Una frutería.

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Nutrición

Ni aguacate ni plátano: la 'superfruta' anticáncer ignorada en España que evita infecciones y es antiinflamatoria

Las frutas y verduras en general poseen potencial antiinflamatorio y anticancerígeno, pero algunas son más potentes que otras.

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Aunque existen multitud de frutas y verduras a lo largo del planeta, recientemente algunas han ido cobrando más importancia a raíz del potencial de sus componentes. Si bien es cierto que el aguacate se ha ganado una merecida fama, no es la única fruta con potencial. Existiría una fruta originaria de Centroamérica y Sudamérica cuyo potencial anticáncer ha llamado la atención: la guanábana.

Esta fruta, que se ha usado durante siglos en la medicina tradicional por su potencial protector frente a infecciones, e incluso como prevención frente al cáncer, también puede encontrarse hoy en día en otras zonas del planeta como las islas del Pacífico, África occidental y el sudeste asiático. De hecho, también se usa en forma de suplemento, como graviola.

Durante cientos de años, la medicina tradicional ha usado esta fruta verde puntiaguda, incluyendo su piel y sus hojas, con el objetivo de tratar múltiples dolencias: desde diabetes hasta infecciones y determinados tipos de cáncer. Si bien hoy poseemos más evidencia acerca de qué sustancias sirven para mejorar o paliar algunas enfermedades, la realidad es que sí tenía sentido el uso de la guanábana, y ya se ha demostrado.

Efecto anticáncer

Durante el último año, la sociedad occidental ha aumentado su interés en el uso de medicinas alternativas basadas en terapias tradicionales, y la guanábana o graviola sería un ejemplo de ello, especialmente su fruto. Si bien es cierto que será necesario realizar más estudios al respecto, ya se conocen algunos ejemplos reales del consumo de esta fruta sobre el organismo humano.

Como ejemplo, una revisión publicada en el año 2015 en el International Journal of Molecular Sciences sugirió que "entre todos los estudios anteriores sobre esta planta, las actividades más prometedoras son su actividad anticancerígena, antiparasitaria e insecticida. Las investigaciones futuras sobre las funciones bioquímicas y fisiológicas de los compuestos activos y los mecanismos detallados que subyacen a estas actividades son fundamentales para el desarrollo de productos farmacéuticos y agrícolas".

Lo que está claro a día de hoy es que la guanábana, cuyo nombre científico es Annona muricata, posee compuestos bioactivos como acetogeninas, alcaloides, flavonoides y vitaminas que otorgan beneficios para la salud, especialmente por sus efectos citotóxicos, es decir, por su potencial para matar células cancerosas. Las acetogeninas en especial se han asociado tanto al bloqueo del crecimiento del cáncer como a la prevención del mismo, como también sugirió otro estudio publicado en 2012:

"Los principales compuestos bioactivos identificados en Annona muricata han sido clasificados como acetogeninas anonáceas, que inhiben el complejo mitocondrial I, dando lugar a una disminución de la producción de ATP. En general, los compuestos presentes de forma natural en el extracto de graviola inhibieron múltiples vías de señalización que regulan el metabolismo, el ciclo celular, la supervivencia y las propiedades metastásicas de las células cancerosas".

La guanábana o graviola pertenece a la familia Annonaceae, donde también se incluyen otras frutas más conocidas en España, como la chirimoya o Annona reticulata. Ambos frutos comparten características como la pulpa blanca cremosa, y la corteza o piel poco atractiva, aunque en ambos casos se trata de frutas ricas en compuestos nutricionalmente muy interesantes.

En el caso de la guanábana en especial, una porción de 240 gramos contiene 148 kilocalorías, 7,5 gramos de fibra y 37,8 gramos de carbohidratos, de los cuales 30,5 gramos son azúcar, aunque su índice glucémico es bajo. Además, es una fruta rica en vitamina C, potasio, magnesio y antioxidantes. Su sabor, según los consumidores, se encuentra en un punto intermedio entre fresa y plátano, aunque su apariencia de lugar a pensar que se trataría de un sabor más amargo.

Aunque se ha usado ya como tratamiento complementario en pacientes con cáncer, no hay suficiente evidencia para recomendar su uso de forma generalizada. Una revisión más reciente, publicada en 2024, sugirió que el uso de la guanábana ha sido parte de la medicina tradicional porque ya se objetivó que poseía efectos anticáncer y también efectos antiinflamatorios.

Finalmente, no todo serían beneficios. Se ha sugerido que las acetogeninas presentes en la guanábana pueden llegar a ser neutóxicas y contribuir a la aparición de enfermedades neurodegenerativas, o empeorar las mismas. Sin embargo, un trabajo publicado en Molecules en 2022 especificaría que estos efectos se producirían en casos de consumo excesivo:

"Las dosis altas de acetogeninas pueden ser neurotóxicas y causar trastornos neurodegenerativos. También se cree que algunos alcaloides presentes en A. muricata afectan a las células nerviosas. Sin embargo, la investigación sobre la neurotoxicidad de la annonacina afirma que las afecciones neurodegenerativas causadas por estos compuestos surgen debido a la exposición o consumo continuos. Se necesitan más investigaciones sobre esta toxicidad y ensayos clínicos que prueben los compuestos puros para dilucidar por completo sus actividades farmacológicas y carantizar su seguridad como posible fármaco".