Tengo que reconocer que no soy una persona de robots y máquinas demasiado complejas en la cocina. Siempre me han enseñado a “mancharse las manos” al cocinar, y la verdad es que nunca me había planteado uno. De hecho muchas veces me miran raro en los círculos de cocina cuando digo que no tengo una Thermomix.

Sin embargo Marta (a la que conocéis de este mismo blog) me puso los dientes largos con una adquisición reciente que tuvo. Se lanzó a por un robot de cocina, que no sirve para tantas cosas como una Thermomix, pero que nos ayuda en las labores que más ensucian la cocina. El suyo era demasiado caro para lo que yo quería gastar en una prueba, así que navegando por la red con la palabra “ahorro” en mente me encontré con este robot de cocina Klarstein 1000W.

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Ha resultado ser todo un acierto, es un completo robot de cocina que nos sirve para amasar y batir principalmente (además puedes comprar un accesorio opcional que sirve para picar carne, yo no sabía ni que eso se puede hacer en casa).

¿Para qué sirve exactamente un robot de cocina como este? Pues para hacer todo tipo de masas desde panes, galletas, bizcochos y cupcakes hasta cosas tan interesantes como el hummus. Es mucho más versátil de lo que parece, y todo lo que sea batir y amasar entra en sus conocimientos, incluido hacer claras al punto de nieve perfectas, y cuando digo perfectas, me refiero a que jamás me habían quedado a mi así de bien.

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Este modelo concreto tiene un recipiente de 7 litros de capacidad, y a no ser de que vayáis a preparar un pan para acompañar la famosa paella de Villarriba, os valdrá para cualquier cosa que os podáis plantear en la cocina de casa.

El control se realiza de forma digital mediante una pequeña pantalla LED que se maneja con dos botones de dirección y uno de selección, lo que nos permite movernos por los diferentes modos o seleccionar los ajustes del manual si deseamos poner exactamente lo que nosotros queremos.

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Las ventajas de un robot como este es que no sólo deja las masas perfectas, sino que además es fácil de limpiar y no ensuciamos la cocina. Me encanta hacer pan casero (sobre todo bagels), pero el engorro que supone muchas veces me tira para atrás. Con este robot de cocina he firmado mi sentencia de muerte, porque es una delicia.