera de Playoff y la lucha por el título estaría totalmente abierta.
Las señales de que este podría ser el año se acumulan, aunque en las calles de Nueva York se ha escuchado eso tantas veces para acabar mordiendo el polvo, que los aficionados harían bien en ser prudentes. O quizás no, porque estos Knicks no solo compiten contra sus rivales, sino contra la historia.