
Tecnología digital y tercera edad. Pexels.
El gran estudio que 'indulta' a las pantallas: su uso a partir de los 50 años estimula el cerebro y reduce el deterioro cognitivo
Una revisión de estudios con más de 400.000 participantes de todo el mundo apunta a que usar tecnología preservaría las facultades en lugar de dañarlas.
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La extensión del uso de la tecnología digital puede asociarse con una reducción de las tasas de deterioro cognitivo y menores tasas de discapacidad neurológica en adultos de más de 50 años, según describe un metaanálisis publicado en Nature Human Behaviour. Estos resultados parecen contradecir la hipótesis según la cual el uso de la tecnología tendría un efecto adverso sobre la conservación de las capacidades cognitivas a medida que envejecemos.
La popularización de la electrónica de consumo en las últimas décadas del siglo XX ha llevado a que la primera generación de personas que han interactuado toda su vida con tecnologías digitales entre ahora en la edad a la que los síntomas de la demencia tienden a emerger. Los resultados del estudio de por Jared Benge y Michael Scullin, de las Universidades de Texas en Austin y Baylor, apuntan a que estos hábitos han podido contribuir a preservar la cognición.
"Los hallazgos indican que un mayor uso de tecnologías digitales se vinculó con un menor riesgo de deterioro cognitivo y tasas más lentas de declive", explica Lucrecia Moreno Royo, catedrática en el departamento de Farmacia de la Universidad CEU Cardenal Herrera, en declaraciones a Science Media Centre. El estudio sugiere que la interacción con la tecnología podría beneficiar la cognición a medida que envejecemos. Las implicaciones para el mundo real pasan por el uso de la tecnología como estimulación cognitiva, claramente".
Los autores de este trabajo analizaron 57 investigaciones que abarcaban a un total de 411.430 personas de todo el mundo. La edad media de los participantes era de 68,7 años, y todos habían realizado al menos un test cognitivo o habían recibido un diagnóstico neurológico. El uso de la tecnología digital, definido como la utilización de un ordenador, de un smartphone, de Internet o la combinación de los tres- se asociaba con un riesgo de pérdida de facultades inferior en la población objeto de los diferentes estudios.
Un aspecto particularmente importante del metaanálisis de los estudios fue que los resultados no se circunscribían a un determinado grupo demográfico, socioeconómico, o caracterizado por los hábitos de vida y el estado de salud. Todas las personas, independientemente del contexto, se verían beneficiadas por el uso de la tecnología. Benge y Scullin también comprobaron esta relación en estudios longitudinales, que siguieron a los participantes durante una media de 6,2 años.
"La sociedad en la que vivimos se encuentra inmersa en la utilización de tecnologías digitales para múltiples ámbitos y entornos. ¿Este uso de las tecnologías digitales está modificando nuestro cerebro y nuestras capacidades cognitivas?", se pregunta Diego Redolar Ripoll, profesor de Psicobiología y Neurociencia en la facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
"Un daño cerebral determinado puede causar déficits cognitivos en una persona, pero en otra no", prosigue. "El concepto de 'reserva cognitiva' surgió para explicar la falta de correspondencia directa entre un grado de lesión cerebral y las manifestaciones clínicas o cognitivas asociadas, es decir, entre tener las lesiones de una enfermedad y desarrollar sus síntomas".
Redolar Ripoll plantea que la capacidad del cerebro para contrarrestar los efectos nocivos del envejecimiento o la enfermedad, y por tanto la generación de esta 'reserva cognitiva', puede asociarse con la exposición a variables ambientales o estilos de vida concretos, entre los que se incluyen las tecnologías digitales. El estudio que ahora se publica podría ayudar a discernir que estos efectos son beneficiosos, en oposición a la hipótesis de la demencia mediada por el uso tecnológico.
"Teniendo en cuenta los resultados de forma global, podríamos incluir el uso de las tecnologías digitales como uno de los factores que podrían ayudar a contrarrestar los efectos deletéreos del envejecimiento o incluso de ciertas enfermedades, contribuyendo a un aumento de la mejora cognitiva. Esto podría tener un gran calado para una sociedad en la que las tecnologías digitales están transformando profundamente la manera en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos", concluye.