Trump sufrió un tropiezo al subir al Air Force One el pasado junio.
Qué es la insuficiencia venosa crónica que padece Donald Trump: una dolencia varicosa infrecuente en hombres
Aunque las varices son una afección prevalente entre los adultos de mayor edad, dos tercios de los casos se producen en mujeres.
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La Casa Blanca ha comunicado que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, padece de "insuficiencia venosa crónica". El diagnóstico se ha comunicado tras la revisión intensiva a la que le sometieron los servicios médicos adscritos a la Presidencia después de comprobar que Trump, de 79 años, mostraba inflamación en las piernas.
La prensa estadounidense se había fijado en los tobillos hinchados del mandatario en la final del Mundial de Clubes del pasado fin de semana, y Trump sufrió un aparatoso tropiezo al subir al Air Force One el pasado mes de junio. Los servicios médicos decidieron examinarle como "precaución" ante los indicios de problemas vasculares que estos síntomas podrían indicar.
Según la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, se le realizaron análisis en ambas piernas, concretamente "ultrasonidos venosos Eco-doppler bilaterales", que miden la dirección y la velocidad de las células sanguíneas que se desplazan por los vasos sanguíneos. El diagnóstico ha sido de insuficiencia venosa crónica, "una dolencia benigna y común, especialmente a partir de los 70".
Leavitt añade que no se encontraron indicios de trombosis o de enfermedades arteriales. Se han descartado igualmente otras enfermedades sistémicas, problemas renales o arritmias cardíacas. Trump ha sido sometido a un recuento de plaquetas en sangre, a un panel metabólico completo y a una prueba de factores de coagulación, todo lo cual descarta que tenga problemas circulatorios graves.
Además, se ha descartado que otro de los indicios que preocupaban a los médicos, la hinchazón y entumecimiento de sus manos, se deba a un problema cardiovascular. Su conclusión ha sido que se trata de una mera irritación de la piel por los numerosos apretones de manos que reparte el presidente en sus encuentros públicos. Además, Trump consume aspirina como antiplaquetario.
Con todos estos indicios, Trump padecería un pronóstico leve de insuficiencia venosa crónica en las piernas, cuya manifestación más común son las varices. Estas se producen cuando las venas van perdiendo elasticidad con la edad y estanqueidad en sus válvulas, lo que facilita que los líquidos se acumulen por la fuerza de la gravedad en las piernas. Esto lleva a dilataciones e hinchazón, y que aparezcan venas marcadas de color azul o morado.
Aunque es un problema prevalente en la población mayor de 70 años como adelantaba Leavitt, es mucho más común en mujeres que en hombres, 64 % frente al 37 %. Esto se debe a que los embarazos y las alteraciones hormonales vinculadas a la menopausia son un factor precursor, así como la distinta distribución de masa grasa y muscular según los sexos.
El sobrepeso, que Donald Trump padece, también facilita su aparición. También la inactividad, aunque el presidente de EEUU practica golf con frecuencia, un deporte particularmente protector. En cualquier caso, si no son adecuadamente tratadas, las varices pueden dar lugar a complicaciones más graves como la formación de úlceras venosas en la piel, tromboflebitis y sangrado.
En los estadios iniciales de la patología, el uso de medias de compresión es lo más recomendable, ya que ayuda a mejorar la circulación venosa mientras reduce la hinchazón y la pesadez en las piernas. En caso de afectación a las venas, los médicos valorarán aplicar técnicas endovasculares, como la radiofrecuencia y el láser.
El verdadero riesgo, no obstante, sería que Trump sufriera una trombosis venosa profunda por la presencia de un coágulo en una vena de las piernas. Este coágulo podría desprenderse y desplazarse por el torrente sanguíneo hasta el lado derecho del corazón. De ahí pasaría al pulmón y obstruiría las arterias, causando una embolia pulmonar. No obstante, el informe de la Casa Blanca descarta por el momento este extremo.