A principios de mes os traje la receta de solomillo con salsa de naranja y mostaza. La hice porque a mi familia les encanta el sabor de la salsa, y ya me la iban pidiendo. El problema era que a mi padre no le gusta la mostaza, y claro, como en esta época no suele estar mucho en casa, había que mimarle un poquito, e hice un plato especial para él 😛

El otro día estaba pasando fotos de la cámara al pc y vi que tenía por ahí las de esta receta (intento alargar el momento de pasar las fotos de la cámara lo máximo posible porque me da muchísima pereza), que ya ni me acordaba, así que las he rescatado y os voy a mostrar el proceso hoy.

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Preparación

Cortamos los solomillos en medallones de 2,5 cm de ancho más o menos, los salpimentamos, y los enharinamos.

A continuación les espolvoreamos por encima media pastilla de caldo de pollo, y los doramos en una cacerola.

Encendemos el horno, y lo ponemos a unos 200º.

Cuando estén doraditos los medallones, los sacamos. Cortamos el queso de cabra en rodajas y le añadimos una a cada medallón, envolviéndolo luego con el bacon. Le pondremos un palillo para que se sujete.

Metemos en el horno los medallones, y mientras, ponemos en un cacito un chorro de brandy, un poco de agua, una cucharadita de maizena, y el bacon que nos haya sobrado a trocitos. Dejamos que espese y se concentre.

Sacamos los medallones a los diez minutos, y a la hora de servir le ponemos la salsa de brandy por encima.

Resultado

Aunque lo hice para mi padre, todos probamos este solomillo, y estaba de muerte. Es muy muy fácil como veis, y la combinación entre el queso, el bacon y la carne, mmm.. mejor que lo probéis.

7 fotos

Tiempo: 25 minutos

Dificultad: 3/5

Digestión: 3/5

Precio: 11€ (para 4 personas)