
La actriz y presentadora Ana García Obregón en un evento público en Madrid, en noviembre de 2023. Gtres
La decisión de Ana Obregón tras la "campaña de desprestigio" contra ella y el día que pidió dar una paliza a Jaime Cantizano
Según confirma EL ESPAÑOL, la actriz está "tocada" y no entiende por qué se está intentando hundir su imagen a raíz de su polémica con Nia Correia.
Más información: Ana Obregón habla por primera vez de su polémica con Nia: "Te pido que me dejes vivir en paz y tranquila".
El sonado desencuentro entre la actriz y presentadora Ana García Obregón (69 años) y la ganadora de Operación Triunfo 2020 Nia Correia (31), durante la grabación del spot promocional de las Campanadas del año 2022, no deja de comentarse -también de especularse- en los medios de comunicación en España.
Televisión, radio y medios digitales, especializados en crónica social, no hablan de otra cosa desde que el presentador canario Roberto Herrera desvelara el asunto de marras en un pódcast. "Nia lloró a lágrima viva. Mis compañeros Los Morancos y yo vimos cómo trató Ana a Nia en la grabación del spot. A mí se me cayó un mito", deslizó Herrera.
Aquella acusación provocó que las partes se manifestaran. Se recuperaron unas palabras de Nia, de tiempo atrás, en las que hablaba de un trabajo que resultó para ella muy desagradable con una "señora" muy conocida. Obregón, por su parte, ha sostenido que ella jamás trató mal a Nia: ni a la cantante ni a nadie en sus más de 40 años de trayectoria.

Ana García Obregón junto a Los Morancos, en la presentación de las Campanadas 2022. Gtres
Afirma Ana que Correia llegó dos horas tarde al set de grabación, que se la estuvo esperando y que no llegaba. Que cuando hizo acto de presencia fue el equipo de grabación el que le afeó la tardanza, y que, en efecto, Nia lloró por ello. Ana alega que tan sólo le dijo a la cantante que, por favor, se diera prisa en grabar su parte.
Y no porque Obregón quisiera imponerle nada ni demostrar así una suerte de superioridad: la bióloga tenía un asunto personal que atender, una misa en memoria de su padre y de su hijo. Y ya iba con retraso. Nunca hubo, según la actriz, una palabra más alta que la otra. Ni qué decir un enfrentamiento ni escena tensa. Todo, para Ana, es falso.
Tras esta versión de la artista en Y ahora Sonsoles, la polémica, lejos de amainar, tan sólo suma y sigue. El espacio Ni que fuéramos Shhh está recuperando testimonios que sostienen otros desmanes y salidas de pata de banco de la querida presentadora de ¿Qué Apostamos? "Sólo quiero que me dejen en paz", suplicó Ana ante Sonsoles Ónega (47).
En su descargue, además, la guionista de Ana y los 7 aseveró que toda esta historia orquestada en su contra obedece a una estrategia de márketing por parte de Roberto Herrera: "Ha estrenado programa y quiere promocionarse". Mirando a cámara, la artista madrileña disparó: "Mucha suerte con tu programa, pero me has hecho mucho daño".

Roberto Herrera y Nia Correia, durante la presentación de las Campanadas 2024. Gtres
En estos turbulentos días, Ana Obregón no ha perdido la sonrisa ante las cámaras, bien en el mencionado programa de Antena 3 o cuando los reporteros de Europa Press la han inmortalizado en plena calle. En su plataforma de Instagram tampoco se apea del buen humor y sólo sube contenido con su nieta, Ana Sandra (1).
Ahora bien, ¿cómo está, en realidad, Ana de puertas para adentro? ¿Cómo se siente en la intimidad de su hogar? Quien bien la conoce asegura que está "tocada", que esto no es plácido para nadie. Le duelen las injusticias, y se revuelve contra lo que entiende que sólo encuentra su razón de ser en procurar daño. "Esto es una campaña de desprestigio", apunta una fuente.
"Como cuando nació Anita... y se armó lío con la gestación subrogada. Ana creía que aquello ya había pasado, pero cada cierto tiempo vuelven a atacarla", reflexiona alguien que la quiere. Dolor ya nada le puede provocar a Ana Obregón, pero "la ha destrozado la expresión maltratar". Ana ha tomado la decisión de no ver nada de lo que se diga de ella. Eso sí, "hay personas que están supervisando todo", se agrega.
El otro escándalo de Ana

Ana García Obregón y Jaime Cantizano en un fotomontaje de EL ESPAÑOL.
Este escándalo con Nia Correia y su presunto trato incorrecto no es el único al que Ana Obregón ha tenido que hacer frente en su vida. Hay que viajar al año 2007. Abril de ese año, quedó grabado a fuego en la memoria de Jaime y Ana. Hasta entonces la vida de ambos personajes discurría sin sobresaltos y por separado, pero un día ordinario de ese mes todo cambió y los unió para su desgracia.
Jaime estaba al frente de su programa ¿Dónde estás, corazón?, en la noche de los viernes de Antena 3. En la escaleta del programa había una encuesta suculenta después de que el hijo de Ana Obregón, Álex, mostrara el trasero a la prensa. El espacio quiso que fuera el público quien votara para ver, o no, la última fechoría del hijo de la actriz.

La actriz y su hijo, en una imagen de cuando Álex era adolescente. Gtres
"¿Creen que deberíamos de emitir las imágenes del hijo de Ana Obregón?", fue la pregunta que lanzó el de Jerez. En ese mismo momento, la bióloga estalló, no podía creer lo que acababa de escuchar en televisión.
Cogió el teléfono y tecleó el número de su guardaespaldas por entonces, Eloy Sánchez Barba: "Estoy muy cabreada, ¿no has visto lo del gilipollas ése, lo del programa de Cantizano? Se han metido con Álex (el hijo de Ana García Obregón y Alessandro Lequio). Quiero que le des una paliza, pero que no lo haga cualquiera, quiero que busques a 'los Miami'".
Ana se refería a un grupo de delincuentes españoles, vinculados con la noche madrileña, amigos de algunos famosos y dedicados, entre otras cosas, a los ajustes de cuentas, el tráfico de drogas y el cobro de deudas.
La conversación fue grabada por la Guardia Civil en el marco de una investigación por el asesinato de un hombre en Madrid. Precisamente este guardaespaldas estaba entre los presuntos sospechosos y, de ahí, salió a relucir aquella histérica llamada.
Ante la presión mediática, la actriz dio un paso al frente a través de El programa de Ana Rosa y la revista QMD, plataformas donde desmintió de plano la amenaza. Obregón aseguró adorar a Jaime Cantizano, aunque sí admitió que la 'subasta pública' de las fotos de su hijo enseñando el trasero le "disgustaron". Eso sí, según ella, no hubo ningún calentón al teléfono.