El doctor Ricardo Ruiz en una imagen de sus redes sociales.

El doctor Ricardo Ruiz en una imagen de sus redes sociales. Instagram.

Salud

Ricardo Ruiz, dermatólogo, advierte de cuándo un lunar debe preocuparte de verdad: "La piel habla"

Prestar atención a la apatición y la evolución de los lunares puede ser clave para un diagnóstico temprano y un tratamiento más eficaz del cáncer de piel.

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En no pocas ocasiones, los lunares se han asociado al atractivo físico, a la distinción o incluso a la sensualidad. A lo largo de la historia del cine, la moda o la música,vmuchas las figuras han convertido un lunar en parte de su sello personal.

Desde la icónica Marilyn Monroe hasta Elizabeth Taylor o Madonna, pasando por nuestra Concha Velasco, los lunares han llegado a representar un rasgo de personalidad o estilo. Tan populares eran que, en algunos de estos casos, ni siquiera eran naturales, sino un recurso estético añadido con maquillaje.

Sin embargo, más allá del valor simbólico o estético que han tenido en distintas épocas, los lunares también tienen una dimensión médica que no conviene pasar por alto. Aunque en la mayoría de los casos resultan inofensivos, su aparición o cambio puede ser una señal de alerta.

Revisarlos con regularidad no es una cuestión menor: puede salvar vidas. Así lo recuerda el dermatólogo Ricardo Ruiza en su cuenta de Instagram, donde advierte que “1 de cada 2 cánceres diagnosticados en España es de piel. El melanoma, aunque menos frecuente, puede ser mortal si no se detecta a tiempo”.

En esta red social, el doctor ha compartido un carrusel con información clave sobre el skin check, una acción que va más allá de lo estético. En él explica por qué la primavera es el momento más adecuado para revisar los lunares: en esta época la piel aún no está bronceada, lo que permite detectar con mayor facilidad cualquier cambio en el color, la forma o la textura.

Además, si se identifica alguna lesión que requiera intervención, se puede actuar con margen suficiente antes del verano, evitando así que una posible cicatriz quede expuesta al sol.

Otro aspecto que destaca el doctor es que hay ciertas señales a las que conviene prestar atención. La aparición de lunares nuevos después de los 30 años, manchas oscuras en las uñas, heridas que no cicatrizan, cambios en lunares antiguos o molestias como picor o dolor persistente sin causa aparente deben considerarse motivos de consulta. En muchos casos no será nada grave, pero ante la mínima sospecha, el control temprano puede marcar la diferencia.

Y es que la piel, al parecer, tiene memoria. Las exposiciones al sol sin protección durante la infancia y la adolescencia no desaparecen con el paso de los años. Todo ese daño acumulado puede aflorar tiempo después en forma de lesiones precancerosas o, en el peor de los casos, de un melanoma. Por eso, la detección precoz se ha convertido en una herramienta fundamental para la prevención.

En este sentido, la tecnología también se ha puesto al servicio del diagnóstico. Con la ayuda de la inteligencia artificial, ya es posible crear un mapa digital detallado de los lunares del cuerpo, lo que permite detectar de forma precisa cualquier cambio sospechoso.

Estos avances tecnológicos ayudan a identificar lesiones que podrían pasar desapercibidas a simple vista, facilitando su seguimiento en elvtiempo y reforzando la capacidad diagnóstica del especialista.

Pero más allá de la revisión anual, es fundamental adoptar medidas preventivas en el día a día. Evitar las quemaduras solares, utilizar protector con un factor de protección solar igual o superior a 30, cubrirse con ropa adecuada, gafas de sol y sombrero, y evitar la exposición directa al sol entre las 10 y las 16 horas son gestos sencillos que pueden reducir considerablemente el riesgo. También se desaconseja firmemente el uso de camas de bronceado, especialmente entre la población joven.

Una amenaza creciente pero prevenible

Los lunares no solo forman parte de nuestro aspecto, también pueden ser una señal de alerta. Y no es un tema menor: el cáncer de piel es el tipo de tumor que más está creciendo en todo el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, en 2022 se diagnosticaron más de 1,2 millones de casos de cáncer de piel no melanoma y más de 330.000 melanomas. En España, solo en 2023 se detectaron 20.392 nuevos casos, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Los más frecuentes son los carcinomas no melanoma, pero el melanoma, aunque menos común, es el más agresivo. En 2024, se estima que se diagnosticarán cerca de 8.000 nuevos casos en nuestro país, con una incidencia de 15 por cada 100.000 habitantes, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Aunque la supervivencia ha mejorado, sigue siendo uno de los cánceres de piel más peligrosos si no se detecta a tiempo.

La buena noticia es que, a diferencia de otros tipos de cáncer, el melanoma es también uno de los más prevenibles. Como recuerda el doctor Ricardo Ruiz, se puede reducir el riesgo adoptando algunas medidas clave. Pero además de la prevención, la detección temprana juega un papel fundamental. Para identificar posibles señales de alarma, los dermatólogos utilizan una regla sencilla y muy útil: la regla del ABCDE.

· A, de asimetría: cuando una mitad del lunar no es igual a la otra.

· B, de bordes irregulares: contornos desiguales, dentados o mal definidos.

· C, de color: la lesión presenta varios tonos o una pigmentación desigual.

· D, de diámetro: mide más de 6 milímetros o ha aumentado de tamaño.

· E, de evolución: cambia rápidamente en forma, color, tamaño o grosor.

También es importante prestar atención a cualquier nueva mancha, herida que no cicatriza, zona que sangra sin motivo o lesión que crece o pica. Y en personas con muchos lunares, piel clara o antecedentes familiares, es recomendable hacer controles dermatológicos periódicos.