Acto de presentación del Plan Español del Cerebro.

Acto de presentación del Plan Español del Cerebro. Organización Médica Colegial de España

Salud

Así es el primer Plan Español del Cerebro: prevención y más financiación para los trastornos neurológicos y psiquiátricos

21 millones de personas en España sufren algún tipo de trastorno cerebral y el 29% de la población tiene problemas de salud mental.

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Ansiedad, depresión, ictus y alzhéimer. Estos cuatro problemas tienen algo en común: el cerebro. También son, probablemente, las cuatro palabras que llegan primero a la mente cuando se habla de problemas en ese órgano. No es para menos: más de 21 millones de personas en España sufren algún tipo de trastorno cerebral.

Cifras como esta, o como el 29% de la población con problemas de salud mental, han hecho que se ponga en el centro la salud cerebral. "Se ha convertido en un reto clínico, económico, social, demográfico y ético", ha resumido Eva Ortega, Secretaria General de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Lo ha hecho esta mañana en la presentación del Plan Español del Cerebro (PEC), en Madrid. La estrategia, impulsada por el Consejo Español del Cerebro (CEC), pretende ser la hoja de ruta para afrontar este desafío, uno de los más importantes de la salud pública actual.

"El cerebro es lo más preciado. Sin salud cerebral no hay bienestar, autonomía ni innovación", advertía Mara Dierssen, presidenta del CEC durante el evento. La neurobióloga ha hecho hincapié en que, si este aspecto no está bien, el resto del organismo no estará sano tampoco.

Además, las enfermedades cerebrales, tanto neurológicas como psiquiátricas, conllevan un enorme impacto en la calidad de vida y la economía del paciente y sus cuidadores. "Afecta a muchísimos de los ámbitos que conforman nuestro sistema socioeconómico y sanitario", ha resaltado Dierssen.

El impacto económico es más que notable. Los problemas en la salud cerebral suponen un 8% del PIB español, incluyendo los gastos sanitarios directos de cada trastorno, la pérdida de productividad y el cuidado informal del paciente.

Este coste económico y social supera al del cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares juntos, ha destacado la presidenta del CEC. "Tenemos que dimensionar la inversión en salud cerebral y el impacto real de estos trastornos".

Las cinco claves del proyecto

Para poder llevar a cabo el PEC hay cinco ejes fundamentales que van desde poder recabar datos de la población hasta la participación de la ciudadanía en las medidas, pasando por impulsar la investigación neurocientífica y asegurar una atención clínica equitativa y sostenida. También contempla la prevención.

Respecto a la primera cuestión, Mara Parellada, presidenta de la Comisión Nacional de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, ha subrayado la ausencia de registros unificados en prácticamente todos los ámbitos, como la prevalencia de enfermedades o los ensayos clínicos en curso.

"Necesitamos saber en qué situación estamos, una foto fija que no tenemos", ha lamentado. Tampoco hay datos concretos del impacto económico y social de este tipo de trastornos. La ausencia de toda esta información ha llevado a la propuesta de crear el Observatorio Ibérico de Patología Cerebral, para suplir ese vacío.

A nivel clínico "somos escuchados [en el extranjero]", ha dicho Parellada en referencia a los investigadores españoles. Sin embargo, todavía queda por mejorar en detección temprana de los trastornos. "Es absolutamente fundamental junto con la continuidad asistencial".

En ese sentido, tanto Parellada como Dierssen han lamentado que el código postal siga siendo un determinante en la accesibilidad en los servicios. Uno de los objetivos del PEC es la continuidad de cuidados y de asistencia, durante toda la vida y en los sectores que sea necesario.

Otro punto importante del plan es la promoción y la prevención de la salud cerebral. Es algo fundamental porque hasta el 30% de los trastornos cerebrales se podrían evitar, señala la presidenta del CEC.

Se conocen muchos factores de riesgo para trastornos cerebrales: problemas cardiovasculares, azúcar, polución, entre otros. Todos estos elementos afectan de forma muy negativa a la salud cerebral y hay que tenerlos en cuenta en todos los niveles, desde la investigación hasta las campañas de concienciación.

Un impulso a la investigación

El éxito del PEC pasa por el impulso a la investigación neurocientífica y éste está, ineludiblemente, ligado al aumento de la financiación. "Necesitamos más dinero", ha dicho Parellada.

Esto provoca que España tenga unos estándares de inversión por debajo de los que tienen países comparables, como Alemania, ejemplifica Dierssen. "Muchas veces nos encontramos que, ni siendo los coordinadores de un proyecto, conseguimos tener tanta financiación como ellos".

Esa desigualdad influye en el desarrollo del proyecto y lo que puede aportar España como potencia, continúa la neurobióloga. "Con la misma idea científica ellos pueden usar tecnologías de última generación y nosotros nos ajustamos a lo que podemos hacer".

Ortega, del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, ha reconocido esta problemática, pero también ha enfatizado que el país está en el mayor momento de inversión pública en ciencia de su historia.

También ha añadido que, a diferencia de España, muchos países consiguen gran parte de su financiación del sector privado y no tanto del sistema público. Por ejemplo, países como los escandinavos, o potencias como Alemania, consiguen el 75% de la inversión de la empresa privada.

Uno de los aspectos a los que afecta este problema es a la traslación del laboratorio a la clínica, expone Dierssen. Hay biomarcadores reconocidos en numerosas patologías que aún no se puede aplicar. "Esto pasa en enfermedades como el alzheimer o la depresión", desgrana.

El plan presentado esta mañana entra dentro de las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud para afrontar los trastornos neurológicos. Además, está en línea con los principios del European Brain Council, en el que el CEC es un miembro activo.

Para su presidenta, el plan presentado esta mañana no es solo un documento, sino "un compromiso con millones de afectados por enfermedades neurológicas y mentales". Dierssen espera que este sea el primer paso para conseguir que la salud cerebral sea "un derecho y no un privilegio".

Asimismo, se ha mostrado esperanzada con el futuro que puede vivir España. "Nos veo en diez años diciendo que fuimos pioneros en programas y estrategias que favorezcan la salud cerebral". Eso, defiende, colocará al país "a la cabecera de todo".