Estos son los cuatro escenarios post-ómicron que maneja el Reino Unido y todos ven nuevas olas

Estos son los cuatro escenarios post-ómicron que maneja el Reino Unido y todos ven nuevas olas Lina Smith

Salud Covid-19

Los cuatro escenarios de la Covid tras ómicron: del más pesimista al más optimista

La transmisibilidad y el posible escape inmune de futuras variantes marcará el impacto de las próximas olas del coronavirus.

22 febrero, 2022 02:17

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El Grupo Científico Asesor para Emergencias del Gobierno de Reino Unido ha descrito en un breve informe los cuatro posibles escenarios en los que puede manejarse la Covid-19 en el próximo año y medio, ahora que la ola de ómicron ha perdido fuerza y podemos empezar a pensar en el medio plazo y, por qué no, en el final de la pandemia.

Aquí va la mala noticia: la Covid no va a desaparecer de nuestras vidas. Los panoramas descritos por los expertos británicos incluyen, al menos, una oleada del virus el próximo otoño-invierno. Solo uno de los escenarios se prevé mejor que la de ómicron y todos tienen el cuenta el surgimiento de nuevas variantes.

Porque nuevas variantes van a seguir surgiendo. De hecho, una de las claves para dibujar estos escenarios futuros es que estas sean más transmisibles o escapen a la inmunidad generada por las vacunas o por haber pasado la enfermedad con una cepa anterior.

Además, también han tenido en cuenta que el nivel de virulencia de estas nuevas variantes puede alcanzar el que ya tenía delta, y que una mayor contagiosidad no implica necesariamente que sea más leve, como muchos podían pensar tras la llegada de ómicron.

El grupo de expertos advierte también de que, aunque se espera que en el largo plazo –de dos a diez años– la Covid alcance un patrón estable, lo que equivaldría a la tan cacareada endemia, en el medio plazo la situación es más impredecible e incluso no se descarta que recorra varios de los escenarios descritos.

Escenario 1: mejor que ómicron

La primera de las posibilidades planteada por los sabios británicos es la más optimista, donde los niveles de transmibilidad y gravedad intrínsecos de una nueva variante sean similares a ómicron pero sin un mayor escape inmune.

En este panorama se plantea una vacunación anual con los sueros actuales y solo a las personas vulnerables (por su edad o su condición). Además, los antivirales específicos para la Covid están disponibles y son usados, impactando positivamente en la gravedad y la mortalidad.

Se prevén brotes localizados, ya sea geográficamente o estacionalmente, con uno previsto para el próximo otoño-invierno, aunque de baja gravedad. Con todo, en los peores años habría pocos casos de gripe, como hemos visto desde que el SARS-CoV-2 ha sido predominante.

Escenario 2: igual a ómicron

La siguiente posibilidad planteada es llamada 'central optimista', con oleadas de covid en otoño-invierno de un tamaño e impacto similares a la de ómicron. En esta situación, la pérdida de inmunidad será la impulsora de ondas epidémicas estacionales "con años buenos y malos", estos últimos comparables a la ola de delta.

Aquí se necesitarán vacunas actualizadas a las nuevas variantes y campañas similares a las de la gripe: anuales y dirigidas a población vulnerable, si bien en los peores años se podrá extender a otras personas.

Los expertos apuntan hacia comportamientos voluntarios de protección durante las olas, con alguna imposición de medidas, tales como la obligación de llevar mascarilla, en algunos países en los años en que la Colvid golpee más fuerte. En este escenario también se tiene en cuenta la aparición de virus resistentes a algunos antivirales.

Escenario 3: más pesimista que ómicron

El tercero de los caminos plantea la impredecible aparición de variantes con mayor escape inmune y transmisibilidad durante muchos años, con más de una oleada anual y un daño similar al causado por delta en los peores casos.

Aquí se indica un impacto en distintos grupos poblacionales más allá de los mayores e inmunodeprimidos y, por tanto, la necesidad de una vacunación masiva anual con productos actualizados a las nuevas variantes.

Además, la resistencia a los antivirales es alta y el SARS-CoV-2 no 'tapa' a la gripe. Sin embargo, la enfermedad grave y la mortalidad seguirán circunscritas a la población de riesgo: personas mayores, vulnerables y no vacunadas.

Escenario 4: el peor dentro de lo razonable

El caso 4 plantea un escenario donde la transmisibilidad, el escape inmune y la gravedad de la nueva variante o variantes es mayor que las de ómicron y, por tanto, el impacto sea mayor. Aquí plantean una alta incidencia global unida a una desigual cobertura vacunal, a la circulación del virus en reservorios animales y la posibilidad de recombinaciones (que dos cepas distintas infecten a un animal y combinen su material genético), lo que impulsa la aparición de nuevas variantes.

Se trata del más impredecible de los escenarios, el único donde el perfil de enfermo grave está más desdibujado, son necesarias vacunaciones masivas anuales con productos adaptados a las nuevas variantes, una resistencia a los antivirales generalizada y una necesidad de volver a medidas como la obligación de llevar mascarillas, lo que puede desembocar en conflictos sociales.

Lejos del virus endémico

El informe de los expertos británicos no quiere cerrarse a ninguna posibilidad: ya advierte desde un principio que no se pueden descartar escenarios mejores que los más optimistas ni peores que los más pesimistas.

Lo único que parece claro es que no nos libraremos del virus y que tendremos que incluirlo como parte de la vida en sociedad a largo plazo, tal y como se ha hecho con la gripe, el VIH y muchos otros microorganismos.

Así lo expresaba el internista del Hospital Universitario de Salamanca Miguel Marcos en Twitter. "Aunque nos gustaría hablar de la erradicación del virus, ahora mismo lo vemos como algo muy improbable", apuntaba, pese mostrarse optimista y confiar en que los escenarios más probables son los dos primeros.

Otros expertos no son capaces de ver el vaso medio lleno… ni medio vacío. "El que tiene conocimiento no hace predicciones, y el que hace predicción no tiene conocimiento", afirma, como si fuera un aformismo, Julián Domínguez, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Administración Sanitaria.

Domínguez reconoce que ómicron le ha dejado descolocado. "Si me hubieran mostrado el informe tras la quinta ola, pensaría en un escenario 1 o 2, con la posibilidad de algún brote, y ya está". Ahora, con la "espada de Damocles" que es la aparición de nuevas variantes, se le hace difícil decantarse por uno u otro futuro del SARS-CoV-2.

A pesar del amplio rango de posibilidades, hay cosas que quedan claras para el preventivista: la Covid no va a convertirse en un resfriado de la noche a la mañana, la futura estacionalidad del virus no está tan clara y la consabida endemia tampoco es un futuro que vaya a llegar a corto plazo.

"Seguramente las cosas no sean tan buenas ni tan malas como pensamos. No habrá un blanco o negro". Pero matiza: "Tampoco podemos descartarlo".

Por su parte, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de La Laguna Antonio Cabrera de León, coincide en que es muy difícil saber lo que va a ocurrir en los próximos meses, por lo que tampoco descarta ningún escenario.

"Hay pocas certezas sobre cuál puede ser la evolución de la pandemia en su tercera año. El mundo sigue teniendo miles de millones de personas sin vacunar, y el virus no distingue fronteras ni razas. Hay, pues, gran probabilidad de que vayan surgiendo nuevas variantes y de que algunas escapen parcialmente de la inmunidad proporcionada por las vacunas o por la infección con variantes anteriores".

Recuerda que hay, al menos, entre un 10% y un 30% de población sin vacunar en los países ricos, y en muchos otros "alcanza hasta el 90%". Además, con la bajada de la incidencia y la "deseable normalidad", volverán las situaciones de aglomeraciones, el aumento de la movilidad y otras situaciones prepandémicas que no favorecerán precisamente el control de la Covid. 

Cabrera de León ve "realista" esperar nuevas oleadas, pero apunta que puedan ser "realmente pandémicas o más localizadas en los países con mayor proporción de población desprotegida". Y resume: "Si no sabemos lo que pasará este otoño, mucho menos sabremos más a largo plazo".