James Harrison rodeado de varios de los bebés que contribuyó a salvar. (Australian Red Cross Lifeblood)

James Harrison rodeado de varios de los bebés que contribuyó a salvar. (Australian Red Cross Lifeblood)

Salud

Muere James Harrison, el 'hombre del brazo de oro' que salvó a dos millones de bebés con sus transfusiones

A partir de su plasma se pudo sintetizar un anticuerpo que permitió que millones de embarazos de alto riesgo llegaran a término con éxito.

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P. Fava
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Conocido como el "hombre del brazo de oro", el australiano James Harrison contribuyó a salvar la vida a más de 2 millones de bebés gracias a la donación continua de su sangre, que contenía un preciado anticuerpo para combatir una rara enfermedad de alto riesgo durante la gestación. Harrison, que comenzó en los años cincuenta y siguió acudiendo hasta los 81 años, realizó 1.170 donaciones de plasma antes de fallecer a los 88 años a mediados de febrero.

La noticia ha sido comunicada por la Cruz Roja Australiana por deseo de la familia. "La sangre de Harrison, quien nunca falló a una cita para donar, contenía anti-D, un anticuerpo que protege a los fetos de un trastorno sanguíneo mortal llamado enfermedad hemolítica del recién nacido (EHRN)", explica la organización. El fallecimiento se produjo por causas naturales en una residencia de ancianos al norte de Sídney.

Stephen Cornelissen, director de Lifeblood, el banco de sangre de Cruz Roja Australia, describió a Harrison como un hombre "notable, estoicamente bondadoso y generoso, que se comprometió a dedicar toda su vida a la donación". Harrisson desarrolló su determinación por compartir los anticuerpos en su sangre a los 14 años, cuando necesitó numerosas transfusiones de plasma tras someterse a una cirugía de pulmón.

Así, en cuanto cumplió 18 años en 1954, Harrison donó sangre por primera vez y nunca paró. El plasma donado por Harrison servía para crear vacunas contra la EHRN, un trastorno sanguíneo por el que una madre embarazada produce anticuerpos que pasan desde la placenta y llegan a los glóbulos rojos del feto, causando en ocasiones su muerte.

Los góbulos rojos pueden integrar en su superficie una proteína rhésus (RhD), y si una mujer gestante con sangre RhD-negativa desarrolla sensibilidad a células de la sangre RhD-positiva, esto puede poner en peligro el embarazo. Su cuerpo podrá crear anticuerpos que atacarán al feto RhD-positivo, una enfermedad que normalmente se desarolla a raíz de un embarazo anterior.

Sin embargo, una dosis de los anticuerpos anti-D sintetizados del plasma sanguíneo de Harrison administrada de forma preventiva a las madres que estaban en riesgo de desarrollar EHRN evitaba el trastorno rhésus. Se estima que dos millones de niños en Australia han nacido gracias a esta intervención.

Según recuerda la famila, a lo largo de su vida acudió a donar cada tres semanas aproximadamente. "Estaba muy orgulloso de haber salvado tantas vidas, y decía que ir a donar no le causaba ningún coste ni dolor. Él siempre decía que el pinchazo no duele y que la vida que salves podría ser la tuya", apuntó su hija Trecey Mellowship en el comunicado.

La propia Trecey y dos bisnietos de Harrison se encuentran entre los más de 2 millones de bebés que recibieron la vacuna anti-D. "Como beneficiaria de anti-D, él ha dejado atrás una familia que tal vez no hubiera existido sin sus valiosas donaciones. Le hacía feliz saber que había muchas familias como la nuestra que habían sobrevivido gracias a su generosidad", rememora su hija.