El cardiólogo José Abellán.
El cardiólogo José Abellán avisa a todos los que aún echan sal a su comida: "No es necesaria y sube la presión arterial"
"A más sal añadida, hay más riesgo de sufrir eventos cardiovasculares", alerta el especialista sobre este hábito extendido en España.
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El consumo de sal en España alcanza cifras preocupantes. Según datos recientes, se estima que la ingesta media diaria ronda los 9,8 gramos por persona, casi el doble de los 5 gramos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un exceso directamente relacionado con problemas de salud como la hipertensión, un factor de riesgo clave en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en España. La relación es clara: cuanto más sodio se consume, mayor es la presión arterial y con ello aumenta el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares.
Precisamente sobre esta cuestión ha hablado el cardiólogo José Abellán, especialista en salud cardiovascular, durante una entrevista de Fit Generation en Instagram. El experto advierte en este podcast sobre los riesgos de añadir sal de forma habitual a la comida, incluso cuando la dieta parece saludable: "A más sal añadida, hay más riesgo de sufrir eventos cardiovasculares. ¿Por qué tiene esto sentido? Pues porque el efecto directo es que aumenta la presión arterial y esto es un efecto medible, mensurable y súper claro. Cuanto más sal/sodio incluya mi alimentación, mayor presión arterial tengo", advierte.
En su intervención, Abellán recuerda que, como ocurre con otras variables biológicas, existe un rango óptimo para el consumo de sodio y que tanto el exceso como la carencia pueden ser perjudiciales para la salud. "Gente que toma muy poco sodio, también aumenta su riesgo de sufrir un evento cardiovascular. Hay muchos gurús de la alimentación que han aprovechado precisamente esto para decir que el tomar poco sodio también influye en la mortalidad, que tenemos que tomar mucho. Pero si vemos la realidad, es que hay un rango óptimo", señala el especialista.
Por ello, el mensaje principal que quiere transmitir el cardiólogo es claro: en la mayoría de los casos, el sodio presente de forma natural en los alimentos es más que suficiente para cubrir las necesidades del organismo.
"La idea que tenemos que transmitir es que el sodio que tienen los alimentos es suficiente y es muy bajo. Por eso no necesitas añadirle sal a la comida. Si tú quieres añadirle sal, seguramente no te vayas a pasar, a no ser que abuses de los ultraprocesados", concluye Abellán.
Mejores alternativas a la sal
El consumo elevado de sal sigue siendo uno de los factores de riesgo más claros para el desarrollo de hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares sobre todo en España. Este exceso de sodio, presente tanto en la sal añadida como en muchos alimentos procesados, contribuye de manera directa al aumento de esa presión arterial, lo que incrementa significativamente el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares como infartos o accidentes cerebrovasculares, tal y como ha señalado el experto y como demuestran también numerosos estudios científicos.
Una investigación publicada en la revista Medicina de Familia SEMERGEN confirmó que quienes consumen grandes cantidades de sal presentan un riesgo notablemente mayor de padecer enfermedades coronarias o ictus. A raíz de estos datos, organismos como la Fundación Española del Corazón insisten en que reducir el consumo de sal no solo ayuda a mantener una presión arterial adecuada, sino que también puede prevenir complicaciones graves asociadas al corazón. Este mensaje ha llevado a distintas instituciones a promover alternativas más saludables que permitan mantener el sabor en las comidas sin comprometer la salud.
Entre esas alternativas, en los últimos años se han desarrollado sales con bajo contenido en sodio y mayor proporción de potasio, disponibles ya en algunos supermercados. Pero más allá de estas opciones, muchos expertos recomiendan recurrir a especias e ingredientes naturales que realzan el sabor de los platos sin necesidad de añadir sal. El ajo, la cebolla, el apio o las hierbas como el tomillo, el orégano, la albahaca, el romero o el cilantro son algunos ejemplos de aliados culinarios que, además de potenciar el sabor, ofrecen propiedades beneficiosas para la salud. También pueden utilizarse condimentos como el jengibre, la cúrcuma o incluso los cítricos para lograr recetas sabrosas sin comprometer el equilibrio de sodio en la dieta diaria.