Niños en el estado indio de Bihar

Niños en el estado indio de Bihar Daniel Berehulak Getty Images

Salud Nutrición

Eran los lichis: resuelto el misterio de las muertes masivas de niños en un estado indio

Han hecho falta diez años de investigación y la ayuda de EEUU para hallar la razón de la enfermedad, una hipoglucemia provocada por los frutos inmaduros.  

2 febrero, 2017 17:00

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En ocasiones, médicos y detectives se parecen mucho. El último ejemplo se puede leer en el número de esta semana de la revista The Lancet, en el que se resuelve un misterio que ha asolado al paupérrimo estado de Bihar durante diez años, hasta 2015. Lo ha hecho sin mucho ruido mediático, porque las muertes de niños en esta región no suelen desgraciadamente ser noticia, de tan habituales que son.

Pero en 1995 se empezó a registrar un extraño fenómeno en la provincia de Muzaffarpur. Una enfermedad neurológica afectaba a los niños, con una elevada mortalidad, de alrededor del 40%. Los que peor parte se llevaban eran los más pobres, ya que la malnutrición agravaba la respuesta a la patología, caracterizada por convulsiones y cambios en el estado mental.

¿Qué pasaba? Se barajaron varias causas, desde la encefalitis infecciosa a la contaminación por insecticidas, pero de ninguna se logró mostrar la culpabilidad.

Cuando las autoridades sanitarias empezaron a investigar el caso, recopilaron la información disponible, como si fueran modernos Sherlock Holmes de bata blanca. La primera característica: el estado de Bihar es la zona de mayor cultivo de lichis; la segunda: los brotes desaparecían cuando llegaba el monzón.

Tras pensar en enfermedades infecciosas transmitidas por ratas, murciélagos y mosquitos, los científicos no lograron encontrar nada. Se pasó así a declarar la enfermedad una encefalitis no inflamatoria de origen no infeccioso y las miradas se dirigieron por primera vez a los lichis: se sospechó que los insecticidas utilizados contaminaban el ambiente y provocaban la dolencia, pero de nuevo se fracasó a la hora de demostrarlo.

En 2013, hubo un punto de inflexión en la investigación. Los Centros para el Control de las Enfermedades de India (NDCD) decidieron pedir ayuda a sus homólogos estadounidenses (CDC), y fue esta conjunción de espionaje indoamericano la que ayudó a resolver el misterio. El nuevo equipo vio que la enfermedad afectaba sólo a niños concretos, manifestándose por ejemplo en un sólo hermano de una familia numerosa de las mismas características.

El momento ¡Eureka! llegó cuando alguien recordó un brote similar que había afectado a los habitantes de Jamaica durante décadas, aunque en aquel caso se manifestaba con vómitos. Aquel misterio ya se había resuelto y se había encontrado el agente causal, el consumo de ackee, un fruto tropical de la misma familia de los lichis.

Así, los investigadores analizaron cuidadosamente el brote de 2014. Se trasladaron el hospital y compararon a los niños afectados por la enfermedad frente a controles sanos. La diferencia era que los primeros habían consumido lichis poco maduros.

En ese estado, el fruto contiene hipoglocina, lo que evita que el cuerpo sintetice la glucosa y causa así hipoglucemia, lo que exagera los efectos y peligros de la malnutrición.

Al año siguiente, se organizó una campaña de salud pública advirtiendo sobre los riesgos de comer lichis en una región donde la comida escasea pero estas frutas abundan -y son gratis-. El resultado es que los casos de la misteriosa enfermedad descendieron espectacularmente. Misterio resuelto con final feliz y reflejo en las páginas de una de las revistas médicas más importantes del mundo.