Vista del estadio San Siro desde el exterior
Inter y Milan cierran la compra de San Siro por 197 millones y ahora tendrán que invertir unos 1.200 millones para reformarlo
Los dos clubes milaneses sellan este miércoles un acuerdo histórico que pone fin a décadas de incertidumbre y abre paso a una transformación total del estadio y su entorno urbano.
Más información: Luka Modric tiene la pócima de la inmortalidad y hace líder al AC Milan: "Si realmente tiene 40 años, clonémoslo"
Este miércoles quedará marcado como una fecha clave en la historia del fútbol italiano. Inter de Milán y AC Milan han cerrado oficialmente la compra del estadio San Siro y de los terrenos que lo rodean por 197 millones de euros, tras años de negociaciones con el Ayuntamiento de Milán.
La operación, rubricada mediante escritura pública, convierte a ambos clubes en copropietarios del mítico recinto y sienta las bases para una inversión posterior de unos 1.200 millones de euros destinados a su demolición parcial y la construcción de un nuevo estadio de última generación.
La compra se produce apenas cinco días antes de una fecha límite clave: el 10 de noviembre de 2025, día en que el segundo anillo del San Siro cumpliría 70 años desde su construcción, lo que lo habría convertido en un bien protegido por patrimonio histórico, impidiendo prácticamente su demolición.
Gracias al cierre anticipado del acuerdo, Inter y Milan evitaron esa barrera legal y aseguraron el control sobre el futuro del recinto.
Respaldo financiero internacional
La adquisición fue aprobada por el consistorio milanés en una intensa sesión plenaria entre el 29 y el 30 de septiembre, que se prolongó durante casi 12 horas y concluyó de madrugada con 24 votos a favor y 20 en contra.
El respaldo de fondos de inversión y bancos internacionales resultó fundamental: Oaktree Capital (propietario del Inter) y RedBird Capital (accionista mayoritario del Milan) lideran la operación financiera, apoyados por gigantes como Goldman Sachs, J.P. Morgan, Banco BPM y BPER Banca.
El pago del total se estructurará en varias fases. La primera, de 91,9 millones de euros, ya ha sido desembolsada antes de la firma; los pagos posteriores estarán vinculados al avance de las obras de demolición y reconstrucción.
El nuevo San Siro
Aunque el actual San Siro continuará en pie hasta 2031 para acoger grandes citas como la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026, el proyecto de los clubes ya contempla su transformación radical.
El nuevo estadio, diseñado por los prestigiosos estudios Foster + Partners y MANICA, tendrá una capacidad para 71.500 espectadores y se ubicará junto al recinto actual, permitiendo así que los equipos sigan compitiendo en su sede habitual durante las obras.
El diseño prevé dos graderíos principales con una inclinación que garantizará visibilidad óptima desde cualquier asiento.
También se pondrá especial énfasis en la sostenibilidad, incorporando sistemas geotérmicos, paneles fotovoltaicos, recogida de aguas pluviales y materiales de bajo impacto ambiental.
Además, cumplirá los máximos estándares de accesibilidad para personas con discapacidad y contará con entradas de precio asequible.
La demolición del 91 % del actual estadio está prevista para el bienio 2031-2032, aunque algunas partes icónicas serán preservadas. Estas estructuras formarán parte de un parque conmemorativo y rutas peatonales abiertas al público.
Impacto económico gigantesco
Más allá del fútbol, el proyecto plantea una profunda regeneración urbana que transformará la zona en un centro neurálgico del ocio, el deporte y el turismo.
Según un estudio de The European House - Ambrosetti, el impacto económico será multimillonario.
Durante la fase de construcción (2026-2035) se espera una inyección económica de 4.600 millones de euros y la creación de más de 18.000 empleos.
Una vez operativo, el complejo generará anualmente 3.100 millones de euros, atraerá a más de 11 millones de visitantes y proporcionará trabajo directo a más de 16.000 personas.
Entre las nuevas infraestructuras habrá un museo conjunto de los dos clubes, tiendas oficiales, restaurantes, un hotel, oficinas, campos deportivos y más de 140.000 metros cuadrados de zonas verdes, casi el triple de los actuales.
Fin de una era
El San Siro, inaugurado en 1926 y compartido por Inter y Milan desde 1947, ha sido escenario de algunas de las noches más legendarias del fútbol europeo.
Por su césped han pasado figuras como Giuseppe Meazza, Paolo Maldini, Franco Baresi, Ronaldo, Javier Zanetti, Kaká o Zlatan Ibrahimovic.
La noticia de su demolición parcial no ha estado exenta de polémica entre aficionados y sectores patrimonialistas, pero los clubes han subrayado que conservarán elementos clave del estadio como homenaje a su legado.
El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, respaldó la decisión con un argumento pragmático: "El estadio debe estar listo para 2031 porque, si no, la UEFA podría excluirnos como sede de la Eurocopa 2032".
Italia organizará esa edición del torneo continental junto a Turquía, y Milán es una de las sedes previstas.
Modelo de propiedad revolucionario
Con esta operación, Inter y Milan se suman al reducido grupo de clubes italianos que poseen su propio estadio, en un país donde la mayoría de los recintos son de propiedad municipal.
Hasta ahora, solo Juventus, Atalanta, Udinese y Sassuolo gestionaban infraestructuras en régimen de propiedad directa.
La compra de San Siro supone, por tanto, un giro estratégico para los dos grandes de la capital lombarda.
Les permitirá tener pleno control sobre los ingresos por entradas, eventos, restauración y naming rights, además de garantizar la modernización de sus instalaciones sin depender de decisiones políticas o municipales.
Así comienza una nueva etapa para el fútbol milanés, que deja atrás la nostalgia de un estadio centenario para abrazar el futuro con ambición, sostenibilidad y una visión global.