
Medir la tensión arterial Pexels.
Un ensayo clínico demuestra que controlar la hipertensión a partir de los 40 años reduce el riesgo de sufrir alzhéimer
Un adecuado control de la presión arterial conlleva una menor incidencia de todas las causas de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer.
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Un ensayo clínico de fase III en el que participaron casi 34.000 habitantes de aldeas chinas ha demostrado que disminuir la hipertensión arterial reduce el riesgo de sufrir demencia por cualquier causa, incluida la enfermedad de Alzheimer, y atenúa el deterioro cognitivo. Los voluntarios tenían 40 años o más y padecían tensión arterial no tratada a causa de sus hábitos de vida. La dieta y conservación tradicional de los alimentos hace que China sea una de las mayores consumidoras de sal por persona y día, superando de lejos los 5 mg. diarios que marca la OMS como máximo.
La intervención, que proporcionó a través de los médicos rurales tanto medicación como consejos para sustituir la sal en la cocina, perder peso y aumentar la actividad física, ayudó a prevenir los problemas neurodegenerativos, según los resultados del estudio publicado en Nature Medicine. Se trata de un avance crucial para enfrentarse a la demencia cuando se prevé que los casos en el mundo aumenten de 57,4 millones en 2019 a 152,8 millones en 2050, con un crecimiento desproporcionado en países de ingresos bajos y medios.
"Se trata de un estudio histórico con una muestra muy amplia y un efecto sólido", celebra Masud Husain, catedrático de Neurología de la Universidad de Oxford, en declaraciones a Science Media Centre. El especialista destaca que "en solo cuatro años se ha reducido significativamente la incidencia de demencia gracias al tratamiento agresivo de la hipertensión arterial", algo de lo que quizás no sean del todo conscientes tanto pacientes como médicos de cabecera. "En mi consulta, recomiendo mantener la presión arterial por debajo de 140/80", añade.
"Este amplio ensayo aporta más pruebas de que tratar la hipertensión arterial podría ser una forma de reducir el riesgo de demencia", valora por su parte Julia Dudley, directora de investigación de Alzheimer's Research UK. Esto concuerda con un informe histórico publicado el año pasado en The Lancet, que destacaba la hipertensión arterial no tratada como uno de los 14 factores de riesgo que explican casi la mitad de los casos de demencia en todo el mundo. Los medicamentos existentes y los cambios en el estilo de vida podrían suponer una forma accesible de tratamiento".
El equipo liderado por Jiang He seleccionó a 17.407 pacientes dentro del grupo de 33.995 en total, que pudieron recibir de manos de los sanitarios locales medicación antihipertensiva. Además, acudieron a cursillos en los que se les enseñó a medirse la presión arterial, además de recibir consejos sobre cómo mejorar sus hábitos. Se les instó por ejemplo a reducir su consumo de sodio y alcohol, mejorar su Índice de Masa Corporal y mantener la adherencia a la medicación.
Aquellos en el grupo de control se ciñeron a tomar la medida de su presión arterial sin realizar por otra parte cambios en su estilo de vida. Transcurridos 48 meses, los autores determinaron que el grupo que recibía medicación y terapia conductual manejaba mejor la hipertensión, y algunos llegaban al objetivo de control. Esto redujo en un 15% los factores de riesgo de sufrir demencia por cualquier causa, y en un 16% el impacto del deterioro cognitivo ligado a la edad.
"Cuidar la salud de nuestro corazón y nuestros vasos sanguíneos es algo que todos podemos hacer para mejorar nuestro bienestar general y reducir el riesgo de demencia", recomienda Dudley. "Si le preocupa su presión arterial o hace tiempo que no se la mide, consulte a su médico de cabecera o acuda a su farmacia local, que puede ofrecer este servicio. Si tiene más de 40 años, lo ideal es que se mida la presión arterial al menos cada cinco años".