Aretha Franklin hamuerto a los 76 años.

Aretha Franklin hamuerto a los 76 años.

Música Obituario

Aretha Franklin, la negra que pidió respeto para todas las mujeres

16 agosto, 2018 18:53

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Antes del MeToo, del 8M, y de todos los movimientos históricos para el feminismo que hemos vivido este año, hubo heroínas que se partieron la cara por los derechos de las mujeres. Lo hacían cuando era mucho más complicado y por levantar la voz podían condenarte al ostracismo y al insulto. A muchas de ellas nunca las conoceremos, son guerreras anónimas que patearon las calles y aporrearon las puertas de los políticos para que se las escuchara. Otras, aprovecharon su posición privilegiada de notoriedad pública para construir un mundo mejor. Una de ellas fue Aretha Franklin, la reina del soul que ha fallecido a los 76 años dejando con ella temas inolvidables con los que hizo política desde encima de un escenario, donde mejor se desenvolvía.

Cuando Aretha cantaba todo el mundo callaba, y por eso en sus canciones y actuaciones desplegó un arsenal político en pos de la igualdad de derechos de los negros y las mujeres. Muchos la preguntaban porque luego en sus entrevistas era menos beligerante, a lo que ella sólo acertaba a decir que “no era buena oradora”. Luego subía al escenario y no había hecho falta que la Franklin dijera nada más. Todo estaba claro.

Desde que era una niña, Aretha Franklin vivió el racismo de EEUU. A pesar de ser de una familia acomodada y de la importancia de su padre como pastor de la comunidad, los derechos de los negros eran todavía una utopía. Por ello, y porque su padre fue uno de sus hombres de confianza, ella vivió muy de cerca las enseñanzas y el activismo de Marthin Luther King. Le siguió hasta el día de su asesinato, y después canto en su entierro. Su legado quedaría vivo en sus canciones y, sobre todo, en la puesta en escena de sus actuaciones.

Aretha Franklin- Respect

Aretha no ocultaba sus raíces y su orgullo de mujer negra. A pesar de la xenofobia y la tensión en ascenso, ella siempre se mostró orgullosa de su color, de su pelo, de sus formas. Como diría The New York Times, ella, delante de miles de personas, hacía una “exaltación de su negritud”. Así rompió todas las barreras con las que se encontraba una a una. EEUU, un país eminentemente racista, se rendía a una mujer negra, que hacía gala de ello. El culmen se vivió en 1987, cuando consiguió ser la primera mujer en entrar en el Rock and Roll Hall of Fame.

R-E-S-P-E-C-T

Aretha Franklin también fue una de las mujeres que más cantó por la igualdad de la mujer. De repente, a finales de los años 60, una mujer negra se subía un escenario y les gritaba a todo el mundo que había que respetar a las mujeres, su tema Respect se convirtió en un himno feminista que hoy retumba más actual que nunca.

Aretha Franklin - Think

La historia detrás de una de sus canciones más populares aumenta su leyenda. Respect no es un tema original de Franklin, sino de su amigo Otis Redding. Él llegó a cantarla, pero en su voz y con sus formas tenía una pose machista. Trataba de un hombre que pedía respeto a su mujer en casa porque él era el que traía el dinero. Aretha se puso el mundo por montera y cambió lo justo para que se convirtiera en lo que hoy es. Redding se resignó ante el éxito de la versión de su compañera, y cuando la cantaba en sus conciertos siempre decía que “una amiga me la robó”.

Franklin reescribió unos cuantos versos, introdujo unos coros y, sobre todo, interpeló a la gente. Ese deletreo que quedó en la memoria de todos: R-E-S-P-E-C-T. Respeto para las mujeres. Ahora. Y cuando Aretha cantaba, todos asentían. Las tornas habían cambiado, y ya no era el hombre el que pedía que se le respetara, sino una mujer negra en un escenario de EEUU. La canción funcionó como un cohete. Escaló puestos a ritmo vertiginoso y se convirtió en número uno. La oda feminista y el bofetón a Otis Redding la habían convertido en un icono y en la auténtica y única reina del soul.

Su presencia como matriarca absoluta de la mujer afroamericana hicieron que hasta el presidente Barack Obama la acogiera como madrina de su presidencia. Para él cantó, le hizo llorar, y a pesar de su rotunda fuerza física se quebró: "Un presidente negro, es historia". Su sueño de respeto se había hecho realidad.