Pruebas contra el coronavirus en el Instituto Pasteur de Túnez.

Pruebas contra el coronavirus en el Instituto Pasteur de Túnez. Gtres

Salud COVID-19

Esta es la terapia más prometedora contra el coronavirus hasta que llegue la vacuna

Una revisión de los centenares de tratamientos que se prueban contra el coronavirus revela qué terapia ofrece un resultado más eficaz a corto plazo.

25 abril, 2020 02:58

Noticias relacionadas

El esfuerzo científico internacional para poner freno a la epidemia de COVID-19, la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, no tiene precedentes en la historia moderna. Se trata de desarrollar vacunas viables, pero también curas para los casos clínicos graves y mejores tests para obtener diagnósticos más rápidos y precisos.

A día de hoy se suman más de 1.650 artículos científicos en bases de datos como Google Scholar, y se calcula que se añade una nueva docena diaria. El registro estadounidense ClinicalTrials.gov ya detalla 460 ensayos sobre la COVID-19, aunque la mayoría están en sus fases iniciales. Dada la diversidad de enfoques experimentales, se hace necesaria una revisión sistemática de las posibles estrategias clínicas. 

Es lo que ha realizado un grupo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (EEUU) en un artículo publicado en Frontiers in Microbiology. En él, se aborda la investigación sobre los coronavirus, englobando no solo al SARS-CoV-2 sino también a su 'primo' responsable del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS, por sus siglas en inglés) o el MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio) responsables cada uno de provocar pandemias anteriores, aunque de mucha menor extensión.

El criterio de los expertos es que hay dos enfoques especialmente prometedores como para obtener resultados en poco tiempo, que son los antivirales, como el remdesivir, y la terapia génica. "Los coronavirus representan una verdadera amenaza para la salud humana y para la economía global. Necesitamos plantearnos primero nuevas contramedidas tanto para contrarrestar la pandemia de SARS-CoV-2 como la amplia variedad de virus zoonóticos que saltarán a la población humana en el futuro", valora el Dr. Ralph Baric, profesor del Departmento de Epidemiología, Microbiología e Inmunología.

"Para contribuir a la búsqueda global de un tratamiento, lo que tratamos de hacer aquí es proporcionar recursos exhaustivos sobre las posibles líneas de ataque contra el SARS-CoV-2 y los coronavirus relacionados", escribe Baric. A continuación, los autores pasan a revisar una por una las estrategias farmacológicas. Y la primera en efectividad sería antes que nada una vacuna.

Para la presente situación, las más eficaces tenderían a ser las que emplean la unión del ligando al receptor de la proteína S del virus. Esto permite al compuesto acoplarse y fusionarse con las células anfitrionas. Y además de las vacunas tradicionales, a base de unidades vivas, atenuadas e inactivas, los autores sugieren probar modalidades más novedosas como las basadas en ADN y RNA, o las vacunas de vector viral.

"La secuencia de aminoácidos de la proteína S es muy diferente de un coronavirus a otro: coincide en un 76-78% entre el SARS y el SARS-CoV-2, por lo que las vacunas contra una cepa probablemente no funcionarán contra otra", precisan los autores. "Pero el desarrollo y la prueba de nuevas vacunas tarda como mínimo un año, por lo que adoptar otros enfoques son indispensables mientras tanto".

Así, el tratamiento más efectivo a corto plazo serían los antivirales de espectro amplio, como los análogos de nucleósidos, que simulan las bases del ARN del genoma del virus y son incorporadas por error a sus cadenas nacientes, lo que interfiere con el proceso de réplica. Sin embargo, los coronavirus tienen una enzima "correctora" de los errores en las copias, por lo que la mayoría de estos fármacos falla. Las dos excepciones serían el ya mencionado remdesivir, que ha conseguido mejorar la supervivencia de los pacientes en la UCI, y la β-D-N4-hidroxicitidina.

En tercer lugar vendría el plasma de los pacientes recuperados, que contiene bajas concentraciones de los anticuerpos generados contra el virus, una terapia que se ha ensayado tanto en EEUU como en España. Sería "preferible", pese a que "es más lento de desarrollar" según apuntan los autores, un tratamiento con anticuerpos monoclonales, aislados y fabricados en masa mediante biotecnología. Se trataría de una "inmunización pasiva" que otorgaría inmunidad contra el COVID-19, pero solo a corto plazo.

En ese sentido, los investigadores revelan cuál es para ellos la alternativa más atractiva hasta tener una vacuna: la terapia génica suministrada mediante virus adeno-asociados (AAV, por sus siglas en inglés). Esto permitiría enviar anticuerpos específicos de forma rápida a las vías aéreas superiores, lo que cortaría el paso al coronavirus por la boca y la nariz. Y dada la rápida tasa de renovación celular, los riesgos de toxicidad serían mínimos. Estiman que estas herramientas pueden desarrollarse, adaptarse y probarse en el plazo de un mes.  

"La inmunización pasiva a base de AAV puede servir como alternativa rápida. Es sencilla, y contiene solo dos elementos: el vector viral y el anticuerpo. Y varios vectores AAV han demostrado ser seguros y efectivos para el uso humano", escribe el Dr. Long Ping Victor Tse. "En teoría, una sola dosis podría establecer una respuesta protectora en el plazo de una semana y durar un mes. Son caras, pero podrían abaratarse con una producción en masa en el contexto de la pandemia".