Imagen de archivo de una familiar ante una sepultura en el cementerio de Logroño

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Salud

Inteligencia artificial para 'hablar' con los muertos: el peligro de los chatbots que simulan ser un ser querido

El empleo de chatbots que simulan ser una persona fallecida pueden impedir a quienes los usan completar el duelo y transitar la pérdida.

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La pérdida de un ser querido suele ser un trago muy amargo y un camino bastante duro para muchas personas. El cine y las series ya lo han reflejado en numerosas ocasiones, pero, quizá, uno de los enfoques más impactantes lo diera la serie Black Mirror. En unos de sus capítulos, la protagonista pierde a su marido y, para dejar de echarlo de menos, compra un robot con su información y su aspecto para simular que sigue con ella. Aunque al principio le parece una gran idea, pronto se da cuenta de que, quizá, el plan no era tan bueno. Ahora parece que esta historia no era solo una fantasía distópica.

Una vez más, la realidad supera a la ficción y ya existen herramientas de inteligencia artificial (IA) que permiten hablar con un chatbot que simula ser la persona fallecida. Se les brinda información como conversaciones, contenidos de redes sociales y grabaciones de audio y la IA crea un avatar acorde con esa persona. 

Una de las empresas que ofertan este servicio es Replika, en su versión Pro. Por unos 20 euros al mes, sus usuarios (unos 12 millones) pueden hablar con un avatar que habla y se expresa igual que la persona que han perdido. Esto les permite seguir interactuando con un padre, un amigo o un hermano fallecido y notar menos esa ausencia, pero quizá no es oro todo lo que reluce.

Guillermo Fouce, presidente de la fundación Psicología Sin Fronteras y profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), cree que este tipo de tecnologías "nos sitúan ante retos muy importantes" y mal usadas pueden generar muchos daños. Entre ellos, que se acabe planteando que pueden eliminar el concepto de muerte y se puede estar "conectado siempre" con la persona fallecida. 

María Martín, psicóloga clínica, cree que esto puede llevar a impedir a quienes usan esta herramienta realizar el duelo. Este proceso ayuda a adaptarse a la nueva situación tras una pérdida, lo que conlleva apoyarse en otras personas "que sí están vivas" y procesar ese cambio de situación. En definitiva, "reconstruir la vida fuera de una pantalla de ordenador o de móvil en la que poder seguir conectado a algo que realmente no está".

La experta expone que la sociedad actual ya tiene problemas de por sí para afrontar la pérdida y "prima la evitación del malestar a toda costa". Si en esa ecuación se añade un chatbot, Martín cree que se va a transformar "una situación natural en algo totalmente artificial".

Para ella, el tiempo que se invierte en chatear con un bot que simula ser alguien que ya no está, no se emplea en esa reconstrucción ni en apoyarse en otras personas que ayuden a superar, o aliviar al menos, el proceso.

No es la única que lo piensa, Pablo Malo, psiquiatra jubilado, también cree que puede ser contraproducente. El duelo, expone, se trata de aceptar que esa persona ya no está y reconducir ese vínculo de otra forma. "Entrar en un mundo de fantasía [donde se habla con el fallecido] no lo considero sano ni positivo".

Martín agrega que, de esta forma, no se transita la pérdida, más bien se ignora. "Las emociones que despierta es como si esa persona estuviera aún entre nosotros", argumenta. De hecho, considera que hay quien puede utilizar estas herramientas precisamente para eso. Es decir, evitar sentimientos a los que hay que exponerse para poder seguir adelante. 

Para superar algo así, "hay que conectar con la ausencia completa de esa persona", dice la psicóloga clínica. Esa falta total de la que habla es la consecuencia natural de la muerte. Por lo tanto, hay gente que podría quedarse estancada en la negación de la pérdida de ese ser querido. 

A corto plazo, estas herramientas pueden parecer útiles, incluso una ayuda para transitar todo ese proceso lleno de emociones. "Puede tranquilizar o sostenerte un poco, pero a medio plazo puede que no sepas salir del bucle", advierte la psicóloga clínica. 

Martín cree que es importante ser consciente de esto porque, por desgracia, este tipo de pérdidas forman parte de la vida y se experimentan en múltiples ocasiones. Si no se busca el apoyo de otras personas y se invierte tiempo en otras áreas, este tipo de chatbots puede empujar a sus usuarios a aferrarse a quien ya no está y no procesar su marcha.

Malo es más optimista y cree que, en ciertos casos, estos chatbots podrían ser de ayuda. En este sentido, podrían ser un apoyo para tratar algunos aspectos del duelo, pero "siempre bajo supervisión de un psicólogo o un psiquiatra".

Fouce, de la fundación Psicología Sin Fronteras, está de acuerdo y considera que podrían servir de apoyo en técnicas convencionales para afrontar el duelo. Por ejemplo, la de la silla vacía sirve para abordar cuestiones que quedaron sin concluir con la persona fallecida. Se trata de imaginarla y dialogar con ella para decirle lo que quedó pendiente. "Con la tecnología esto podría potenciarse, siempre sin negar la pérdida".

Lo que ha dicho la ciencia

Aunque son pocas, ya hay algunas investigaciones sobre este tipo de fenómenos. Un estudio de la Universidad de Cambridge lo abordó recientemente. Analizó tres escenarios supuestos para mostrar las posibles consecuencias de no diseñar estas herramientas con el cuidado que necesitan y sin unas normas de seguridad, contó la agencia EFE.

El trabajo describió varios escenarios. En el primero, el bot de una abuela hace a su nieta una recomendación publicitaria. En otro, un niño se angustia porque la réplica de su madre fallecida comienza a generar respuestas confusas. En el tercer caso, un padre deja por 20 años un avatar a sus hijos. Uno de ellos acaba emocionalmente agotado de interactuar con él.

Estos casos pueden servir como ejemplo de algunas de las consecuencias que puede suponer el uso de esta tecnología. Además, Martín cree que los usuarios pueden, incluso, exponerse a "una segunda pérdida". Si no han procesado esa pérdida y ocurre algo que les impide el acceso a la comunicación con el avatar, como un fallo técnico, se puede incrementar el sufrimiento. 

Esta segunda pérdida no tiene por qué implicar que quien la sufre no se recupere, lo más probable es que lo haga, pero sí que alarga un proceso que, de haber vivido de forma natural, hubiera acabado antes, sostiene la psicóloga. Es la consecuencia de aferrarse a algo artificial: "Mantienes el contacto con algo que no es esa persona", recalca Martín.