Manuel Viso, médico hematólogo y divulgador.

Manuel Viso, médico hematólogo y divulgador.

Nutrición

Manuel Viso (53 años), experto en salud, tajante: "La caballa, sin freír ni en salsa, mejora la memoria y evita el infarto"

Acusadas de generar problemas de sobrepeso y salud, la realidad es que algunos tipos son importantes para el funcionamiento de nuestro organismo.

Más información: Viña, experto en longevidad: "El colesterol que más nos debe preocupar no es el de las grasas sino el heredado de los padres"

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El verano es sinónimo de vacaciones y, con ellas, de una merecida relajación en nuestras rutinas. Es habitual que descuidemos la alimentación, cayendo en un exceso de comidas poco saludables, a menudo ricas en grasas.

Sin embargo, no tiene por qué ser incompatible con cuidar nuestra salud. Así lo defiende el médico divulgador Manuel Viso, que ha compartido un mensaje en sus redes sociales: no todas las grasas son malas.

En una publicación donde promociona su nuevo libro, Supersanos, explica existen grasas buenas que son esenciales para la salud. “Estas grasas son excelentes para la salud física y mental", afirma.

No solo protegen el corazón y nutren el cerebro, sino que también ayudan a la absorción de vitaminas, regulan hormonas y son clave para prevenir el desarrollo de enfermedades como el alzhéimer.

Caballa, sardinas y salmón

Para demostrar la importancia de incluirlas en nuestra alimentación, Viso presenta tres grupos de alimentos que, según él, deberían ser un pilar en nuestra dieta.

El pescado azul es el primero de ellos. El médico destaca la caballa, aunque también menciona las sardinas y el salmón.

Estos pescados son la fuente principal de Omega 3, que Viso describe como "antiinflamatorios, mejoran la memoria, reducen el riesgo de infarto y favorecen un buen estado de ánimo".

Para aprovechar sus beneficios, recomienda consumirlos dos o tres veces por semana, al horno o a la plancha, sin salsas ni frituras.

Almendras, nueces y avellanas

El otro alimento que también menciona Viso son los frutos secos. Las almendras, las nueces o las avellanas son una opción para incluir grasas saludables en nuestra rutina.

Eso sí, el doctor Viso insiste en que deben ser "al natural, sin sal, sin azúcar y sin envolturas de chocolate".

Un puñado al día es suficiente para favorecer la concentración, disfrutar de una importante "saciedad" y reducir el colesterol malo.

Aceite de oliva virgen extra

Viso no duda en definir el aceite de oliva virgen extra como "uno de los mejores alimentos que existe".

Sus grasas saludables son protectoras para el cerebro, regulan la presión arterial y tienen un potente efecto antiinflamatorio.

El médico recomienda tomar al menos dos cucharadas soperas al día para aprovechar al máximo sus cualidades.

Diferenciar bien "buenas" de "malas"

Señaladas como las grandes villanas de nuestra dieta, no todas son iguales.

Por su estructura química, las grasas se dividen en cuatro categorías principales y comprender sus diferencias es fundamental para una alimentación saludable.

Las grasas insaturadas son, según la Fundación Española del Corazón (FEC), las más saludables. Generalmente líquidas a temperatura ambiente, se dividen en dos grandes grupos.

Las monoinsaturadas, con el ácido oleico como principal exponente, son abundantes en el aceite de oliva virgen y virgen extra.

Sustituir las grasas saturadas por estas ayuda a mantener niveles normales de colesterol en la sangre.

Las grasas poliinsaturadas se hallan principalmente en alimentos vegetales, pescados y mariscos.

Aquí destacan los Omega 3, presentes en pescados grasos como el salmón, las sardinas y las nueces.

La FEC subraya que su consumo tiene una acción antiagregante y vasodilatadora que ayuda a disminuir la presión arterial, reduciendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

En contraste, se recomienda limitar el consumo de las grasas saturadas, que suelen ser sólidas a temperatura ambiente y se encuentran en alimentos de origen animal (carnes grasas, mantequilla, lácteos enteros) y en aceites vegetales como los de palma y coco.

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) advierte que el exceso de estas grasas eleva el colesterol "malo", lo que aumenta el riesgo cardiovascular.

El caso más perjudicial es el de las grasas trans, cuyo consumo debe ser mínimo. La FEC recomienda que no superen el 1% de las calorías totales.

La mayoría se forman en procesos industriales y se encuentran en la bollería, la pastelería, algunas margarinas y aperitivos fritos. No solo elevan el colesterol "malo", sino que también reducen el "bueno".

Entender la diferencia entre las grasas es necesario. No solo importa la cantidad de grasas que consumimos, sino sobre todo su calidad.

La recomendación es que la ingesta de grasas no exceda el 30-35% de las calorías diarias.

Para elegir bien, podemos seguir algunas pautas: leer las etiquetas nutricionales para evitar las grasas trans, priorizar los alimentos vegetales y el pescado, y utilizar métodos de cocción más saludables como el hervido, la plancha o el vapor.