Valter Longo.

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Nutrición

Longo, experto en longevidad: "Rejuvenecerás más de dos años tu edad biológica haciendo esta dieta 2 o 3 veces al año"

Después de años de investigación sobre la restricción calórica, este experto ha encontrado dos tipos de ayuno intermitente altamente efectivos para la salud.

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J. Rodríguez
Publicada

El ayuno era hasta hace poco una práctica más relacionada con la religión que con la ciencia. Sin embargo, los estudios científicos han demostrado en los últimos años que, si se aplican de manera segura, pueden ser buenos para la salud.

Ahora bien, es importante destacar que si estamos interesados en practicar los famosos ayunos intermitentes debemos consultar a un profesional de la salud para que no produzcan consecuencias indeseadas en nuestra salud.

El director del Instituto de la Longevidad de la Facultad de Gerontología de la Universidad de California del Sur en Estados Unidos, Valter Longo, ha defendido en múltiples ocasiones la práctica del ayuno para reducir nuestro riesgo de enfermedades.

Precisamente, en un reciente artículo para el periódico italiano Corriere della Sera el experto ha hablado de su experiencia en la investigación del ayuno y cuál es la fórmula más segura para practicarlo según la evidencia actual.

Longo recuerda en este artículo que entró en contacto con la experimentación con la restricción calórica hace ya 30 años. Su supervisor de doctorado lo estaba comenzando a aplicar en el polémico experimento Biosfera 2.

Entonces se probaron las consecuencias de reducir el consumo de calorías en un 25 % por debajo de lo habitual. Ya se había observado que la restricción calórica alargaba la vida de ratones, ratas y otras especies más que cualquier fármaco.

"Tras dos años de experimento me sorprendió ver que el grupo de participantes de Biosfera 2 era uno de los más estresados y delgados que había visto en mi vida", explica Longo. Sin embargo, la investigación de Walford continuó.

"Un exalumno suyo demostró que los monos sometidos a una dieta con calorías restringidas a lo largo de la vida vivían más y tenían menos incidencia de cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares", explica Longo en el artículo.

Nuevamente, estos monos del experimento también se mostraban delgados y estresados. Sí, "sus tasas de colesterol, glucemia, presión arterial y mortalidad por enfermedades graves eran mucho más bajas que las de los monos que comían con normalidad".

Punto medio

Eso sí, Longo dice que la diferencia de esperanza de vida era, en realidad, muy pequeña porque el estrés y la delgadez que experimentaban también les ponía en riesgo de padecer otras enfermedades mortales.

"Si bien la restricción calórica nos enseñó que muchas enfermedades podían prevenirse, también aumenta el riesgo de otras causas de muerte menos obvias, pero igual de impactantes, como las infecciones", sigue Longo.

Por esta razón, Longo comenzó a estudiar el punto en el que la restricción calórica aporta esos beneficios para la longevidad, pero no compromete la salud de las personas que se someten a ese tipo de dietas. Y encontró dos métodos.

"Hemos definido dos tipos de ayuno con alto potencial para aumentar la salud y la longevidad y con muy pocos efectos secundarios", resume Longo. El primero es la dieta que simula el ayuno y el segundo, el ayuno de 12 horas al día.

Longo explica que la dieta que simula el ayuno se hace entre dos y tres veces al año y que se trata de una dieta vegana que tiene un alto potencial para disminuir la glucemia y la grasa abdominal, sin reducir la masa muscular.

"Puede reducir la edad biológica en 2,5 años", sostiene Longo. "Al menos cuatro estudios clínicos también demuestran sus efectos en la reversión de la prediabetes y la diabetes tras realizar entre tres y 12 ciclos".

También se ha estudiado en alzhéimer, cáncer, enfermedades autoinmunes y cardiovasculares. El segundo ayuno, el de 12 horas al día, fue propuesto por el propio Longo como una manera más viable de practicar la restricción calórica.

"Este enfoque está en línea con mis observaciones de los centenarios, que normalmente mantienen ciclos de no más de 12 horas de ayuno nocturno", explica. "Por ejemplo, cenan a las ocho de la tarde y desayunan a las ocho de la mañana".