La Tate Modern es uno de los museos cuyo director cambia

La Tate Modern es uno de los museos cuyo director cambia Michal Louč Own Work

Arte

Cambio de directores en los grandes museos británicos

El nombramiento de Frances Morris en la Tate Modern se suma a los de la Tate Britain, el Museo Británico y la Galería Nacional.

18 enero, 2016 13:07
Londres

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Londres arranca 2016 con una renovación en los mandos de sus principales museos públicos. Una británica experta en arte realizado por mujeres se hará cargo por primera vez de la dirección de Tate Modern, según anunció la institución. La rotación de sillas afecta también a Tate Britain, el Museo Británico y la Galería Nacional.

Frances Morris, de 52 años, cambiará de despacho en los próximos meses tras la salida del alemán Chris Dercon de Tate Modern. Licenciada en Cambridge y con un máster en Historia del Arte en el instituto Courtauld, gestionó la seleccionó y exhibición de obras que marcaron la inauguración de la transformada central eléctrica en 2000.

Morris llega a la dirección de la catedral del arte internacional contemporáneo en plena efervescencia de la institución. La Tate Modern desvelará el próximo junio su ampliación, con una torre piramidal de nueva construcción, que duplicará el espacio habilitado para exposiciones tradicionales y espectáculos de artes escénicas.

Frances Morris, en agosto de 2015

Frances Morris, en agosto de 2015 Roberto Ricciuti Getty Images

La nueva directora sustituirá al alemán Dercon, quien parte a Berlín para ocuparse del centro teatral experimental Volksbühne. Morris es el primer fichaje interno -trabaja para la constelación de galerías Tate desde 1987–  en los dieciséis años de rodaje de la sede al sur del Támesis. El valenciano Vicente Todolí, actual gestor artístico de Pirelli HangarBicocca, en Milán, llevó el control de la Tate Modern entre 2003 y 2010.

La hermana mayor, Tate Britain, ha cedido el timón a Alex Farquharson, quien recientemente reemplazó a Penelope Curtis. Británico, de 45 años, afronta el reto de reconducir la galería por innovadores derroteros. La sede al norte del río se resiente en los últimos años de exposiciones excesivamente académicas, según protesta la crítica, y de una caída de visitante en torno al 10%.

Un alemán, al Museo Británico

La rotación en el Museo Británico se efectúa en doble dirección geográfica. Neil MacGregor, probablemente el más competente y popular de los directores establecidos en Londres, se despidió del señorial edificio de Bloomsbury el pasado diciembre. A sus 69 años optó por jubilarse, pero seguirá activo en el sector como asesor de la colección Humbolt Forum de Berlín.

En contrapartida, el museo apostó por un alemán, Hartwick Fischer, para ocupar la vacante que deja MacGregor. Historiador de arte y actual director de las Colecciones Estatales de Arte de Dresden, tiene previsto tomar posesión de su nuevo cargo en la primavera.

La National Gallery se adelantó al recambio de puestos directivos reabriendo sus puertas a Gabriele Finaldi, experto en pintura española e italiana. Londinense de cuna, de padres italianos, este aficionado pianista llegó a tiempo a la plaza de Trafalgar para inaugurar la exquisita exposición de retratos de Goya. La muestra la organizó su viejo colega en la National y actual responsable de sala en la galería Dulwich, Xabier Bray, y muchas pinturas fueron prestadas por el Prado, donde Finaldi trabajó antes de regresar a la capital británica.

Los profesionales extranjeros tienden a quejarse de las innumerables reuniones que galerías y museos de Reino Unido convocan para sondear ideas y tomar decisiones de leve o profunda envergadura.