La nutricionista Julia Farré y una lata de sardinas en conserva.

La nutricionista Julia Farré y una lata de sardinas en conserva.

Nutrición

La nutricionista Farré avisa sobre las sardinas en lata: "Tienen más calcio que la leche, solo si las consumes con..."

Las sardinas en conserva esconden un truco que multiplica su contenido en calcio, según advierte la nutricionista Júlia Farré.

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Las sardinas en lata o en conserva son uno de los alimentos que no falta en la mayoría de despensas en España y que destacan por tener un alto valor nutritivo. Y es que, al igual que las sardinas frescas, se trata de un pescado azul con gran contenido de proteínas de alto valor biológico, como destacan desde la Fundación Española de Nutrición (FEN).

Fuente de proteínas, ácidos grasos monoinsaturados e insaturados, ácidos grasos omega-3, selenio, hierro, potasio, zinc, fósforo, vitaminas B12 y B6, niacina, riboflavina, vitamina D e incluso con el doble de calcio que la leche. Esto es sobre lo que ha advertido la nutricionista Júlia Farré en uno de sus vídeos recientes.

Sin embargo, ese doble aporte de calcio solo se da si las consumimos enteras y con espinas. "Si quieres unos huesos y unos dientes fuertes, como nutricionista hoy te dejo un alimento que tiene el doble de calcio que la leche", comienza afirmando en el vídeo la nutricionista, con el que pone el foco sobre un aspecto poco conocido de este alimento popular.

La experta se detiene en explicar por qué el calcio es esencial para el organismo: "En primer lugar, ayuda a formar y a mantener los huesos y los dientes. Interviene en la contracción muscular y eso incluye el latido del corazón. También es importante para la transmisión del impulso nervioso, que las neuronas puedan interaccionar y comunicarse entre ellas".

Su recomendación es clara: "Este alimento también es de origen animal y viene en conserva, pero para poder aprovechar bien todo el calcio que contiene, lo tienes que consumir con espinas".

La clave, por tanto, está en no desechar las espinas al comer este tipo de conserva: "Es un alimento que recomiendo muchísimo y son las sardinas en lata".

Solo así, dice la nutricionista, se puede obtener ese doble aporte de calcio que las convierte en una opción excelente para quienes no toman lácteos o quieren reforzar su ingesta de este mineral.

Beneficios de las sardinas en lata

Las sardinas en conserva ofrecen numerosos beneficios para la salud. Son una fuente de proteínas de alta calidad, ideales para mantener la masa muscular. También aportan hierro y vitamina B12, esenciales para prevenir la anemia, y vitamina D, crucial para el sistema inmunitario y la absorción del calcio.

Además, su precio accesible y su disponibilidad durante todo el año las convierte en una opción muy práctica para incluir en la dieta habitual. Destacan también por su versatilidad culinaria: pueden consumirse solas, en ensaladas, bocadillos, con pasta o como parte de platos calientes.

Por último, al tratarse de pescado azul pequeño, presentan una menor acumulación de metales pesados como el mercurio, lo que las convierte en una elección segura incluso para niños y mujeres embarazadas, dentro de una dieta equilibrada.

Gran fuente de omega 3 y calcio

Uno de los puntos fuertes de las sardinas en lata es su alto contenido en ácidos grasos omega-3. Estos lípidos esenciales, como el EPA y el DHA, son conocidos por sus efectos antiinflamatorios y protectores del corazón.

Esta combinación es especialmente interesante para personas mayores, mujeres en edad menopáusica o quienes siguen dietas sin leche ni derivados, ya que ayuda a prevenir la osteoporosis y otros trastornos óseos. Además, los omega-3 han demostrado tener efectos positivos en la salud cerebral, mejorando la memoria y reduciendo el riesgo de deterioro cognitivo.

En cuanto al calcio que aportan las espinas de las sardinas en conserva, es de alta biodisponibilidad, es decir, el cuerpo lo absorbe con facilidad. Esto las convierte en una alternativa eficaz para alcanzar los requerimientos diarios de este mineral, especialmente en personas con intolerancia a la lactosa.

A nivel cardiovascular, los omega-3 de las sardinas ayudan a reducir los niveles de triglicéridos, regular la presión arterial y disminuir la formación de coágulos. Todo ello contribuye a un menor riesgo de infartos y enfermedades del corazón, haciendo de este alimento un verdadero protector natural.