William Li en una de las imágenes promocionales de su libro 'Comer para curar'.

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Nutrición

Los yogures con fama de inocentes en España que el doctor Li recomienda evitar: "Incluso el más simple está procesado"

Los aditivos que se usan a veces en estos productos pueden afectar a la microbiota y dañar el intestino causando inflamación.

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Durante siglos, el yogur ha sido considerado un alimento saludable y beneficioso para el organismo. Su origen fermentado y su alto contenido en probióticos lo han convertido en un pilar de muchas dietas alrededor del mundo. Sin embargo, no todos los yogures son iguales. Según el cardiólogo y científico William Li, existe una diferencia crucial entre el yogur griego entero, mínimamente procesado, y las versiones bajas en grasa, que a menudo entran en la categoría de ultraprocesados.

El problema radica en lo que ocurre cuando se elimina la grasa natural del yogur. El doctor Li explica que, en su forma más pura, el yogur griego entero se elabora únicamente con leche y cultivos vivos, proporcionando proteína de alta calidad, bacterias beneficiosas para la microbiota intestinal y nutrientes esenciales. Sin embargo, cuando la industria busca ofrecer versiones bajas en grasa, el resultado es un producto artificialmente modificado que pierde su textura y cremosidad natural. "Incluso el yogur griego entero más simple está procesado", explica el experto.

Cómo el yogur pasa de ser saludable a ultraprocesado

Cuando se elimina la grasa de un yogur, su estructura cambia drásticamente. El producto resultante pierde consistencia, sabor y la característica sensación en boca que lo hace tan agradable. Para solucionar este problema, los fabricantes recurren a aditivos y emulsificantes, como carragenina, polisorbato 80 y otros compuestos que ayudan a devolverle la textura espesa y cremosa.

Estos aditivos, aunque aparentemente inofensivos, han comenzado a ser objeto de estudio en la comunidad científica. Investigaciones recientes sugieren que algunos de ellos podrían tener efectos negativos sobre la salud intestinal. "Como, por ejemplo, la carragenina, que en realidad proviene originalmente de las algas marinas, por lo que pensarías que sería natural. Ahora la sintetizan y se ha demostrado recientemente que causa inflamación intestinal. Si tienes suficiente inflamación intestinal, tienes intestino permeable", explica el doctor.

La inflamación intestinal y sus riesgos para la salud

El intestino permeable es una condición en la que la barrera intestinal se debilita, permitiendo el paso de toxinas y bacterias al torrente sanguíneo. Esto puede generar inflamación crónica, afectando no solo el sistema digestivo, sino también incrementando el riesgo de enfermedades autoinmunes, trastornos metabólicos e incluso problemas neurológicos.

El doctor Li advierte que el consumo habitual de productos ultraprocesados, incluidos los yogures bajos en grasa con aditivos, podría estar contribuyendo a este problema. De hecho, los emulsionantes artificiales pueden alterar la microbiota intestinal, reduciendo la diversidad de bacterias beneficiosas y favoreciendo el crecimiento de microorganismos dañinos.

El marketing engañoso de los productos "saludables"

Una de las principales trampas de la industria alimentaria es el uso de estrategias de marketing que promueven productos aparentemente saludables. La etiqueta "bajo en grasa" o "light" suele asociarse con opciones más beneficiosas para la salud, pero en el caso del yogur, esto puede ser una estrategia engañosa. Al reducir la grasa, muchas marcas incrementan la cantidad de azúcares añadidos, edulcorantes artificiales y otros compuestos para compensar la falta de sabor. En lugar de ser una opción más saludable, estos yogures pueden terminar aumentando los niveles de glucosa en sangre, afectando la saciedad y contribuyendo al desarrollo de resistencia a la insulina.

El problema es que el intestino es un ecosistema complejo donde habitan billones de bacterias esenciales para la salud. La alimentación influye directamente en este equilibrio, y los estudios han demostrado que el consumo excesivo de azúcares refinados y edulcorantes artificiales puede reducir la diversidad bacteriana y favorecer el crecimiento de cepas proinflamatorias.

De hecho, Li subraya que mantener una microbiota equilibrada es clave para fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión y regular procesos metabólicos esenciales. Optar por alimentos fermentados mínimamente procesados, como el yogur griego entero sin aditivos, puede ayudar a mantener este equilibrio y evitar el impacto negativo de los ultraprocesados.

Cómo elegir un yogur realmente saludable

Para evitar caer en las trampas del marketing y consumir un yogur verdaderamente beneficioso, el doctor recomienda leer atentamente la lista de ingredientes. Un yogur de calidad solo debería contener leche y cultivos vivos, sin necesidad de espesantes, edulcorantes artificiales o estabilizantes. Además, es importante optar por versiones enteras en lugar de bajas en grasa, ya que la grasa natural del yogur no solo aporta una textura más agradable, sino que también ayuda en la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y en la regulación del apetito.