Rebecca Reyes, antes y después de su plan de pérdida de peso.

Rebecca Reyes, antes y después de su plan de pérdida de peso.

Salud

Reyes (30 años), que adelgazó 18 kilos en cuatro meses, tajante: "Me obligué a dar todos los días este número concreto de pasos"

La evidencia científica demuestra que no es necesario realizar sacrificios excesivos para obtener resultados positivos y sostenibles en el tiempo.

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En un mundo saturado de dietas extremas y rutinas de ejercicio que parecen pensadas para atletas, la historia de Rebecca Reyes, de 30 años, ofrece una bocanada de aire fresco. Esta madre de dos hijos, que buscaba perder peso después de su segundo embarazo, se inspiró en un vídeo viral de una mujer que había adelgazado caminando. Decidió probar los 10.000 pasos diarios, con un resultado tan asombroso como sencillo.

Tal como cuenta Best Life, Rebecca optó por una estrategia sencilla y accesible para cualquiera: caminar a diario y ser consciente de su alimentación, pero sin restricciones drásticas. Su filosofía era que el bienestar se construye paso a paso. Lo que empezó como un reto personal pronto se convirtió en una nueva forma de vida. Perdió peso, pero también ganó energía, mejoró su ánimo y recuperó su autoestima.

El método de Rebecca era tan sencillo como contundente. Se propuso caminar 10.000 pasos cada día, una meta que solía alcanzar con una hora en la cinta de andar mientras sus hijas dormían. Este compromiso con el ejercicio diario no requería ni ejercicios extenuantes ni entrenamientos sofisticados, sino solo constancia.

A esto le sumó un déficit calórico moderado. En lugar de prohibirse alimentos, ajustaba sus comidas y contaba calorías, manteniendo la flexibilidad de permitirse algún capricho ocasional. Para ella, el secreto para no abandonar su objetivo era no dejar de disfrutar de la comida.

Los resultados llegaron de forma natural y progresiva. En apenas cuatro meses, perdió 18 kilos. A los cinco meses y medio, ya había perdido 20 kilos, y empezó a tonificar su cuerpo al incorporar, poco a poco, ejercicios de fuerza. Pero más allá de los números de la báscula, lo que de verdad cambió su vida fue la vitalidad y el equilibrio mental que ganó con cada paseo.

Ciencia tras este régimen

Lo que vivió Rebecca tiene también un respaldo claro en la investigación médica. Caminar con regularidad no solo es bueno para el corazón, también ayuda a perder peso de forma progresiva, sin necesidad de entrenamientos extenuantes.

Un informe de la Clínica Mayo explica que caminar a paso rápido durante una hora puede quemar entre 200 y 400 calorías, dependiendo del ritmo, el peso y la intensidad. Si a eso se suma un pequeño ajuste en la dieta, como hizo Rebecca, el déficit calórico diario se convierte en un aliado constante para perder peso de manera sostenible.

La Sociedad Española de Cardiología recuerda que los efectos positivos de caminar comienzan mucho antes de alcanzar las cifras habituales. También que no hay que obsesionarse con los 10.000 pasos. Estudios recientes, con más de 200.000 participantes, revelan que incluso caminar 2.400 pasos al día tiene efectos medibles sobre el riesgo cardiovascular. A partir de 4.000 pasos, la mortalidad global comienza a disminuir. Y cuanto más se camina, mayores son los beneficios.

Un estudio citado por la Fundación Española del Corazón sugiere que caminar a paso ligero puede ser incluso más efectivo que correr a la hora de reducir problemas como la hipertensión o el colesterol. Esto hace que sea una opción accesible para personas con diferentes niveles de condición física.

Además, la evidencia científica insiste en que la regularidad es más importante que la intensidad. Caminar entre 40 y 45 minutos, tres o cuatro veces por semana, puede ser suficiente para empezar a notar mejoras, tanto en el peso corporal como en el bienestar general.

El éxito del método de Rebecca no sería posible sin disciplina, pero la Clínica Mayo insiste en que esa disciplina debe ser agradable y adaptada a la realidad de cada persona. Para que la rutina de caminar sea efectiva y sostenible, es fundamental combinarla con una alimentación equilibrada y seguir estos sencillos consejos:

Empieza poco a poco: no te abrumes con objetivos enormes. Comienza con caminatas cortas y aumenta gradualmente la duración y la intensidad.

Cuida tu técnica: mantén la cabeza alta, los hombros relajados y balancea los brazos. Camina de forma fluida, apoyando primero el talón y luego los dedos.

Busca motivación: haz que caminar sea un placer. Varía tus rutas, escucha música o, mejor aún, sal con un amigo o familiar.

Valora cada avance: registrar tus pasos y celebrar cada pequeño logro es clave para mantener la inercia y la moral.

La ciencia y la experiencia de personas como Rebecca Reyes coinciden en el mensaje de que caminar cada día, cuidar la alimentación y ser constante puede tener un impacto profundo en la salud y el bienestar. El primer paso puede ser, literalmente, el inicio de una transformación que puede cambiar tu vida por completo.