Spravato es un medicamento basado en la ketamina.

Spravato es un medicamento basado en la ketamina.

Salud Salud Mental

Esketamina, hongos y ayahuasca: las 'drogas' que revolucionan la terapia contra la depresión

La aprobación en España de un derivado de la ketamina es la punta de lanza de fármacos que superan el estigma para ofrecer beneficios psiquiátricos.

8 noviembre, 2022 01:34

La aparición de la fluoxetina, a finales de los años 80, supuso un revulsivo en el tratamiento de la depresión. Tanto, que su nombre comercial, Prozac, se hizo omnipresente y trascendió de la medicina a la cultura, llegando a 'protagonizar' libros y películas. Pero ya han pasado más de 30 años desde entonces y el tratamiento de la depresión necesitaba de un revulsivo: una de cada tres personas con formas graves del trastorno no mejora con las terapias actuales.

La aprobación de la esketamina rompe los estigmas de las sustancias con potencial alucinógeno (aunque su uso médico estaba restringido a la anestesia, es consumida -ilegalmente- de forma recreativa) y abren una nueva vía para tratar la peor de las depresiones.

"Los que nos dedicamos a la depresión resistente estamos que no nos lo creemos", comenta Víctor Pérez Solá, director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar (Barcelona) y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, en el marco de la presentación de Spravato, un fármaco para el trastorno depresivo mayor resistente basado en esketamina para pulverización nasal, que acaba de recibir el visto bueno a su financiación por parte de la sanidad pública.

La primera ventaja del nuevo fármaco, aprobado para aquellas personas que ya se han sometido a dos terapias previas sin lograr beneficio, es que muestra sus efectos en las primeras 24 horas, cuando los antidepresivos clásicos pueden tardar entre 4 y 8 semanas en comenzar a ofrecer beneficio, lo que induce a algunos pacientes a abandonar el tratamiento creyendo que no está dando efecto.

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Esto no es algo superfluo en un trastorno en el que el riesgo de suicidio es 20 veces mayor que en el de la población general. "Es la enfermedad mental más discapacitante en Europa, y en España es la segunda causa de incapacidad laboral persistente", puntualiza Pérez Solá. Una de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres sufrirá depresión a lo largo de su vida.

Pulverización nasal

La segunda ventaja es su aplicación como pulverizador nasal, lo que aumenta su biodisponibilidad, es decir, la cantidad de medicamento absorbida por el cuerpo, lo que permite reducir notablemente la dosis. El paciente acude al hospital, toma el fármaco –primero, dos o tres veces por semana; luego una sola vez y, más tarde, cada 15 días– y permanece relajado algo más de una hora, ya que hay una cierta probabilidad de un incremento notable de la tensión arterial en los siguientes cuatro minutos.

También hay un riesgo, en algo más del 20% de los pacientes, de que síntomas disociativos, "sensaciones de extrañeza", con las primeras dosis, explica el psiquiatra. Por ello, la administración se realiza en zonas específicas confortables dentro del centro sanitario. Incluso, los pacientes pueden traer su propia música, para evitar sobresaltos que generen un 'mal viaje'.

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Pero la esketamina es solo el primero de estos fármacos que exploran nuevas vías de afrontar un problema, el de la depresión, cuyo crecimiento parece imparable tras la pandemia: un 28% más en todo el mundo en 2020, año en que se registraron 53 millones de trastornos depresivos.

Recientemente han salido publicados los resultados de otro psicodisléptico, la psilocibina, en la revista New England Journal of Medicine. Se trata del principio activo de los llamados hongos mágicos, de amplia tradición contracultural: en los años 60, psicólogos de universidades tan prestigiosas como la de Harvard llevaron a cabo experimentos con ella hasta que se los llevó por delante la guerra contra las drogas.

Ahora, "en un entorno mucho más controlado", apunta Pérez Solá, la psilocibina ha mostrado reducir los síntomas de depresión a partir del primer día de administración. A las tres semanas, la puntuación en la escala MADRS de depresión, que va del 0 al 60, cayó una media de 12 puntos en la dosis más alta (25 miligramos) frente al grupo control (que recibió una dosis de 1 mg).

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También está en ensayos clínicos el uso de la dimetiltriptamina o DMT, el principio activo de la ayahuasca. Un pequeño laboratorio farmacéutico canadiense, Biomind Labs, está desarrollando una versión inhalada, al igual que la esketamina, para el tratamiento de la depresión mayor resistente a tratamiento

Aunque todavía no hay resultados publicados, la farmacéutica ha anunciado hace unos días datos positivos de la primera parte de su ensayo en fase 2 (hay tres fases de estudios clínicos antes de la aprobación) en 30 voluntarios. "Este ensayo tiene como objetivo pasar por la experiencia psicodélica completa en solo 10 minutos", ha explicado su CEO, Alejandro Antalich.

Grandes farmacéuticas

No se trata solo de farmacéuticas pequeñas. Janssen es el laboratorio que ha desarrollado Spravato, pero Novartis también está ensayando su propia versión de un agonista de los receptores glutamatérgicos NMDA, a los que se enfoca la ketamina. Se trata de MIJ821, una sustancia que está en fase 2 de ensayos clínicos, con siete centros españoles participando en ella.

Pérez Solá puntualiza: el potencial adictivo de estas sustancias es nulo, "prácticamente no hay casos descritos [de adicción en los textos científicos]". Por ejemplo, la dosis de esketamina utilizada está unas 20 veces por debajo de la que podría producir efectos.

Sin embargo, el estigma asociado al uso recreativo de estas sustancias hace que las autoridades caminen con pies de plomo en esta área. Porque si los años 60 ya quedan muy lejos, la epidemia del consumo de opiáceos en EEUU es terriblemente reciente.

"Estados Unidos está muy preocupada por los opiáceos y por cualquier cosa que suene parecida. De hecho, hay un clase de fármacos antidepresivos estudiándose que, al ser agonistas de los opiáceos, han puesto un freno total".

Aunque popularmente se pueda meter a todos estos fármacos en un mismo saco, sus mecanismos de acción son diferentes. "La psilocibina es un agonista de 5-HT2; en el caso de la esketamina es un mecanismo muy preciso, los receptores de NMDA", explica el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental.

Las ventajas que ofrecen sobre las terapias habituales, sobre todo en la rapidez de su efecto, está haciendo que "los laboratorios se están poniendo las pilas y desarrollando un montón de moléculas muy atractivas, muchas de ellas con un mecanismo de acción que arranca de los psicodislépticos". Y enfatiza para mostrar su optimismo: "¡Cómo no nos habíamos lanzado antes!"