Gelatina. (Re-Farmer)
Ni fruta ni café: este es el postre español saludable, con proteína y sin azúcar que hay que tomar para perder peso en verano
Sus efectos saludables abarcan desde la reducción de la inflamación a la prevención de arrugas de la piel.
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En pleno verano, cuando el cuerpo pide algo fresco pero no necesariamente dulce ni calórico, la gelatina resurge como un aliado inesperado. Frente a la fruta -saludable pero que puede resultar pesada en ciertas digestiones- o el café helado, que aporta más cafeína y azúcares de los deseables, la gelatina se reivindica como ese postre subestimado con una potencia nutricional que merece atención.
Pese a su apariencia sencilla, es una fuente notable de proteínas funcionales y aminoácidos específicos que tienen efectos directos sobre el estado de la piel, las articulaciones e incluso la salud intestinal. ¿Lo más curioso? Que muchas de esas propiedades fueron ya aprovechadas por civilizaciones antiguas mucho antes de que el marketing pusiera de moda los smoothies verdes o los bowls de chía.
Su historia nace en la cocción lenta de huesos y tejidos animales, una práctica que ya los egipcios empleaban hace más de tres mil años. En Europa medieval, era signo de riqueza servir “caldos gelificados” con carnes nobles, y fue en el siglo XIX cuando se dio el salto hacia la industrialización gracias al estadounidense Peter Cooper, creador del primer polvo de gelatina.
Nutricionalmente, no es una proteína completa: carece de ciertos aminoácidos esenciales como el triptófano. Sin embargo, su perfil es único por su altísima concentración de glicina, prolina e hidroxiprolina, que representan más del 50 % de sus aminoácidos totales. Estos tres componentes son esenciales para la producción de colágeno en el organismo, una proteína estructural que actúa como andamiaje en tejidos como la piel, los cartílagos o los tendones.
Es aquí donde reside su verdadero valor. Según un estudio publicado en ‘Amino Acids Journal’, la ingesta de estos aminoácidos puede estimular directamente la síntesis de colágeno y, con ello, mejorar la salud de la piel y la recuperación articular. Un ensayo clínico publicado en Current Medical Research and Opinion demostró que la suplementación con colágeno hidrolizado —químicamente muy similar a la gelatina— redujo el dolor articular en deportistas y mejoró su movilidad tras seis semanas.
En personas mayores, los efectos también son prometedores. La European Food Safety Authority (EFSA) ha evaluado estos ingredientes, y aunque aún no ha aprobado una alegación de salud definitiva, sí reconoce su valor nutricional y su potencial como apoyo en dietas específicas contra la degeneración articular.
Pero la gelatina no solo cuida las articulaciones. En términos dermatológicos, su alto contenido en colágeno la convierte en una ayuda indirecta para la elasticidad de la piel y la prevención de arrugas. Un estudio publicado en Skin Pharmacology and Physiology mostró que la ingesta diaria de colágeno derivado de gelatina incrementaba la hidratación cutánea y mejoraba la textura dérmica tras ocho semanas, en mujeres mayores de 40 años.
Beneficia al sistema digestivo
El sistema digestivo es otro de los grandes beneficiados por el consumo habitual de gelatina. La glicina, su aminoácido predominante, actúa como un modulador antiinflamatorio en la mucosa intestinal y puede reforzar la integridad de la barrera digestiva, algo clave para personas con intestino permeable, colitis o enfermedades inflamatorias.
Así lo indica una revisión científica, que expone cómo ciertos péptidos presentes en la gelatina favorecen el equilibrio del microbioma y mejoran la absorción de nutrientes. Por si fuera poco, su textura suave y su facilidad de digestión la hacen ideal para personas mayores, convalecientes o con problemas gástricos, donde muchas veces se descarta la proteína animal por su dureza o complejidad.
Estudios como el realizado por el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud de Japón han detectado que la glicina consumida antes de dormir puede mejorar la calidad del descanso, reducir el tiempo que tardamos en conciliar el sueño y disminuir la sensación de fatiga al despertar. Esto se debe a que la glicina actúa como neurotransmisor inhibidor en el sistema nervioso central, favoreciendo un estado de relajación fisiológica sin los efectos secundarios de los sedantes.
Desde el punto de vista práctico, pocas proteínas son tan fáciles de integrar en la dieta como la gelatina. Una porción aporta en torno a 6 gramos de proteína pura, sin grasas ni azúcares añadidos. Puede mezclarse con infusiones, zumos naturales, fruta troceada o incluso yogures fermentados, creando postres que no solo refrescan, sino que nutren profundamente. En España, donde el calor veraniego puede suprimir el apetito, un postre como la gelatina ofrece saciedad, hidratación y nutrición sin pesadez.
Ideal para deportistas
En el ámbito deportivo, su consumo está empezando a ganar popularidad como alternativa a las proteínas en polvo. Un estudio de la Universidad de California mostró que tomar gelatina junto con vitamina C antes del ejercicio físico podía duplicar la producción de colágeno en los tendones y ligamentos, mejorando la resistencia de las articulaciones frente a esfuerzos repetitivos. Se recomienda su ingesta como parte de la rutina de recuperación, especialmente en personas que practican deportes de impacto como el running o el crossfit.
Otro aspecto interesante es su rol en la mineralización ósea. Aunque la gelatina no aporta calcio directamente, sí contiene lisina, un aminoácido que favorece la absorción intestinal de este mineral. Esto podría tener un efecto sinérgico cuando se consume junto a alimentos ricos en calcio o suplementos, especialmente en mujeres postmenopáusicas que buscan prevenir la osteoporosis.
Por supuesto, no todo lo que lleva gelatina en el supermercado puede considerarse saludable. Muchas versiones industriales están cargadas de colorantes, edulcorantes artificiales y aditivos innecesarios. Pero esto no invalida el ingrediente en sí. Preparar gelatina en casa, con base de caldo de huesos o gelatina en láminas neutras, es sencillo, económico y adaptable a cualquier tipo de dieta, incluso vegana si se sustituye por agar-agar.