La experta en salud digestiva Inma Borrego.

La experta en salud digestiva Inma Borrego.

Nutrición

Inma Borrego, experta en digestivo: "Ningún suplemento va a arreglar lo que el estrés en España te está destrozando"

"Deja de tomar suplementos", alerta esta experta en salud digestiva, que advierte sobre los efectos del estrés y las prisas en el sistema nervioso.

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Estrés, ansiedad, hinchazón abdominal, insomnio, problemas digestivos... Estos trastornos son cada vez más frecuentes entre los españoles. Y es que, se trata de síntomas íntimamente ligados al ritmo de vida acelerado actual, pero que pueden provocar un desequilibrio profundo en el sistema nervioso y manifestarse tanto en síntomas físicos como emocionales.

Ante la proliferación de estos síntomas, cada vez son más los que recurren a suplementos como la melatonina, los probióticos, el magnesio... De hecho, un 75% de los españoles los consume habitualmente, a menudo sin supervisión profesional. Pero este uso, pensado como un alivio rápido, suele actuar como un simple "parche" que enmascara el problema real sin llegar a solucionarlo.

Inma Borrego, experta en salud digestiva, lanza un mensaje claro en uno de sus post de Instagram: "No tomes más suplementos. Tu intestino no necesita más cápsulas, más test, más restricciones. Lo que necesita es que dejes de vivir como si fueras inmortal". Para esta especialista, el verdadero foco del problema no está en la falta de nutrientes, sino en el estilo de vida que llevamos.

"Sigues buscando la pastilla mágica mientras comes con prisas, te tragas el estrés y te exiges funcionar al 200% cada día. Te estás reventando el sistema nervioso. No paras, no descansas, no respiras y luego te preguntas por qué sigues igual", explica Borrego, poniendo el foco en la desconexión que a menudo existe entre nuestros hábitos cotidianos y las necesidades reales del cuerpo.

En este contexto, los suplementos actúan como una falsa solución. "Hazte un favor. Come sin prisas, duerme sin culpa, baja el ritmo y dale tregua a tu cuerpo antes de que él te obligue a parar", insiste. El problema, según la experta, es que seguimos intentando compensar con productos lo que estamos perdiendo con nuestras rutinas.

Y lanza una advertencia tajante: "Ningún suplemento va a arreglar lo que el estrés te está destrozando". Con esta afirmación, Borrego recuerda que ni las mejores fórmulas pueden sustituir al descanso, la alimentación consciente y el autocuidado real. "No tomes más suplementos. Hazte ese regalo. No lo hagas", concluye la experta.

Alternativas naturales a los suplementos

Cambiar el estilo de vida puede ser más efectivo que cualquier suplemento. Acciones sencillas como caminar 30 minutos al día, practicar respiraciones profundas al despertar o antes de dormir y reducir el uso de pantallas por la noche ayudan al sistema nervioso a recuperar su equilibrio.

La alimentación también juega un papel clave: incluir alimentos ricos en triptófano (como el plátano o el aguacate), omega-3 (pescado azul, nueces) y magnesio natural (verduras de hoja verde, legumbres) puede favorecer la producción de neurotransmisores como la serotonina y el GABA, fundamentales para el equilibrio anímico y la respuesta al estrés.

Además, la meditación es también un recurso gratuito y eficaz para aliviar el estrés. Lo mismo ocurre si creamos rutinas diarias con pequeños momentos de pausa, esto también tiene un impacto notable.

Dejar cinco minutos de descanso entre tareas para estirarse, cerrar los ojos o beber agua sin mirar el móvil puede parecer insignificante, pero también ayuda a rebajar el tono de alerta constante del sistema nervioso.

Cómo afecta el ritmo de vida a tu intestino

Numerosos estudios han demostrado la conexión directa entre el sistema nervioso y el aparato digestivo. El llamado "eje intestino-cerebro" es una vía de comunicación bidireccional que hace que el estrés y la ansiedad afecten directamente a la función digestiva.

El ritmo de vida acelerado provoca una activación constante del sistema nervioso simpático, lo que disminuye la producción de enzimas digestivas, retrasa el vaciado gástrico y favorece la inflamación intestinal.

Como consecuencia, muchas personas sufren de gastritis, colon irritable, estreñimiento o diarrea sin una causa orgánica clara. Priorizar el descanso, comer sin pantallas y masticar lentamente son hábitos respaldados por la ciencia para mejorar la salud digestiva.

También se ha observado que el estrés crónico altera la microbiota intestinal, lo que puede empeorar la permeabilidad del intestino y aumentar la inflamación sistémica. La falta de pausas para comer o el hábito de ingerir alimentos en medio del trabajo o frente al ordenador interfiere con la correcta secreción de jugos digestivos, afectando a la absorción de nutrientes.

Restaurar una relación saludable con la comida implica también recuperar tiempos de calidad para las comidas y reducir las interferencias tecnológicas en ese proceso.