Una mujer en las calles anegadas de Houston.

Una mujer en las calles anegadas de Houston. Gregory Bull AP / GTres

Salud Casos insólitos

La superviviente del huracán Harvey que murió por una bacteria carnívora

La inundación tras el desastre ha sido un caldo de cultivo para infecciones, algunas de ellas letales como la fascitis necrotizante.

4 octubre, 2017 11:11

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El huracán Harvey no solo dejó destrucción y múltiples inundaciones a su paso, sino también una gran cantidad de infecciones. Un evento climático de estas características deja mucha suciedad a su paso y esta se convierte en un potente caldo de cultivo para las bacterias. Así, se vuelven causa común de infecciones de la piel o gastrointestinales.

En este caso, según refiere el New York Times, no hubo que preocuparse por graves infecciones como el cólera. Sin embargo, si hubo un registro de una grave infección de la piel en una mujer de 77 años 11 días después de haberse fracturado el brazo durante las inundaciones. La mujer sufrió las consecuencias de una "bacteria carnívora" tras caerse mientras ayudaba a su hijo a limpiar su casa inundada por culpa del huracán Harvey en la comunidad de Kingwood, Houston. Tras sufrir múltiples cortes, la bacteria logró entrar en su organismo, causándole una fascitis necrotizante.

La enfermedad de las bacterias carnívoras

Según el portavoz del Departamento de Salud de Houston, este ha sido el único caso de fascitis necrotizante del cual se tiene constancia tras el inicio de la tormenta. Un ex-bombero de Missouri, si embargo, también contrajo otra infección de la piel mientras ayudaba a sus vecinos durante las inundaciones. En su caso, la infección se produjo tras una picadura de insecto en el brazo.

En los casos de fascitis necrotizante, las bacterias infectan la fascia, un tejido conectivo y protector que recubre las fibras musculares del organismo. Realmente no se "comen" el organismo humano, sino que liberan toxinas capaces de destruir el tejido.

Aunque la infección puede ser causada por una amplia variedad de bacterias, si se detecta a tiempo puede ser tratada adecuadamente con antibióticos y cirugía. Sin embargo, son muchos los pacientes que incluso tras recibir el tratamiento pierden alguno de sus miembros. En alrededor del 25-35% de los casos, el desenlace es la muerte.

Entre las bacterias capaces de causar esta enfermedad se encuentra el estreptococo del grupo A, el mismo que causa la faringitis bacteriana. Aunque existen otros microorganismos capaces de llegar a tal grado de destrucción de la piel y los planos musculares, como por ejemplo la bacteria E. coli, Staphylococcus aureus, Aeromonas hydrophyla y algunas clases de Clostridium y Klebsiella.

Una infección poco frecuente

Cada año se registran entre 700 y 1.100 casos de estas características en todo el territorio de Estados Unidos según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.

Según refiere el New York Times, tras contactar con la experta en salud ambiental Charlotte Smith, de la Escuela de Salud Pública de Berkeley de la Universidad de California, los casos de infección por fascitis necrotizante tras tormentas y/o huracanes no son raros, pues tras el huracán Katrina también hubo varios.

Según la experta, este tipo de infecciones se producen en estas situaciones debido a la unión de dos factores. Por un lado, la destrucción que acarrea una tormenta tropical, que trae consigo microbios procedentes del medio ambiente; por otro lado, las condiciones médicas de las personas que sufren la situación, muchas de ellas con cortes y otras vías de entrada bacteriana hacia el organismo.

Según el CDC, en individuos sanos, la fascitis necrotizante es extremadamente rara. Aquellos más susceptibles a contraer esta infección suelen tener algún tipo de condición médica previa como la diabetes, una enfermedad renal o cáncer, entre otras.

Asimismo, la forma más fácil de prevenir dicha infección y otras centradas en la piel es evitar cortes y heridas o, si ocurren, limpiarlas inmediatamente y mantenerlas cubiertas hasta que sanen. Por otra parte, también es recomendable evitar el agua de lagos, océanos, ríos, piscinas, playas o jacuzzis si se sufre algún tipo de corte, pues son áreas susceptibles de poseer microorganismos.