Eduardo Fernández es director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández (UMH).

Eduardo Fernández es director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández (UMH). Cedida

Salud

El español que implanta electrodos en el cerebro para que invidentes puedan 'ver': "No se nos apoya lo suficiente"

Eduardo Fernández ha dirigido un estudio en el que personas ciegas han reconocido movimientos, formas y letras con un nuevo dispositivo.

Más información: Científicos españoles implantan en el cerebro de dos personas ciegas unos electrodos y recuperan parte de la visión

Publicada

Las claves

Eduardo Fernández, investigador español, ha sido el primero en implantar microchips cerebrales a personas ciegas en España para probar un sistema de visión artificial.

Las personas implantadas han logrado reconocer formas, movimientos e incluso algunas letras, mejorando su percepción visual y su autonomía, aunque el dispositivo solo se mantiene durante seis meses por motivos de seguridad.

Fernández enfatiza que se trata de una investigación y no de un tratamiento médico, y advierte sobre la importancia de no crear falsas expectativas ante los actuales límites tecnológicos.

El investigador denuncia la falta de apoyo y financiación a la ciencia en España, pese al alto nivel de los científicos nacionales, y plantea la necesidad de proteger los neuroderechos ante futuros avances.

Eduardo Fernández se crió en el municipio alicantino de Elda. Entre sus vecinos había un hombre ciego que llamó su atención. Sus padres le explicaron que tenía un problema en el cerebro. No entendía por qué no le dijeron que era en el ojo.

Ahora, tras convertirse en un referente en el desarrollo de neuroprótesis visuales, reconoce entenderlo "un poco mejor", con una humildad que caracteriza a quien ha sido el primer investigador en implantar microchips cerebrales a invidentes en nuestro país.

Y es que cuando se le menciona este hito sólo le salen palabras para su equipo: "Es un privilegio haber tenido la oportunidad de hacerlo con personas tan increíbles", señala el director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández (UMH) a EL ESPAÑOL.

Su modestia también le ha llevado a comprender que el mejor resultado científico se logra escuchando: "En el grupo de investigación tenemos personas ciegas porque, a veces, piensas que hay algo que puede serles muy útil y resulta que lo hacen sin problema".

Mejora simple pero apasionante

De hecho, en el último estudio que ha dirigido la única forma de saber cuándo estimulaban la percepción visual era atender a las dos personas ciegas que se presentaron voluntarias para probar el nuevo sistema de visión artificial que han desarrollado.

El reducido número no es porque nadie se atreva a probar esta neuroprótesis visual que sustituye a la retina, sino por tener unos criterios muy concretos. Por ello se ven obligados a rechazar a más del 99% de las personas que les contactan.

Los investigadores buscan personas con ceguera bilateral profunda y que no se pueda beneficiar de las ayudas habituales. Además, "es muy importante que entiendan que se trata de una investigación, y no de un tratamiento médico".

También deben comprender que el dispositivo se lo retiran a los seis meses: "No queremos que empiecen a recuperar un cierto resto visual y luego puedan caer en una depresión".

Aun así, las emociones que han experimentado en el laboratorio con este trabajo no han sido precisamente negativas: "Es apasionante que, tras muchos años sin tener percepción visual, comiencen a tenerla, por simple que sea".

Las personas implantadas han reconocido diversos movimientos, formas e incluso algunas letras.

Las personas implantadas han reconocido diversos movimientos, formas e incluso algunas letras. UMH

Las personas implantadas han sido capaces de reconocer formas, movimientos e incluso algunas letras, lo que "puede mejorar la calidad de vida de estas personas" al darles algo más de independencia.

Diálogo con el cerebro

Pese a este progreso, Fernández es partidario de "avanzar poco a poco y no crear falsas expectativas". Tampoco le gusta hablar de restaurar la visión: "Es imposible que vean, por ejemplo, como yo con la tecnología actual".

Un claro ejemplo de cuán lejos estamos es que cada ojo conecta al cerebro a través del nervio óptico, que contiene aproximadamente un millón de 'cables' que transmiten información visual. El dispositivo utilizado en la UMH contiene 100 microelectrodos individuales.

No obstante, han abierto una nueva posibilidad con esta tecnología: dialogar con el cerebro. Fernández lo compara con un director de orquesta que no escucha a los músicos (que harían de neuronas). Ahora, ya sí es posible hacerlo.

Aunque, lo primero, es garantizar la seguridad de esta tecnología, así como su durabilidad: "Tiene que funcionar muchos años, y no sólo una semana o seis meses". Para ello es necesario "comprender mejor cómo mandar información al cerebro".

Hay quienes, pese a estas limitaciones, se han aventurado a hacer afirmaciones como "podemos restaurar la visión". Es el caso de Elon Musk, quien se ha propuesto este objetivo con su empresa Neuralink.

Para el científico alicantino, curar la ceguera son palabras muy fuertes. Aun así, valora que esta compañía esté desarrollando un dispositivo que, desde el punto de vista técnico, es "espectacular". Le consta que entre sus planes está el poder realizar implantes en personas ciegas lo antes posible.

Neuroderechos en la Constitución

El riesgo que plantea que una empresa privada logre devolver la visión a alguien es el de quién podría tener acceso. Antes de que se logre, Fernández considera que se deberían establecer una serie de mecanismos para que no suceda.

Cree que lo mismo debería ocurrir en el campo de la neurociencia para que los conocimientos que se están generando no se utilicen con fines que excedan el ámbito científico. Pone el ejemplo de Rafael Yuste y su propuesta de los cinco neuroderechos.

O el de Chile, donde se ha incluido la protección de los neuroderechos en su Constitución; es una medida pionera a nivel mundial que en España aún no se ha llevado a cabo pero "ya se está empezando a debatir".

Fernández realiza algunos ajustes al sistema de visión artificial implantado en el voluntario.

Fernández realiza algunos ajustes al sistema de visión artificial implantado en el voluntario. UMH

Otra de las discusiones que también surgen entre quienes se dedican al órgano más complejo es la de si el papel del cerebro humano irá a menos en un mundo que es cada vez más tecnológico. A Fernández le gusta pensar que no será así.

"El cerebro es una máquina impresionante a la que estamos muy lejos de aproximarnos. Tiene una capacidad de computación que, hoy por hoy, no presenta ningún sistema artificial".

España, muy por debajo

Se ha escrito que "lo que hacen en el instituto alicantino [refiriéndose al que dirige el protagonista de este texto] parece un milagro, pero es ciencia".

El receptor de este halago prefiere no entrar a valorar la relación entre ciencia y religión. Aunque reconoce que "hay muy buenos científicos que son creyentes, y otros que también lo son pese a no compartir creencia".

Que Fernández es un 'hacedor de milagros' podría tener una doble lectura. No sólo consigue restaurar la visión funcional en personas ciegas. También tira de "imaginativas formas" para lograr la financiación de sus proyectos.

En su grupo han tenido "la suerte" de recibir fondos europeos, además de participar en un proyecto que financia el gobierno holandés para desarrollar la neurotecnología del futuro. "Los fondos que se destinan a la investigación en España son muy limitados", denuncia.

Comparando nuestro país con los de los alrededores cree que "estamos muy por debajo" pese a que "tenemos unos investigadores excelentes, pero no se nos apoya lo suficiente".