Un hombre se refresca con agua de una botella en la calle en Córdoba el pasado martes.

Un hombre se refresca con agua de una botella en la calle en Córdoba el pasado martes. EFE

Salud

Al menos 269 personas han muerto por temperaturas extremas desde el sábado, seis de ellas por golpe de calor

El sistema de monitorización de mortalidad diaria (MoMo) calcula que este junio han muerto un total de 407 personas por efecto de las altas temperaturas.

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Entre el pasado sábado 28 de junio y el miércoles 2 de julio, primera ola de calor del verano, han muerto 6.108 personas, de las que 269 serían atribuibles al exceso de temperaturas, según las estimaciones del sistema de monitorización de mortalidad diaria, MoMo.

Esta es la herramienta que utiliza el Instituto de Salud Carlos III para vigilar el exceso de mortalidad en cualquier época del año.

Las muertes atribuibles por las altas temperaturas son una estimación que se basa en el efecto del calor en enfermedades crónicas como las afecciones cardiovasculares, respiratorias o metabólicas, entre otras.

A estas se añaden las seis muertes ocurridas directamente por exceso de calor. El golpe de calor ocurre cuando el sistema de termorregulación del cuerpo humano fracasa y la temperatura interna sube por encima de los 40 ºC.

Durante el pasado fin de semana murió un niño de dos años en Tarragona y una trabajadora de la limpieza de 51 años en Barcelona.

El miércoles se confirmaron otras dos defunciones: la de un hombre de 67 años en Plasencia y otro de 75 años en Córdoba.

Este jueves se han notificado dos muertes adicionales: la de un hombre de 52 años en Castellón y la de una mujer de 53 en Alicante.

El mes de junio recién finalizado es el más cálido desde que hay registros, según la Agencia Española de Meteorología (AEMET).

Se batieron seis récords de temperaturas máximas en Huelva (40,9 ºC), Lugo (37,9 ºC), Orense (41,3 ºC), Reus (36,9 ºC), Toledo (42 ºC) y Zamora (39,9 ºC).

El municipio de El Granado, en Huelva, registró 46 ºC, marcando un récord histórico absoluto en el mes de junio, si bien está pendiente de validación.

También se batieron dos récords de temperaturas mínimas más altas, en Barcelona (24,9 ºC) y Lugo (18 ºC).

Además, se registró la temperatura más alta de una boya del Mediterráneo en el mes de junio, con 30,5 ºC en Dragonera, cercana a Mallorca.

Cómo se calculan las muertes por calor

Las altas temperaturas han marcado la mortalidad. El MoMo calcula que, entre los días 1 y 30 de junio, se habrían producido 407 muertes por exceso de calor.

Sin embargo, no es el junio más mortal: el de 2017 se saldó con un millar de muertes, y el de 2022 lo hizo con 828.

Estos dos años vivieron sendas olas de calor tempranas y duraderas, que afectaron sin duda a la salud de los españoles.

Pero estas cifras no están exentas de polémica. El Instituto Nacional de Estadística no tiene una categoría específica de muerte por golpe de calor a la hora de registrar las defunciones, aunque se contabilizan las muertes por deshidratación y otros efectos del calor extremo.

Además, cada médico puede registrar la muerte de una forma distinta. El golpe de calor puede llevar a un fallo en varios órganos, desde el corazón a los riñones, por lo que no se garantiza que entren en la misma categoría.

La situación se complica más a la hora de atribuir al exceso de temperaturas fallecimientos por otras causas en que el calor ha jugado el papel de desencadenante.

Por ejemplo, una insuficiencia respiratoria, cardíaca o renal pueden verse exacerbadas por temperaturas extremas, pero estas no van a figurar como causa de la muerte. La atribución debe hacerse de forma indirecta.

Otro elemento complica aún más la ecuación: al contrario que con el frío excesivo, los efectos del calor no son inmediatos ni lineales. Algunos expertos señalan que su efecto puede prolongarse varios días después del episodio de altas temperaturas.

Por eso, hay investigadores que piensan que las cifras del MoMo minusvaloran la mortalidad por calor en España.

En todo junio, el sistema de vigilancia del Carlos III estima 407 muertes por exceso de calor. Sin embargo, el MACE (Mortalidad Atribuible por Calor en España) calcula que —a 29 de junio— 530 serían atribuibles al calor extremo, pero más de 3.300 al calor moderado.

Por tanto, el calor sería responsable directo o indirecto de cerca de 4.000 muertes en el pasado junio.

El MACE es una herramienta desarrollada por los investigadores Aurelio Tobías (del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua-CSIC), Dominic Royé (de la Misión Biológica Galicia-CSIC) y Carmen Íñiguez (de la Universidad de Valencia).

Las cifras del MACE se parecen a las de otros estudios realizados a posteriori, como el realizado por Joan Ballester y otros investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en que analizaban las muertes por calor en Europa en el verano de 2022.

Combinando los datos de mortalidad y temperaturas de los siete años anteriores, realizaron modelos epidemiológicos para estimar cómo el calor influía en el número de defunciones.

Así, en un estudio publicado en Nature atribuyeron a las altas temperaturas 61.672 muertes en toda Europa, de las que 11.324 sucedieron en España, segundo país más afectado tras Italia.

Los autores, además compararon las cifras con las de 2003 (otro verano excepcionalmente caluroso) y advirtieron de que las estrategias de adaptación al calor de nuestra sociedad son insuficientes.