Jugadoras de la selección española de futbol sala femenino

Jugadoras de la selección española de futbol sala femenino

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El fútbol sala femenino logra su eterna reivindicación: el primer Mundial de la FIFA acabará con una brecha de género dolorosa

España llega como favorita a una cita que marca el reconocimiento institucional tras décadas de olvido al fútbol sala practicado por mujeres.

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El fútbol sala femenino vivirá esta semana un momento histórico. Del 21 de noviembre al 7 de diciembre, Filipinas acogerá el primer Mundial organizado por la FIFA.

Se trata de un hito largamente esperado que pone fin a una desigualdad que ha marcado el desarrollo de este deporte durante décadas.

Por primera vez, dieciséis selecciones competirán por un título mundial oficial, sellando con justicia la lucha de miles de jugadoras que han alzado la voz durante años por el reconocimiento que merecen.

España, tricampeona de Europa, aterriza en el torneo como la gran favorita. Pero más allá de lo deportivo, esta cita representa un punto de inflexión institucional.

Se trata del inicio de una nueva era para el fútbol sala femenino tras décadas de brecha, invisibilidad y falta de apoyo.

El trofeo de campeón del Mundial de fútbol sala femenino

El trofeo de campeón del Mundial de fútbol sala femenino

Dos décadas de retraso

La historia del fútbol sala femenino en Europa se ha escrito desde el olvido. Mientras que la UEFA organizó la primera Eurocopa masculina en 1996, la versión femenina no llegó hasta 2019.

Veintitrés años de diferencia que reflejan una brecha estructural profunda, donde las mujeres quedaron relegadas a torneos informales o iniciativas independientes, sin respaldo federativo ni atención mediática.

El retraso no fue puntual, sino transversal. En categoría de clubes, los hombres disfrutaban desde hace décadas de competiciones oficiales, mientras que el primer Campeonato de Europa femenino de clubes no vio la luz hasta 2016.

La selección española entrena por primera vez el PhilSports Arena

La selección española entrena por primera vez el PhilSports Arena RFEF

Hasta entonces, el desarrollo del deporte recaía en la voluntad de las jugadoras y en proyectos casi siempre sin financiación ni visibilidad.

Durante años, las futbolistas de sala lucharon contra el silencio institucional. Sin recursos, sin ligas estables y sin la cobertura que permitiera crear referentes.

Fue una resistencia silenciosa que, poco a poco, fue abriendo grietas. La Eurocopa de 2019, organizada en Gondomar (Portugal), supuso el primer reconocimiento oficial. Desde entonces, el crecimiento ha sido imparable.

España, el gran motor

Desde aquella primera edición continental, España ha liderado con claridad la escena europea.

La selección dirigida por Clàudia Pons ha conquistado las tres Eurocopas disputadas hasta la fecha -2019, 2022 y 2023- con un dominio absoluto.

La final inaugural ante Portugal terminó con un rotundo 4-0. En 2022, la selección sumó 33 goles a favor y solo 5 en contra. Y en 2023, en Hungría, se impuso por 5-1 a Ucrania en Débrecen.

Clàudia Pons, seleccionadora española de fútbol sala femenino

Clàudia Pons, seleccionadora española de fútbol sala femenino

Este éxito no es casualidad. España cuenta con una liga nacional consolidada desde 1994, donde equipos como Burela, Futsi Atlético Navalcarnero o Móstoles han profesionalizado el deporte.

Gracias a esa estructura, la mayoría de las jugadoras de la selección juegan en su país, compiten cada semana a alto nivel y alimentan una cantera que no deja de crecer. El equipo nacional reúne talento, experiencia y profundidad.

Nombres como Silvia Aguete, considerada la mejor portera del mundo, o Patricia González 'Peque', elegida MVP de la Eurocopa 2023, destacan en un grupo que combina intensidad defensiva, velocidad en transiciones y una identidad de juego reconocible.

Filipinas 2025

El Mundial femenino de fútbol sala se celebrará del 21 de noviembre al 7 de diciembre de 2025 en Filipinas.

El país del sudeste asiático será quien acoja el torneo, con sedes en el PhilSports Arena (Pásig) y en la ciudad de Victorias, ambas en el área metropolitana de Manila.

Dieciséis selecciones lucharán por el primer título oficial en este formato, divididas en cuatro grupos:

- Grupo A: Filipinas, Polonia, Marruecos, Argentina

- Grupo B: España, Tailandia, Colombia, Canadá

- Grupo C: Portugal, Tanzania, Japón, Nueva Zelanda

- Grupo D: Brasil, Irán, Italia, Panamá

España debutará el sábado 22 de noviembre a las 12:30 (hora peninsular española) ante Tailandia, en un duelo que marcará el inicio de su camino hacia el oro mundial.

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España y Brasil, favoritas

Aunque el cartel de favorita recae claramente sobre España, la historia no puede olvidarse de Brasil.

La selección sudamericana fue la gran dominadora de los torneos no oficiales disputados entre 2010 y 2015, ganando todos los títulos en juego y construyendo una hegemonía en su continente.

Su talento individual y fortaleza física la convierten en una aspirante seria. Sin embargo, los últimos años han sido españoles.

El dominio en Europa, la continuidad del grupo, los títulos acumulados y el liderazgo de Clàudia Pons colocan a España en lo más alto del ranking internacional.

A ello se suma su reciente condición de finalista en la UEFA Nations League 2025, que confirma su excelente estado de forma.

Portugal, eterna rival en Europa, también se perfila como candidata a dar la sorpresa. Aunque hasta ahora ha sido incapaz de superar a España en las fases decisivas, su nivel es competitivo.

Otras selecciones como Colombia, con un crecimiento notable en los últimos años, o Irán, que ha desarrollado una liga nacional con proyección, podrían romper los pronósticos.

España gana a Ucrania en la final de la Eurocopa 2023

España gana a Ucrania en la final de la Eurocopa 2023

Un antes y un después

El valor de este Mundial trasciende lo deportivo. No se trata solo de coronar a la mejor selección del mundo, sino de oficializar un espacio que durante años ha sido negado.

Cada minuto que se juegue en Filipinas será una victoria colectiva para las miles de jugadoras que pelearon por llegar hasta aquí.

Para España, el reto es doble. Por un lado, ganar el título que falta en su palmarés. Por otro, consolidar un modelo que ya es referencia mundial.

La cita ofrece también una oportunidad para consolidar patrocinios, mejorar infraestructuras y generar una mayor conexión con la afición, que crece poco a poco en número y compromiso.

El fútbol sala femenino ha llegado para quedarse. Su Mundial no es un punto de partida, sino la recompensa a una resistencia prolongada, valiente y paciente.

A partir de ahora, ya no habrá que justificar su valor: lo demostrará en la pista, ante los ojos del mundo. Y si España levanta el trofeo en Filipinas, lo hará en nombre de todas.