Un hombre de 82 años recibe  en Alemania una nueva dosis de la vacuna contra la Covid-19.

Un hombre de 82 años recibe en Alemania una nueva dosis de la vacuna contra la Covid-19. EP

Salud Covid-19

Las dudas de los expertos sobre la 4ª dosis a mayores de 60 como pide la EMA: "Habría que esperar"

Mientras que algunos epidemiólogos piden esperar a vacunas adaptadas a ómicron y subvariantes, otros creen el volumen de hospitalizaciones lo requiere. 

12 julio, 2022 10:11

El aumento de casos de Covid-19 en Europa, los ingresos y la ocupación de hospitales han provocado que Europa inste a los países del territorio a comenzar con la administración de la segunda dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus en mayores de 60 años y en personas vulnerables de cualquier edad.

El anuncio, lanzado por el Centro Europeo para la Prevención de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), no termina de generar consenso entre los expertos, sobre todo teniendo en cuenta que Europa está a la expectativa de la autorización de vacunas adaptadas a ómicron y otras variantes.

El tiempo que habría que aguardar no es mucho, ya que, a principios de mayo, el jefe de vacunas de la EMA, Marco Cavaleri, anunció que "a más tardar" se esperaba que en septiembre estuvieran aprobadas. Además, apuntó a la española Hipra como una solución con "bastante efectividad contra variantes como ómicron". 

"Nuestras vacunas funcionan y ofrecen buenos niveles de protección contra enfermedades graves y hospitalizaciones", justificaba en este sentido Stella Kyriakides, comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria.

Desde la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), sin embargo, no lo tienen tan claro como Kyriakides. "Nos ha sorprendido bastante el anuncio", señala a EL ESPAÑOL un portavoz de la entidad. "Está claro que no hay ninguna solución que vaya a ser 100% acertada, pero somos partidarios de esperar", sentencian al respecto.

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Según la SEMPSPH, hay dos problemas principales a la hora de aplicar esta cuarta dosis. Por un lado, la vacunación de invierno se podría ver comprometida, ya que habría que esperar al menos cuatro meses para poder recibir la siguiente. "Hasta que se inicia la campaña, la gente acude y hace efecto perdemos tiempo y se reduce el impacto que podría tener la vacunación de invierno", explica el portavoz, que también apunta que, con los datos actuales de incidencia, ya no tiene mucho sentido iniciar una campaña, mientras que sí se podría evitar una nueva ola de cara al invierno.

Por otro lado está retrasar la posibilidad de recibir una vacuna realmente adaptada a las cepas actuales. "Podríamos esperar a Hipra, que es bivalente (contiene en una proteína dos variantes distintas del virus, alfa y beta) y tiene un funcionamiento interesante", detallan desde la SEMPSPH.

Las "zonas grises"

Salvador Peiró, investigador en salud pública de Fisabio, la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana, en cambio, sí confía en que, en el caso de aplicarse esta cuarta dosis, se llegue a una campaña de vacunación en invierno. "España vacuna bien, no es Estados Unidos", valora el experto.

Además, aclara que no habría ningún problema en el caso de administrar más tarde el antídoto Hipra. "Las vacunas, si están autoriazas, se pueden mezclar unas con otras, incluso creemos que es mejor, porque como no son exactamente iguales, amplían un poco la capacidad del sistema inmunitario".

Según él, el debate sobre cuarta dosis sí o no está en otro lado. "Las vacunas están demostrando una gran eficacia frente a la Covid grave y frente a eso aguantan perfectamente, pero respecto al contagio la pierden rápido. Prácticamente dura dos meses". Hasta ahí, bien. "Pero querer cortar el contagio, que no la gravedad, a base de estar pinchando, tampoco es la solución; porque se da lo que nosotros llamamos el pecado antigenético original, que es que el uso de la misma vacuna, repetidas veces y muy seguidas, causa un problema de respuesta inmunitaria". Peiró tampoco tiene muy claro cuál sería la solución correcta. "Todos estamos en una zona gris, donde es difícil tener argumento para una cosa u otra", añade.

Suben las hospitalizaciones

La dicotomía sobre vacunar o no ofrece muchos argumentos posibles, pero dada la situación actual Peiró entiende que se deban tomar decisiones. "Si vemos subir las hospitalizaciones, pues creo que sí sería partidario de vacunar".

Los datos de incidencia y el número de hospitalizaciones, 12.080 (508, en UCI), según las últimas cifras aportadas por Sanidad, precisamente, es lo que hace que el epidemiólogo Joan Caylá sí se muestre proclive a una cuarta dosis para mayores de 60 años. "Con las cifras que estamos viendo, sería una estrategia más", razonaba en una entrevista reciente con EL ESPAÑOL. 

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El exjefe del Servicio de Epidemiología de la Agencia de Salud Pública de Barcelona es de la opinión de que no hay que esperar a que desarrollen una vacuna adaptada a las nuevas variantes, sino que hay que priorizar la bajada de la incidencia.

Es cierto que las cifras han provocado que salten las alarmas, pero, según los datos, la tendencia al alza de las hospitalizaciones se ha ralentizado. Mientras que iban creciendo a un 20% semanal, ahora sólo aumentan un 10%. Por eso, Peiró vuelve a sus dudas con la decisión de la Unión Europea. "Probablemente, hace un mes igual sí habría sido partidario. Esta ola ha sido un desastre y algo habríamos evitado". 

El experto espera que la incidencia empiece a decaer ya. Su inclinación es la misma que los que miran a Portugal como ejemplo de lo que nos aguarda. Allí, las subvariantes  BA.4 y BA.5 generaron un aumento de hospitalizaciones, pero no de casos graves y mortalidad. Es el tiempo quien dará la razón a una decisión u otra. Según Peiró, sólo hay una cosa clara, "la covid está aquí y todavía quedan muchas cosas por hacer".