A la izquierda, Francesca Burr durante rehabilitación. A la derecha, actualmente.

A la izquierda, Francesca Burr durante rehabilitación. A la derecha, actualmente. @francescaburr Instagram

Salud Neurología

La modelo que recuperó su cráneo y su mente gracias a la impresión 3D

Tras sufrir un escalofriante accidente, la tecnología reconstruyó la cabeza de Francesca Burr y facilita su recuperación neurológica.

18 septiembre, 2017 11:52

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La evolución de la tecnología de impresión 3D ha sido meteórica durante los últimos años. Desde imprimir piel o pelo humano hasta fabricar comida impresa, este tipo de tecnología avanza en ámbitos tan diversos como la construcción, la electrónica, la alimentación y sobre todo la medicina.

Francesca Burr, una joven artista y modelo británica, le debe a esta tecnología estar recuperándose de un terrible accidente doméstico. La veinteañera, que padece el síndrome de Ehlers-Danlos (EDS), sufrió un ataque y cayó por las escaleras. Sufrió hasta cinco fracturas craneales diferentes, una fractura nasal y una fractura mandibular, lo cual terminó ocasionándole la pérdida un tercio de su cráneo.

"Me encontraron en un charco de sangre. Debió de parecerles algo de CSI" - contaba al medio anglosajón The Mirror. Diez meses tras el accidente y tres intervenciones quirúrgicas después, incluyendo la extirpación de pequeños fragmentos de hueso de su cerebro, ella misma ha podido describir su recuperación exitosa gracias al uso de la impresión 3D.

2 WEEKS PROGRESS - ANOTHER STEP BETTER! (Please don't talk about how I look etc. It makes me super passed because the aesthetic is nothing - my BRAIN AND SKULL WORK, please respect that is what we all feel is important.) This pic is exactly 2 weeks recovery since the last brain surgery & 'cranioplasty'! Staples out, safe scar! Titanium plate was created on a 3D printer to fit my skull perfectly! So dope. I'm basically WolvBURRine now. That technology is maaad good!!! VALENTINE'S love & thanks to my gorgeous family and friends and all who spoke to me during this time (even when I didn't know who I was). To Abbey, George and Rosie who wrote a diary each day so that I could learn about the whole thing. I love you and I'm reading every name of those who came to visit! What a ridiculously lucky girl I am! And let's be honest I look like a badass villain...! #NHS #BRAINSURGERY #LUCKY #FAMILY #FRIENDS #TITANIUM #RECOVERY #HEALTH #LUCKY

Una publicación compartida de francescaburr (@francescaburr) el 13 de Feb de 2017 a la(s) 3:51 PST

"Tengo una cicatriz de vikinga molona"

En un primer momento Burr, de 28 años de edad, despertó del coma sin reconocer a su pareja. Tampoco recordaba que sus padres se habían divorciado casi dos décadas atrás, ni siquiera su segundo nombre: Chelsea. Tras ser llevaba al hospital de Addenbrooke (Cambridge), los nerurocirujanos tuvieron que llevar a Burr a un estado de coma inducido, ya que presentaba daños en diversas zonas cerebrales y una hemorragia intracerebral.

El accidente ocurrió el pasado mes de noviembre de 2016. A lo largo de los 10 meses siguientes, los fragmentos de cráneo roto fueron retirados, dejando "un gran agujero" que debía de aliviar la presión de la sangre en la región afectada. A continuación, después de escanear su cabeza, se fabricó una placa de titanio a medida para implantar bajo el cuero cabelludo reconstruyendo así su forma.

Lo más doloroso para Francesca es no haber recuperado aún toda la memoria y seguir sufriendo mareos que la impiden valerse por su cuenta y la mantienen apartada de su carrera artística. No obstante, mantiene una determinación inquebrantable, considerándose "afortunada" por haber sobrevivido. "¿A que lo mío es digno de una película de James Bond?" - pregunta a sus seguidores en Instagram.

La impresión 3D salva vidas

Este no es el primer caso de éxito con materiales médicos impresos. El pasado año 2014, la impresión 3D fue capaz de crear una traquea a medida de Garret Peterson, un bebé que nació con traqueomalacia, una malformación del conducto que conecta la garganta con los pulmones. Gracias a dicha tecnología, este bebé pudo no solo salvarse sino mejorar sobremanera su calidad de vida.

Asimismo, durante el año 2015, se dio el caso de un implante de esternón impreso en 3D gracias a los investigadores del Hospital de la Universidad de Salamanca. Permitió vivir más y mejor a un paciente de 54 años cuyo esternón y parte de costillas habían sido afectadas por un cáncer agresivo.

Por otro lado, durante el pasado año 2016, la impresión 3D fue capaz de crear el primer implante vertebral del mundo, el cual ayudó a sustituir dos vértebras dañadas por el cáncer en un hombre de 60 años de Sídney, Australia.

Estos no son solo casos únicos, sino que cada vez son más las investigaciones centradas en la impresión 3D, desde órganos a medida hasta incluso manos biónicas. De hecho, actualmente ya existe una ONG que imprime prótesis de brazos en 3D de forma gratuita.