Imagen de archivo de un laboratorio con muestras de sangre

Imagen de archivo de un laboratorio con muestras de sangre iStock

Salud

Científicos descubren un rarísimo nuevo tipo de sangre 'híbrido': solo lo poseen tres personas en todo el mundo

Las transfusiones sanguíneas no siempre tienen los mismos efectos en todo el mundo. Y ahora por fin sabemos por qué.

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Las claves

Científicos tailandeses han identificado un tipo de sangre híbrido extremadamente raro, presente solo en tres personas en todo el mundo tras analizar casi 550.000 muestras.

Este fenotipo sanguíneo, denominado B(A), presenta características tanto del grupo B como del grupo A debido a mutaciones nunca vistas en el gen ABO.

Las discrepancias ABO pueden complicar transfusiones al dificultar la correcta identificación del grupo sanguíneo, subrayando la importancia de pruebas genéticas en casos inusuales.

El hallazgo sugiere que aún podrían existir otras variantes sanguíneas desconocidas y destaca la necesidad de futuras investigaciones sobre las consecuencias de estas mutaciones.

Los grupos sanguíneos pueden subdividirse en hasta ocho clases diferentes, dependiendo de los azúcares o proteínas que se detecten en los glóbulos rojos. Los tipos A, B y AB se basan en la forma de los antígenos, moléculas de azúcar que pueden dar lugar a respuestas inmunes

La sangre O no posee antígenos A ni B. Asimismo, los factores Rh son proteínas que determinan la compatibilidad sanguínea, dándole a la sangre la designación "+" o "-".

Cada tipo de sangre es un marcador molecular del organismo que nuestro cuerpo reconoce como propio; de ahí la compatibilidad entre tipos sanguíneos. Si la transfusión no se hace con el tipo de sangre adecuado, este error puede ser mortal.

Sin embargo, sabemos que existen variaciones mucho mayores. Ahora se ha detectado una variedad extremadamente rara que tan solo poseerían unas pocas personas en todo el mundo, según un reciente estudio publicado en Transfusion and Apheresis Science.

La extraña mutación del grupo sanguíneo

Se sabe que, si las células inmunes detectan sangre con marcadores desconocidos, se liberan potentes anticuerpos para destruirla. De ahí que el tipo de sangre sea crucial en las transfusiones. Existen algunas variaciones, como el tipo B(A), una sangre de tipo B con algunas mutaciones que confieren a su enzima una pequeña actividad similar a la de la A.

El tipo de sangre se determina analizando tanto los antígenos de los glóbulos rojos como los anticuerpos en el plasma. Ambos son importantes para garantizar que el receptor de una transfusión no reciba sangre incorrecta, con todas sus consecuencias.

El problema es que, excepcionalmente, los glóbulos rojos y el plasma de una misma muestra dan resultados diferentes. Es lo que se conoce como discrepancia ABO, la cual puede causar retrasos en la atención del paciente mientras se intenta detectar qué tipo de sangre realmente se necesitará.

Teniendo esto en mente, la hematóloga Janejira Kittivorapart de la Universidad de Mahidol de Tailandia y sus colegas se propusieron comprender con qué frecuencia podría darse esta discrepancia. Examinaron muestras de 285.450 donantes y de 258.780 pacientes, todas ellas recolectadas durante ocho años en el Hospital Siriraj de Tailandia. En total, 544.230 muestras.

De todas ellas, solo 396 (el 0,15 %) de las muestras de pacientes mostraron discrepancias ABO, pero la mitad de ellas se excluyeron del análisis: se trataba de muestras obtenidas de receptores de trasplantes de células madre, una situación que puede cambiar temporalmente el tipo de sangre del receptor y ser similar a la del donante.

De las 198 muestras de pacientes restantes, la mayoría se debían a que sus células sanguíneas no mostraban con fuerza la configuración A o B. Solo un paciente de todo el conjunto poseía un fenotipo B(A) real.

Por su parte, la tasa de discrepancias ABO entre los donantes fue mucho menor, con tan solo 74 muestras (0,03 %) del total. Asimismo, solo dos donantes presentaron un fenotipo B(A) real. No es un dato sorprendente, según los investigadores, dado que el hecho de presentar enfermedades graves probablemente aumente la probabilidad de presentar comportamientos sanguíneos raros.

El hallazgo de solo 3 casos de casi 550.000 muestras (uno en el grupo de pacientes y dos en el grupo de donantes) motivó a los investigadores a investigar más a fondo dichos casos excepcionales. Se detectaron cuatro mutaciones en el gen ABO, el cual codifica la enzima que añade azúcar a las células sanguíneas, una configuración jamás vista antes.

Así, aunque la sangre técnicamente es del grupo B, presentaría una pequeña actividad del antígeno A, dificultando la determinación real del grupo sanguíneo. Si bien es cierto que estas mutaciones parecen afectar tan solo a una ínfima fracción de la población, los investigadores sugieren que podrían existir otras particularidades sanguíneas ocultas aún por descubrir.

Así, subrayan la importancia de realizar pruebas genéticas cuando los métodos estándar no son concluyentes. "Se requieren estudios futuros para dilucidar las consecuencias estructurales y funcionales de la transferasa AB mutada", concluyen.