El estudio abre la puerta a extender la psicoterapia a nuevos formatos.

El estudio abre la puerta a extender la psicoterapia a nuevos formatos. Pablo García Santos

Salud

Barra libre de 'Whatsapp' con tu psicólogo: para la depresión, la terapia con mensajes es igual de eficaz que sesiones online

Un estudio equipara ambas modalidades de psicoterapia, aunque los autores pensaban que los mensajes de texto y vídeo podían mostrarse superiores.

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Las claves

Un estudio publicado en la revista JAMA compara la eficacia de la terapia para la depresión mediante mensajes (como WhatsApp o email) con las sesiones online por videollamada.

Los resultados muestran que ambas modalidades son igual de eficaces, con porcentajes similares de remisión de la depresión tras 12 semanas de tratamiento.

La terapia basada en mensajes ofrece ventajas como mayor flexibilidad, disponibilidad y registro de las intervenciones, aunque requiere definir bien sus límites y funcionamiento.

Expertos valoran positivamente la democratización del acceso a la psicoterapia online, aunque señalan que el formato presencial y el contacto humano siguen siendo los preferidos en España.

La pandemia marcó un antes y un después en la salud mental por muchas razones. Propició una mayor concienciación sobre los trastornos mentales, pero también impulsó nuevas modalidades de terapia.

Si antes de 2020, las sesiones online, mediante videollamada, eran algo secundario, el confinamiento, las restricciones a la movilidad y el riesgo de contacto físico las popularizaron.

Sin embargo, el tratamiento psicológico a distancia tiene potencialidades propias, sin necesidad de simular la consulta tradicional, y un estudio que acaba de publicarse en la revista de la Asociación Americana de Medicina (JAMA) consolida el potencial de las nuevas modalidades.

Liderado por Michael Pullmann, investigador del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Washington, compara la eficacia de las sesiones online por videollamada y la terapia basada en mensajes.

Esta última se basa en otras herramientas digitales: desde el correo electrónico a la mensajería instantánea tipo Whatsapp, mensajes de voz o de vídeo.

Frente a la modalidad 'tradicional' de videollamada, este formato ofrece ciertas ventajas, como una mayor disponibilidad (no hay que esperar hasta la siguiente sesión para tratar un problema), es más flexible y permite llevar un registro de la intervención.

Dadas las posibilidades de la terapia basada en mensajería, Pullmann planteó la hipótesis de que sería más eficaz que la mediada por videollamada para tratar la depresión.

Para ello, planteó un ensayo clínico en colaboración con una plataforma de terapia psicológica online, en el que reclutaron 850 individuos que se dividieron a partes iguales entre los que recibían terapia en mensaje y en videollamada.

Los de la primera recibían, a través de una plataforma segura, mensajes de texto o correo electrónico. Los terapeutas respondieron entre 15 minutos y 14 horas después del contacto.

Los de la segunda recibían sesiones online de entre 30 y 45 minutos de psicoterapia.

Tras cinco semanas, el 23,3% de los pacientes había respondido al tratamiento. Los que no lo hicieron fueron reasignados a la otra modalidad o la combinación de ambas.

Una vez pasadas 12 semanas desde el inicio del tratamiento, los investigadores observaron que el porcentaje de individuos que habían respondido a la terapia era similar en ambos grupos (aproximadamente, la mitad).

El porcentaje de aquellos cuya depresión se encontraba en remisión también era similar: 31,4% en el grupo que recibía terapia por mensajes frente al 30,3% de los que la recibían por videollamada.

Los autores del trabajo sospecharon que podía tratarse de lo que se conoce como 'regresión a la media': cuando un problema, pasado el tiempo, parece solucionarse por sí solo, como los resfriados.

Sin embargo, en comparación con otros ensayos clínicos, la remisión espontánea de la depresión es menor, por lo que descartan la regresión a la media.

A pesar de que no se cumplieron los objetivos (esperaban que la terapia a base de mensajes fuera más eficaz que la videollamada), el trabajo supone un espaldarazo a las nuevas formas de psicoterapia online.

Eso sí, la opción mixta (mensajes complementados con videollamada y viceversa) no ofreció un plus de eficacia.

Democratizar la terapia

"La terapia online ha democratizado el acceso a la salud mental", comenta Luis Miguel Real, psicólogo que trabaja exclusivamente en este formato.

Esta opción "permite trabajar con personas que viven en zonas rurales, que tienen horarios complicados o que simplemente se sienten más cómodas hablando desde su casa".

Frente al cara a cara, Real reconoce que es más difícil establecer la "alianza terapéutica" con el paciente, pero es algo, apunta, que "suele desaparecer en las primeras sesiones".

El trabajo publicado en JAMA le parece "muy relevante. Que la terapia mediante mensajes (ya sean de texto, audio o vídeo) tenga una eficacia comparable a la terapia sincrónica por videollamada abre la puerta a nuevos formatos más flexibles".

"No todas las personas pueden o quieren tener sesiones de 50 minutos a la semana", continúa, "y esta alternativa puede ser especialmente útil en casos leves o moderados, o como parte de un tratamiento más amplio".

Lo que sí advierte este psicólogo es que este tipo de terapia debe definir bien su funcionamiento y sus límites. "No vale con intercambiar mensajes al azar: hay que establecer frecuencia, tiempos de respuesta, tipo de intervención, seguimiento y objetivos terapéuticos".

Si no se hace esto con rigor, "se corre el riesgo de ofrecer algo que no es ni terapia ni acompañamiento, sino un simple desahogo".

Otros profesionales se muestran más cautos con los resultados de este trabajo. Nerea Palomares combina sesiones presenciales con otras online, "con muy buenos resultados".

"De texto no he hecho nunca, ahí ya me parece que faltan demasiadas cosas: contexto, miradas, expresiones, entonación... Puede ser una ayuda puntual pero no una terapia", sostiene.

Para ella es muy importante esa otra información, y reconoce que es "bastante agotador" para el terapeuta rellenar eso "que no vemos a nivel cerebral", lo que "tiene un precio en el cansancio".

Palomares apunta que este tipo de formatos pueden ser eficaces en depresión, "cuyo tratamiento es muy específico y bastante cognitivo-conductual", pero echa en falta una comparación con la terapia presencial para ponderar los beneficios y los perjuicios de esta nueva modalidad, poco implantada en España.

Desde el Consejo General de la Psicología, apuntan que la terapia online se ha popularizado enormemente tras la pandemia, lo que les llevó a elaborar una guía práctica sobre el tema.

Sin embargo, reconocen el formato asíncrono apenas se practica en nuestro país. El preferido —y más extendido— sigue siendo el presencial. Por muchas posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, el contacto humano sigue siendo el más apreciado.

Por su parte, Maribel Gámez, psicóloga experta en inteligencia artificial aplicada a la salud mental, considera, como Palomares, que en la terapia basada en mensajes se pierde mucha información. "Tiene potencialidad, pero mejor si puede ser videollamada o presencial".

Al igual que hay problemas para los que la terapia online no es la opción deseable (por ejemplo, en trastornos graves o terapias con niños, que cuesta mucho que centren la atención"), la alternativa por mensaje tendrá sus limitaciones.

"Para crisis graves o trastornos que requieren intervención inmediata estaría descartada, por supuesto. Igual que los chatbots terapéuticos, debe ser un instrumento que acompañe al psicólogo para ayudar a la persona que está sufriendo".