Vacas en una explotación ganadera.

Vacas en una explotación ganadera. Rodrigo Abd/AP/dpa

Salud

Hallada la 'zona cero' de la crisis de gripe aviar en Estados Unidos: solo hizo falta un único contagio de un ave a una vaca

Un estudio arroja luz sobre el origen del problema y muestra que la adaptación variante H5N1 de la enfermedad es más alta de lo esperado.

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La gripe aviar tiene contra las cuerdas a Estados Unidos desde hace meses. Desde marzo del año pasado, el virus se ha extendido a más de 800 rebaños lecheros en 16 estados del país. Además, ha afectado a más de 60 personas, llegando a causar un fallecimiento, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) nacionales. Un año después del inicio, se ha podido encontrar el origen. Un estudio afirma que todo apunta a que todo comenzó con un único contagio de un ave silvestre a una vaca lechera.

Los investigadores apuntan a que, probablemente, este contacto se produjo a mediados o finales de 2023 en Texas, seguida de varios meses de transmisión entre vacas sin detectar. Una vez infectados, estos animales pueden ser transmisores del virus durante dos o tres semanas, algo que aumenta el plazo de transmisión zoonótica.

Los resultados de la investigación se han publicado este jueves 24 de abril en la revista Science. Para llevarla a cabo, el equipo utilizó más de 100 variantes del virus que surgieron al mezclarse con cepas locales de gripe aviar de baja patogenicidad. La combinación de estos datos con genomas e información sobre los brotes en ganado lechero estadounidense permitió a los autores descubrir el origen de esta crisis.

Raúl Rivas, catedrático de Microbiología en la Universidad de Salamanca, explica que algo así "no es anormal". El contagio entre especies puede producirse por contacto directo del ejemplar infectado y el sano o de forma indirecta, a través de ambientes contaminados. Una vez que la enfermedad se introdujo en el ganado, se expandió también a otras especies, como aves de corral, mapaches, gatos y aves silvestres como zanates, mirlos y palomas, advierten los autores del trabajo.

La información que publica la prestigiosa revista no solo arroja luz sobre el origen del problema. También muestra que la adaptación de la cepa H5N1 de gripe aviar es más alta de lo que los expertos esperaban, cuenta el microbiólogo. "Nos ha sorprendido cómo ha evolucionado la situación en los últimos años".

Como piezas de Lego

Este resultado refleja los 4 meses, aproximadamente, de evolución que necesita la cepa del virus en el ganado lechero, dice el artículo. No obstante, los autores no descartan la posibilidad de que estos adquieran otros marcadores genéticos que medien la probabilidad de transmisión en otros mamíferos.

Esto no sería de extrañar, reconoce Luis Buzón, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) explica que está en la propia naturaleza del virus de la gripe. El genoma de este patógeno es "como piezas de Lego", lo que hace que pueda recombinarse continuamente para crear nuevos clados.

Este brote en vacas lecheras de Estados Unidos es muy peculiar, continúa Buzón. Un ave lo transmitió a una vaca en una granja concreta, pero este clado, 2.3.4.4b de la variante H5N1, no se transmite por vía aérea. Las teorías apuntan a que la propagación se ha producido a través de las herramientas que usan las granjas para ordeñar.

El genotipo de este clado, B3.13 no produce síntomas comúnmente asociados a la gripe, lo que provoca en estos animales es una mastitis. De hecho, las alarmas suenan hace un año cuando los granjeros ven que sus vacas dejan de producir leche. De esta forma, al compartir las herramientas para ordeñarlas, el virus se propaga de unas a otras a través de sus mamas, expone el microbiólogo de la SEIMC.

Los autores del trabajo apuntan que esta gran extensión de la patología en el país se ha podido producir por el movimiento de animales entre estados. Al trasladar ejemplares infectados o presintomáticos de unas granjas a otras, se facilitó que el virus saliera de Texas y llegara a regiones como Carolina del Norte, Idaho, Michigan, Ohio, Kansas y Dakota del Sur.

La necesidad de estar alerta

Otro detalle que destaca el Rivas, de la USAL, es que la inmunidad a la cepa H5N1 en las vacas es variable. Depende de factores como la variante, o la exposición previa, pero en general no suelen generar anticuerpos contra la enfermedad. Incluso si lo hacen, es a corto plazo, por lo que "puede haber reinfecciones en un plazo corto de tiempo". Esto podría producir una especie de círculo vicioso en el que puedan producirse brotes una y otra vez.

Rivas reconoce que, aunque todavía no es una amenaza como potencial pandémico, "su evolución requiere vigilancia constante". En ese sentido, Buzón está de acuerdo con el catedrático de la USAL y avisa de que la circulación del virus durante meses en las vacas lecheras permite que vaya adaptándose. Cuanto más se propaga y más especies infecta, más problemático es. "Es como tirar los dados hasta que salga la combinación concreta".

Este cuidado no hay que tenerlo solo con las aves silvestres, sino también con el ganado. "Las grandes explotaciones de aves, de vacas y de cerdos a día de hoy deberían centrar nuestra atención". En un lugar como estos, en los que conviven hacinados una gran cantidad de individuos, se dan todas las condiciones favorables para que una infección se expanda con rapidez, aclara.