El autobús del Dortmund sufrió un ataque con bomba

El autobús del Dortmund sufrió un ataque con bomba Reuters

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Prisión preventiva para el atacante del Dortmund: pretendía especular con la caída del equipo en bolsa

Descartada la pista y¡hadista, el presunto culpable quería hacer caer las acciones para ganar dinero tras haber hecho en los días previos una fuerte apuesta a la baja.

22 abril, 2017 09:15

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El Tribunal Supremo alemán decretó este viernes el ingreso en prisión preventiva del presunto autor del ataque contra el autobús del equipo de fútbol Borussia Dortmund, horas después de haber sido detenido.

La corte informó en un comunicado que considera "fuertemente sospechoso" a Sergej W., un ruso-alemán de 28 años, de la explosión de las tres bombas detonadas al paso del vehículo del Dortmund el pasado 11 de abril, que provocaron heridas a dos personas, un policía y el jugador español del equipo alemán Marc Bartra.

La casa del sospechoso del ataque

La casa del sospechoso del ataque Reuters


El sospechoso fue arrestado en la madrugada del viernes y compareció a mediodía ante el juez que instruye el caso, que decretó su ingreso preventivo en prisión.

Está acusado de los delitos de intento de asesinato, de detonar material explosivo y de provocar lesiones físicas graves con su ataque.

El objetivo: que cayeran las acciones del Dortmund



Los investigadores acusan al sospechoso de haber detonado los explosivos con el objetivo de que las acciones del Dortmund se desplomasen en el mercado, sobre las que había hecho una fuerte apuesta a la baja.

En concreto, la fiscalía indicó que el detenido había comprado el día del atentado un total de 15.000 opciones de venta sobre acciones del equipo con un crédito de varias decenas de miles de euros adquirido ex profeso la semana previa.

Las opciones de venta dan a su poseedor el derecho, aunque no la obligación, a vender un activo a un precio predeterminado dentro de un período de tiempo concreto; y obligan a su vendedor a recomprar al precio pactado, independientemente de cómo haya oscilado la cotización hasta el momento.

Las autoridades alemanas descartaron, por tanto, la pista yihadista en el atentado. El detenido pretendía provocar un desplome de las acciones y lucrarse así con la venta de los títulos al precio pactado cuando adquirió sus derechos de venta, mucho más alto.

El ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, calificó de "forma repulsiva de codicia" el hecho de que "alguien pretendiera enriquecerse, si las acusaciones se confirman, matando a gente para influir en las cotizaciones en bolsa".

Tras subrayar que el ataque "cumple totalmente con la definición de asesinato", según el código penal, calificó la detención del sospechoso de "gran éxito" y señaló que "las pruebas están ampliamente fundamentadas" y "las sospechas son enormes".

El ministro recalcó la "forma especialmente pérfida" con la que el sospechoso jugó con "el miedo de la población", al dejar pistas falsas junto a los tres artefactos explosivos que estallaron al paso del autobús.

La Fiscalía continúa las investigaciones para esclarecer el tipo de material explosivo utilizado en el ataque, después de que el diario Die Welt informara de que alguno de los componentes podían proceder de un almacén del Ejército alemán.

Según los investigadores, no existen indicios que apunten a que el presunto autor del atentado contara con cómplices.

La detención se produjo en la región de Tubinga, en el estado federado de Baden-Württemberg, en el sur de Alemania, después de una semana vigilando al sospechoso.

Según el semanario Der Spiegel, las autoridades recibieron un aviso desde círculos financieros y una denuncia desde una entidad bancaria por posible lavado de dinero.

La Fiscalía comprobó que la adquisición de las denominadas "opciones put" se llevó a cabo desde una dirección IP del hotel L'Arrivée, donde se encontraba alojado el Dortmund y también el detenido.

Al parecer, el hombre llevaba instalado desde el 9 de abril en una habitación del hotel en la última planta, con vistas al lugar donde posteriormente tuvo lugar el atentado y desde donde presuntamente detonó los artefactos que había colocado en la calle.

El hombre había hecho con antelación dos reservas en el hotel, para la fecha del partido de ida y del de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones, al no saber todavía cuál de ellos se disputaría en la ciudad alemana.

Pistas falsas



En el lugar de los hechos se hallaron tres textos idénticos -en los que no se encontraron huellas dactilares- que pedían la retirada de Alemania de la misión internacional en Siria y apuntaban a una motivación islamista, aunque numerosos expertos dudaron de ello desde un principio, ya que no concordaba con el proceder habitual de los yihadistas.

Un día después del ataque fue detenido un iraquí de 26 años que presuntamente había pertenecido al Estado Islámico (EI) en su país en 2014, pero del que no se encontraron vínculos directos con atentado.

El Dortmund ha expresado su esperanza de que este nuevo arresto lleve a un "rápido esclarecimiento" del "miserable atentado".

En un comunicado difundido por el club, el capitán del Dortmund, Marcel Schmelzer, confió en que se conozcan "los verdaderos motivos" del ataque, algo que "contribuirían notablemente a asimilar lo ocurrido".

En la misma línea, el ministro del Interior reconoció que "vivir en la incertidumbre siempre es más difícil que tener una certeza en este tipo de situaciones", aunque subrayó también que "un intento de asesinato es un intento de asesinato y eso es lo que tienen que procesar".



El único equipo alemán en bolsa

El Borussia Dortmund fue el primer club del fútbol alemán en salir a bolsa -sigue siendo el único- y la historia de sus acciones está marcada por los vaivenes.

La salida a bolsa se produjo en el año 2000 y se fraguó en medio del júbilo que habían generado los éxitos registrados al final de la década de los noventa.

En las temporadas 1994/1995 y 1995/1996 el Dortmund se coronó campeón alemán. En 1997 ganó incluso la Liga de Campeones y la desaparecida Copa Intercontinental.

Los directivos de la época, encabezados por el entonces presidente Gerd Niebaum, entendieron que el club se había convertido en una marca y que era el momento de replantear el modelo económico con la salida a bolsa.

Ese paso, además, traería capital fresco que debía ayudar al Dortmund a hacer frente al poder económico del Bayern.

La operación fue festejada por muchos de los seguidores de un club que intentaba unir su tradición obrera con el capitalismo moderno y el canciller alemán de la época, Gerhard Schröder, llegó a decir que la apuesta del Dortmund tenía un paralelismo con la modernización de la socialdemocracia.

Sin embargo, desde el comienzo hubo también escépticos que temían a los especuladores y, en todo caso, en el plano estrictamente económico, los accionistas de vieron desilusionados desde el primer día.

La acción salió a bolsa al equivalente actual de 11 euros y al final de la primera jornada ya había caído a 10,50. Y siguió bajando.

En 2002, cuando el Dortmund volvió a coronarse campeón alemán tuvo un repunte, pero este fue pasajero y la directiva, en el esfuerzo de mantener el éxito deportivo, terminó desangrando las finanzas del club.

En 2005 las deudas del Dortmund ascendían a 118 millones de euros y los éxitos deportivos estaban lejos; la cotización cayó por debajo de 1 euro, la directiva fue relevada e incluso llegó a hablarse de que el club corría peligro de desaparecer.

Reinhard Rauball asumió la presidencia con Hans-Joachim Watzke como director administrativo y ese equipo -que sigue al frente del club- inició un proceso de saneamiento que implicó la venta de jugadores importantes.

La recuperación, económica y deportiva, llegó: en 2011 y 2012 el Dortmund volvió a ser campeón y en 2013 alcanzó la final de la Liga de Campeones.

Pese a todo, la acción tiene actualmente cerca de la mitad del valor con el que salió a bolsa en 2000.

Las altas y las bajas dejaban claro que tanto el vigor económico del club como la cotización estaban ligados al éxito deportivo y, presuntamente, eso fue lo que, de manera perversa, trató de aprovechar el sospechoso de haber detonado tres bombas la semana pasada al paso del autobús del equipo.

Su objetivo, se especula, era matar al mayor número de jugadores del Dortmund, lo que provocaría, según esos cálculos, el pánico entre los accionistas

Sin embargo, el movimiento de la cotización se mantuvo dentro de la normalidad tras la explosión de las tres bombas, que hirieron al jugador español Marc Bartra y a un policía que escoltaba el autobús.

El 12 de abril, un día después del atentado, la acción llegó a cerrar al alza, con una subida del 1,8 %.

Después de la eliminación definitiva de la Liga de Campeones, el miércoles, las acciones bajaron el 3,5 %, reflejando los ingresos que pierde el club al quedar fuera de las semifinales de la máxima competición de clubes europea.