Las fresas (Fragaria ananassa), son una fruta que pertenece a la familia Rosaceae. Son ampliamente consumidas y apreciadas en todo el mundo por su sabor dulce y jugoso, así como por sus beneficios para la salud. Son frutos pequeños y redondos, con una textura suave y brillante en su superficie sobre la que se encuentran las semillas de la planta. La mayoría de las variedades de fresas tienen una piel roja o rosada, aunque también existen variedades blancas o amarillas.

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Las fresas son una excelente fuente de nutrientes esenciales que contribuyen a una dieta equilibrada. Una porción de 100 gramos de fresas frescas proporciona unas 32 kcal. En ellas se encuentra azúcares como la fructosa y la glucosa naturalmente presentes. Contienen también vitamina C, un potente antioxidante que ayuda a mantener la piel sana y a fortalecer el sistema inmunológico. 

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Aportan también betacarotenos precursores de la vitamina A, importante para la salud ocular; ácido fólico, fundamental durante el embarazo y potasio, un mineral esencial para el funcionamiento de los músculos y para el control de la presión arterial.

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Para aprovechar al máximo los beneficios nutricionales de las fresas, es preferible consumirlas frescas y lavarlas adecuadamente para eliminar cualquier residuo o suciedad. Pueden disfrutarse solas, que están deliciosas, pero también pueden añadirse a ensaladas, yogures, batidos, postres y muchas otras preparaciones culinarias, lo que las convierte en una opción versátil y saludable en la dieta diaria cuando están en temporada.

¿Se deben pelar las fresas?

Aunque tanto la piel como las semillas de las fresas son perfectamente aptas para el consumo, el chef José Andrés sostiene que, si se pelan las fresas, se puede disfrutar de unas de las mejores bayas que nos ofrece el planeta.

De la misma manera que, en muchas recetas que llevan fresas trituradas, se recomienda colar la preparación para eliminar las diminutas semillas, pues a muchas personas les pueden resultar desagradables en la boca o, incluso, a algunas pueden causarles molestias digestivas, cuando las fresas vayan a consumirse enteras o troceadas, pueden pelarse para que su textura sea aún más fina.

¿Cómo pelar las fresas?

Para pelar las fresas simplemente, una vez lavadas estas, retiraremos las hojas verdes y, a continuación, retiraremos la capa fina exterior que contiene las semillas, esto podemos hacerlo con un pequeño cuchillo -puntilla- bien afilado o con un pelador de verduras.