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Salud Día Mundial Sin Tabaco

La batalla perdida de España contra el tabaco: el porcentaje de fumadores sólo baja un 2% en 25 años

Alrededor de 10,4 millones de personas entre 15 y 64 años fuman a diario en nuestro país. Extremadura es la comunidad con un mayor consumo.

31 mayo, 2023 03:15
María P. Bonmatí Pablo García Santos

El tabaco es la sustancia psicoactiva que antes se empieza a consumir entre la población española. Según revela la última edición de la Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España (EDADES, 2022), la edad media de inicio es 16,5 años, antes que el alcohol, el cannabis y otras drogas recreativas. Años y años de ver al vaquero de Marlboro montando a caballo y fumando un pitillo han contribuido a su normalización, pero que no les engañe. Como advierte la OMS con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, más de ocho millones de personas fallecen en el mundo por culpa de los cigarros cada año.

España, sin embargo, está muy lejos de convertirse en un país libre de tabaco. Como señala el citado informe, elaborado por el Ministerio de Sanidad, el porcentaje de fumadores de entre 15 y 64 años apenas ha variado con el paso de los años. De los 34,9% de consumidores diarios de 1997 (9,6 millones) se ha bajado a 33,1% en 2022 (10,5 millones).

Algo más optimista es el dato que se desprendía de la última Encuesta Nacional de Salud, elaborada en 2017, con un 22% de fumadores (8,6 millones) entre la población española, el porcentaje más bajo de la historia. En la anterior edición (2011-2012), rondaba el 24% (9,3 millones).

La variación porcentual entre el EDADES y los datos del INE se explica porque ésta última incluye a la población de más de 64 años, un rango en el que está demostrado que disminuye el número de fumadores diarios. No obstante, y a pesar del optimismo, sus autores advertían que el ritmo de la caída de consumo de tabaco era "cada vez más lento" y que había una tendencia creciente en mujeres.

"Hay que tener mucho cuidado con las mujeres", apunta a EL ESPAÑOL Rafael López, jefe del servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela y presidente de la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (ECO). "Cuando empecé la residencia en Oncología, apenas había una mujer con cáncer de pulmón; era algo rarísimo. Ahora, parece que empiezan casi a superar a los hombres", prosigue.

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Efectivamente, alejada durante años del hábito tabáquico, la población femenina se ha ido sumando en los últimos años al vicio, un factor que explica por qué cuesta tanto que varíen las tasas y también, desgraciadamente, el incremento de muertes por cáncer de pulmón en ellas. Como desglosa el Grupo Español de Cáncer de Pulmón, desde 2001, la mortandad por dicha causa ha crecido un 120% en mujeres.

Tabaco y cáncer de pulmón son dos realidades que van conectadas. Se estima que está detrás del 85% de los casos de este tumor. Por eso, la distribución de fumadores en nuestro país encaja con las estimaciones de riesgo de cáncer de pulmón. Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, las comunidades con mayor número de fumadores son Extremadura (con una tasa de 21.538 por 100.000 habitantes), Murcia (19.427), Canarias (17.723), Andalucía (17.536) y Cataluña (17.430). Mientras, un análisis elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto Carlos III señala precisamente al sur de España como la zona más crítica para este tumor.

"El tabaco no sólo ataca al pulmón, facilita la aparición de 17 tipos de cáncer distintos", añade López. El oncólogo hace referencia a una gran investigación publicada en 2016 en Science y que logró identificar todos los tumores que se asocian al daño genético que sufren los órganos y tejidos de fumadores. 

En concreto, el estudio halló que acumulaban un promedio de 150 mutaciones adicionales en cada célula pulmonar (cada mutación representa un riesgo de que se inicie una oleada de reacciones que deriven en la aparición de un tumor), 94 en las células de laringe, 39 en las de faringe, 23 en las de boca, 18 en las de vejiga y 6 en las de hígado. Esto por cada año consumiendo un paquete de cigarrillos al día. Sin embargo, pese a los dramáticos datos, muchas personas siguen fumando. ¿Por qué?

"Aquí está fallando todo. Nosotros como médicos, por no saber convencer a la gente de los riesgos del tabaco; la comunicación, las políticas públicas, las privadas, etc.", lamenta el oncólogo, que mira con anhelo el poder conseguir hitos como el de Australia, país que ha logrado que exista en el futuro una generación libre de tabaco. "Esto disminuiría un 30% el aumento global de cánceres", resalta.

España ha realizado discretos intentos por intentar reducir el consumo de cigarrillos a través de distintas leyes. El primer Real Decreto 'antitabaco' entró en vigor el 1 de enero de 1988 y supuso todo un hachazo a la sustancia, ya que prohibió fumar en sitios que hoy sería impensable, como las aulas de los centros de enseñanza o el médico. La otra gran revolución se produjo el 1 de enero de 2006, momento en el que entró en vigor la Ley 28/2005, que eliminaba las zonas para fumadores de colegios y centros formativos, centros sanitarios y transportes. Suscitó la polémica con sus dos medidas estrella: prohibición de fumar en centros de trabajo y la obligación de que los dueños de bares y restaurantes de menos de 100 metros cuadrados tuvieran que elegir entre hacerlos para fumadores o no fumadores.

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La norma trajo sus frutos. Como revela el EDADES, la serie más completa sobre consumo de sustancias en España, en 2007 se registra el porcentaje más bajo de la historia, un 29,6%. 

En 2012 entró en vigor la modificación de esta ley, que ampliaba las restricciones y fulminaba las excepciones en bares y restaurantes. Además, prohibía fumar cerca de centros sanitarios, educativos y parques infantiles. Sin embargo, esta vez no se aprecia ninguna variación. Como bien precisa López, es frecuente ver todavía a personas que fuman cerca de algunos de estos sitios prohibidos, como los parques.

Profesionales de la salud y activistas antitabaco pusieron sus esperanzas en el Plan Integral de Prevención y Control de Tabaquismo. La intención era que estuviera listo en 2021, pero permanece guardado en un cajón sin que nadie sepa muy bien por qué. La medida estrella del plan era la subida de impuestos al tabaco. "En España nos tenemos que poner las pilas, subir el precio del tabaco y ampliar la ley", remacha de forma contundente el oncólogo.