Una pareja de ancianos camina por el municipio madrileño de Torrelaguna.

Una pareja de ancianos camina por el municipio madrileño de Torrelaguna. Rafael Bastante / EP

Salud Longevidad

El fin del mito de la longevidad femenina: por qué los hombres están viviendo más en realidad

Un estudio estadístico revela que la longevidad de los varones es igual e incluso superior en función de ciertas condiciones sociodemográficas.

3 agosto, 2022 03:05

Los hombres tienen más probabilidades de sobrevivir a las mujeres, especialmente los que están casados y tienen estudios superiores, según un análisis estadístico que abarca 200 años de historia en todo el mundo. Según el nuevo trabajo, que publica BMJ Open, entre el 25% y el 50% de los varones han vivido más años que el género opuesto, lo que cuestiona la premisa según la cual las mujeres tienden a tener una mayor longevidad. 

Esta ventaja en la supervivencia de las mujeres se ha observado a lo largo del tiempo en varias poblaciones, pero las diferencias entre los sexos se establecen comparando la esperanza de vida. Esta establece una media en base a la duración de la vida, pero no contabiliza los años vividos individualmente. Esto ha sido interpretado como "los hombres no viven tanto como las mujeres", pero no reflejaría la realidad.

Los investigadores se propusieron cuantificar la probabilidad de que los hombres vivan más que las mujeres a largo plazo e independientemente del ambiente. Para ello, emplearon un enfoque determinado, la estadística de supervivencia, para estudiar las diferencias sexuales en la mortalidad de 199 poblaciones de cada uno de los continentes, con datos que se remontan a dos siglos atrás. Este análisis determinó la probabilidad de que alguien perteneciente al grupo de mayor mortalidad sobreviviera a otra persona del grupo con menos muertes.

El análisis en base a la documentación demográfica disponible demostró que, a partir de 1850, la probabilidad de que un hombre sobreviviera a una mujer, en cualquier momento y población, variaba del 25% al 50%, con algunas probabilidades puntuales superiores al 50%. Estos lugares y momentos en los que los hombres vivieron más que las mujeres se dieron en Islandia en 1891; Jordania entre 1950 y 1954; Irán entre 1950 y 1964; Irak entre 1960 y1969; Bután entre 1995 y 2010; y Bangladés, India y las Maldivas antes de 1985.

Dicho de otra manera, uno o dos hombres de cada cuatro han vivido más que las mujeres en los últimos 200 años. En los países en desarrollo, esta posibilidad cayó hasta la década de 1970, cuando empezó a remontar en todas las poblaciones, algo que se relaciona con hábitos de vida como el tabaquismo. Aunque se ha reducido, la mortalidad infantil sigue siendo mayor en mujeres, explican, pero los hombres jóvenes sufren más muertes por accidentes y homicidios, y también los hombres mayores, por enfermedades derivadas del alcohol y tabaco.

En cualquier caso, la probabilidad de que los hombres vivan más que las mujeres es superior en los países con una renta per cápita baja o media. Pero esto no implica que los países desarrollados hayan alcanzado la igualdad entre géneros, advierten los autores. Así, en EEUU, la posibilidad de que un hombre viviera más que una mujer fue del 40% entre 2015 y 2019. Con los datos desglosados, los hombres casados tenían un 39% de probabilidades frente al 37% de los solteros, y aquellos con estudios universitarios tenían un 43% frente al 39% de aquellos que no se graduaron. 

Más aún, los hombres casados con alto nivel académico demostraron una ventaja de supervivencia en comparación con las mujeres solteras y sin estudios universitarios. Aunque las relaciones de pareja benefician la longevidad de ambos, los hombres se beneficiarían más de una relación estable, subrayan los autores. "No todas las mujeres sobreviven a los hombres, aunque muchas lo hacen. La minoría que vive menos, por otra parte, no es pequeña en ningún caso", concluyen.

"Una interpretación a ciegas de los datos de esperanza de vida y sus diferencias pueden conducir a una percepción distorsionada de la desigualdad", valoran los investigadores, que abogan por un enfoque más matizado de las diferencias por sexo y genéro. "Los esfuerzos para reducir la brecha deben abordar diversos factores, causas y edades".