
Dos trabajadores en una de las plantas de fabricación de la farmacéutica Eli Lilly.
Así es la carrera por la primera pastilla para adelgazar: la nueva 'gallina de los huevos de oro' que buscan las farmacéuticas
Estas píldoras pueden democratizar el acceso a los fármacos 'antiobesidad' gracias a que su administración y conservación son más sencillas.
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Ozempic y Mounjaro son dos de las palabras de moda a día de hoy. Desde que salieron al mercado han revolucionado el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad. Aunque el primero nació como un antidiabético, enseguida se vio que también producía una gran pérdida de peso. Tras años de intentos, la farmaceútica Eli Lilly ha sido la primera en conseguir un objetivo que no era sencillo. Ha dado un paso más y ha desarrollado un fármaco en pastilla que funciona igual, pero es más sencillo de usar.
Este nuevo medicamento se llama orforglipron y, según los primeros datos que ha presentado la empresa, ha obtenido resultados prometedores. Permitió una reducción en los niveles de azúcar de entre un 1,3% y un 1,6% y una disminución del peso de unos siete kilos en las 40 semanas del estudio que se ha realizado. Sin embargo, todavía falta para que esté disponible en el mercado.
Igual que Mounjaro y Ozempic, es un agonista de GLP-1, una hormona que ayuda a controlar los niveles de glucosa en la sangre. La diferencia es que lo que utiliza para actuar en estos receptores es una molécula química, no un péptido (fragmentos de proteínas), explica Cristóbal Morales, endocrinólogo del Hospital Vithas Sevilla y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). El experto, además, es uno de los investigadores de este nuevo medicamento en España.
Eli Lilly no es la única tras este objetivo. AstraZeneca y Pfizer también lo persiguen, aunque la segunda ha tenido que suspender los ensayos clínicos con la molécula que estaba desarrollando por uno de los efectos secundarios en los pacientes, dice Morales. Según cuenta The New York Times en uno de sus artículos, la compañía vio que podía causar daño hepático.
Otras farmaceúticas que trabajan en una pastilla con el mismo efecto que Ozempic son Structure Therapeutics, Roche, Viking Therapeutics y Regor Therapeutics. Sin embargo, según el medio estadounidense, el orforglipron de Eli Lilly está mucho más avanzado en su desarrollo que las demás.
Morales expone que la creación de un fármaco de este tipo no es nada sencilla. No basta solo con encontrar la molécula que se quiere usar. Una vez que se ha hecho esto, solo se apuesta por las que tienen mejor resultado o son mejor toleradas por los pacientes. Es como buscar una aguja en un pajar. "Solo llega a venderse 1 de 10.000", destaca.
El dinero tras el proyecto
Estos medicamentos han resultado ser una especie de gallina de los huevos de oro para las farmacéuticas. De hecho, han tenido tanto éxito que la falta de suministro ha sido uno de los principales problemas para los pacientes. Para no encontrarse con esta traba, Eli Lilly ha estado trabajando en reservas de las pastillas. Hace poco reveló un inventario, valorado en casi 550 millones de dólares (casi 440 millones de euros) compuesto en su mayoría por orforglipron.
El otro problema para conseguirlo puede ser su precio, ya que suele ser bastante elevado. En España la sanidad pública solo financia el uso de Ozempic en pacientes con diabetes tipo 2. Wegovy, de NovoNordisk, y Mounjaro, de Eli Lilly, están destinados a tratar la obesidad y no cuentan con esa cobertura. En el primero, el precio oscila entre los 180 y los 200 euros. El coste del segundo es todavía mayor, hay que pagar entre 271 y 358 euros por cada inyección.
La ventaja principal de orforglipron es la facilidad de administración gracias a su pequeño tamaño. Se toma una píldora diaria, tanto en ayunas como después de una comida, y puede tomarse con o sin agua, explica Morales. No es la primera píldora que se comercializa para tratar la diabetes tipo 2. Novo Nordisk cuenta con Rybelsus, que son comprimidos de semaglutida (también agonista de GLP-1), pero su uso es más complicado: hay que tomarlo en ayunas, con agua y no se puede comer hasta pasados 30 minutos.
Los resultados preliminares de la farmacéutica muestran que su medicamento puede tener un efecto mayor que Rybelsus para perder peso, lo que lo convertiría en una buena opción para tratar la obesidad. Aun así, Morales hace hincapié en que todavía falta investigación para confirmarlo y hay que acoger estos datos con cautela.
El endocrinólogo señala que este nuevo fármaco abre el abanico de opciones para que cada persona pueda elegir, según sus preferencias individuales, la medicación que mejor se adapte a su vida. Esto para él es un detalle clave: "No solo es tener fármacos eficaces en el control glucémico de la diabetes o el de la obesidad, sino también que sean fáciles de utilizar".
Por otra parte, las inyecciones, como Wegovy u Ozempic, necesitan frío para conservarlas y un dispositivo inyectable. Además de más incómodas, son más caras de producir, por lo que estas nuevas píldoras pueden ser una mejora en todos los sentidos.
Todo esto puede hacer que se democratice el uso de fármacos GLP-1, teoriza Morales. Aunque esto puede ser bueno, el endocrinólogo expone que esto significa que desde las consultas deben seguir haciendo pedagogía y mostrando que no son fármacos para cualquiera.
El experto se muestra optimista ante avances como este, que cree que favorecen al paciente. En breve, defiende, será una realidad la personalización en medicina de precisión que permita a los médicos "acompañar al paciente con un tratamiento farmacológico a medida". Una opción que solo puede ir de la mano con la prescripción de hábitos de vida adecuados que garanticen unos buenos resultados en su salud, añade.