Manos con guantes limpiando la campana de cocina.

Manos con guantes limpiando la campana de cocina. iStock

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El sencillo truco para limpiar la grasa de la campana extractora sin hacer nada

Limpiar la grasa de la campana extractora es más fácil de lo que parece. Este truco casero no requiere esfuerzo y deja el interior como nuevo.

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El interior de la campana extractora es, con diferencia, uno de los lugares más olvidados al limpiar la cocina. Solemos centrarnos en lo visible y asumimos que los filtros ya hacen todo el trabajo. Pero esa creencia puede jugar en contra del buen funcionamiento del electrodoméstico.

Con el tiempo, la grasa también se cuela hasta el motor y el ventilador, aunque no lo notemos a simple vista. Y si no se limpia, puede acumularse hasta afectar al rendimiento de la campana. Esto, además de provocar malos olores, puede acortar su vida útil.

Los filtros, por suerte, son la parte más fácil de mantener. Si se limpian con frecuencia, basta con meterlos en el lavavajillas. Y si se prefiere hacerlo a mano, un remojo con agua caliente y desengrasante es suficiente.

El verdadero problema llega cuando hay que limpiar el interior de la campana. Ahí entramos en un terreno más complicado, lleno de recovecos y piezas fijas. No es una zona pensada para desmontar ni para limpiar con comodidad.

Trabajar en esa parte requiere habilidad, paciencia y una postura incómoda. Hay quien evita tocar ciertas piezas por miedo a romper algo. Pero dejar que la grasa se acumule tampoco es una buena opción.

Una limpieza a fondo evita que la grasa gotee con el tiempo. También impide que caigan restos sobre la encimera o los fogones. Y, a largo plazo, se nota en el rendimiento del aparato.

Por eso, aunque sea una tarea algo ingrata, conviene dedicarle tiempo. Con una bayeta, desengrasante y algo de paciencia, se puede mantener a raya la suciedad. El esfuerzo, en este caso, merece la pena.

Limpiar la campana extractora puede ser una de las tareas más pesadas de la cocina. Los recovecos, las piezas fijas y trabajar en alto lo complican todo. Y más aún si hablamos del motor.

Durante mucho tiempo, mi método favorito fue la pistola de vapor. Rápida, eficaz y sin productos agresivos. Pero recientemente he descubierto un truco viral aún más cómodo y efectivo.

Lo mejor de todo es que no necesitas comprar nada. Todo lo que se usa ya está en casa: agua, bicarbonato y un poco de limón. Fácil, barato y sin esfuerzo físico.

El truco lo compartió la instagramer @mumlifeana, y desde que lo probé, no he vuelto atrás. Se basa en aprovechar el vapor para limpiar sin necesidad de frotar. Y, aunque parezca magia, funciona.

Cómo limpiar la campana con vapor

Primero hay que retirar los filtros de la campana. Se pueden limpiar como siempre: en el lavavajillas o con desengrasante. Lo importante es dejarlos fuera para exponer el motor y el ventilador.

Después, llenamos una olla grande con agua y la colocamos en el fuego. Cuanto más centrado esté el fuego respecto a la campana, mejor. El objetivo es que el vapor suba directamente al motor.

Si no podemos centrar la olla, podemos usar dos ollas o una bandeja amplia. Lo importante es cubrir bien la base de la campana. Así el vapor llegará a todos los rincones.

Cuando el agua empiece a hervir, añadimos media taza de bicarbonato. Este ingrediente es desengrasante, desinfectante y nada abrasivo. Ideal para limpiar sin dañar piezas delicadas.

Luego exprimimos el zumo de medio limón y lo echamos al agua. También podemos añadir la cáscara para aprovechar sus aceites esenciales. De paso, dejamos un aroma fresco en la cocina.

Una vez preparada la mezcla, encendemos la campana a máxima potencia. La dejamos funcionando durante unos 60 minutos con el vapor subiendo sin parar. Durante ese tiempo, la grasa se irá reblandeciendo y cayendo.

Al cabo de una hora, veremos restos de suciedad sobre la encimera. Eso indica que el vapor ha hecho su trabajo. Solo queda pasar una bayeta con desengrasante para retirar lo que ha caído.

El resultado es sorprendente: el interior queda limpio sin desmontar nada. Sin esfuerzo físico, sin productos caros y sin riesgo de dañar el motor. Una solución práctica que cambia por completo la forma de limpiar la campana.

Además, es un método que se puede repetir cada cierto tiempo. No solo mejora la limpieza, también prolonga la vida útil del aparato. Y todo ello, con ingredientes tan simples como el bicarbonato y el limón.