
El doctor Manuel Viso en una intervención en televisión.
El doctor Manuel Viso advierte a España sobre este famoso café: "Viene con un extra inesperado, el furano"
No todos los tipos de café son iguales, y aunque los cafés de cápsula sean cómodos, pueden contener 'extras' inesperados.
Más información: Soy médico y este es el café del 'súper' que jamás recomiendo tomar a ninguno de mis pacientes.
Durante los últimos años se ha popularizado significativamente el consumo de café de cápsula, en sus diferentes variedades. Se trata de un formato cómodo, portátil y muy extendido. De hecho, es cada vez más habitual ver cafeteras compatibles en diferentes localizaciones, incluyendo las salas de descanso de los trabajos, donde cada trabajador puede llevar su propia cápsula. Sin embargo, y a pesar de que existe una enorme variedad para estos cafés, no todo es tan fácil.
Así nos lo ha hecho ver recientemente el Dr. Manuel Viso, conocido médico y divulgador, en uno de sus últimos reels de Instagram: el café de cápsula contiene un ingrediente inesperado, habitual tras el tueste del café, pero en mayor cantidad al tratarse de un formato de cápsula.
Como explica Viso, aunque el café de cápsula suele atraernos por su formato y sus preparados cremosos, existen ingredientes que debemos tener en cuenta por el mismo formato del café: "este café tan cremosito viene con un extra inesperado, el furano. Suena a perfume caro, pero no es tan glamuroso. El furano es un compuesto volátil que se forma cuando se tuesta el café. El problema es que en las cápsulas, al ser un sistema cerrado, no se volatiliza. No sale hacia fuera".
Como explica el propio Viso, el furano es un compuesto volátil lipofílico, clasificado como posible carcinógeno humano (grupo 2B en la IARC). Se genera durante el procesado de alimentos ricos en carbohidratos y lípidos, especialmente al ser sometidos a altas temperaturas, como sucede con el tueste del café.
El café, especialmente el tostado y molido, es una conocida fuente de furano. Este compuesto se libera por el calor pero, dado que es volátil, parte de él se disipa durante la preparación si se deja el café al aire libre. Sin embargo, diversos estudios han sugerido que las cápsulas de café sí poseen mayores dosis de furano en comparación a otros, como el café de filtro, el espresso tradicional o el café instantáneo.
De hecho, la misma EFSA ya sugirió el pasado año 2017 que los niveles de furano en las cápsulas de café van de los 20 a los 120 ng/mL, en comparación a los 10-40 ng/mL del café de filtro. Si bien existe evidencia de posibles efectos en la salud en roedores, como daños a nivel hepático o aumento del riesgo de cáncer de hígado, en humanos la evidencia aún es limitada. De hecho, el mismo Viso lo explica en su vídeo: harían falta unos 30 cafés de cápsula diarios, todos los días, para que exista un riesgo real.
Por su parte, la EFSA en 2021 consideró que la exposición dietética habitual a furano está por debajo del umbral crítico, aunque aún así planteó cierta preocupación a nivel de salud pública, especialmente en los grandes consumidores de café.
Por otro lado, Viso también nombra el aluminio con el que se suelen fabricar algunas de estas cápsulas de café: "tranquilos, el revestimiento de las cápsulas impide que el aluminio pase al café. Lo dice la ciencia y lo confirma la agencia europea de seguridad alimentaria". Aunque, eso sí, Viso aconseja no reutilizar las cápsulas ni recalentarlas.
Como suele suceder en este y muchos otros casos de seguridad alimentaria, debemos recordar que se trata de riesgos no inmediatos, pero sí acumulativos, por lo que lo prudencial sería evitar sobrepasar los límites de exposición comentados. Como consejos finales, además de no reutilizar las cápsulas y permitir que el café repose unos segundos antes de beberlo, sería conveniente alternar métodos de preparación con el objetivo de exponernos lo menos posible al furano y otros posibles ingredientes no deseados.