
Un supermercado de Mercadona y el nutricionista Fran Susín.
El nutricionista Fran Susín revela cuál es el embutido más saludable del Mercadona: "Tiene un 99% de proteína"
Tras analizar algunos de los embutidos que pueden encontrarse en Mercadona, el nutricionista ha destacado la opción con más aporte de proteínas.
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Los embutidos y fiambres son carnes procesadas presentes en prácticamente cualquier supermercado en España, aunque en la mayoría de los casos no suelen recomendarse para el consumo diario debido a su elevado contenido en grasas saturadas, sal y aditivos. Además, han sido objeto de advertencias por parte de la OMS, que los ha incluido en el grupo 1 de sustancias "carcinógenas para humanos", alertando sobre los riesgos asociados a su ingesta habitual.
El organismo aconseja reducir su consumo debido a la relación entre estos productos y un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Sin embargo, también reconoce que, dentro de esta categoría, hay opciones más recomendables que otras, por lo que es fundamental saber identificarlas al hacer la compra.
Entre los embutidos con mejor perfil nutricional destacan opciones como el jamón cocido y las pechugas de pavo o pollo, que, si bien pueden contener una cantidad elevada de sal, presentan un menor porcentaje de grasa. No obstante, es importante analizar también la presencia de aditivos y el porcentaje de proteína, factores clave para determinar la calidad del producto. En este sentido, una alternativa interesante se encuentra en Mercadona, como señala el experto en nutrición Fran Susín.
@fransusin_ Embutido recomendado en Mercadona. #fransusin #mercadona #mercadonafransusin #lacarloteña ♬ sonido original - Fran Susín ®️ DIETISTA
Susín destaca que fijarse en el porcentaje de carne indicado en el envase es fundamental para diferenciar un producto de calidad. Mientras que algunos embutidos contienen ingredientes como fécula de patata o glucosa, el nutricionista resalta una opción "interesante": la pechuguita de pollo de La Carloteña, que alcanza un 99% de carne de pollo, un indicador clave de su buen perfil nutricional.
Se trata de una alternativa alta en proteínas y baja en grasas, ideal para quienes buscan una opción más saludable. Con 26,8 g de proteína por cada 100 g, este fiambre destaca por su gran aporte proteico, mientras que su contenido en grasas es reducido, con apenas 2 g por cada 100 g, de los cuales solo 0,6 g son grasas saturadas. Además, prácticamente no contiene hidratos de carbono ni azúcares, lo que lo convierte en una opción adecuada para cualquier dieta saludable siempre que se incluya con moderación.
En qué hay que fijarse al seleccionar un embutido
Para elegir un embutido de calidad y saludable, es clave fijarse en varios aspectos antes de añadirlo al carrito de la compra. Lo primero es revisar la lista de ingredientes, ya que un buen embutido debe tener un porcentaje elevado de carne, idealmente superior al 80-90%. El problema más habitual a la hora de elegir un embutido en cualquier supermercado, es que en muchos productos del mercado la carne se sustituye parcialmente por féculas, almidones o azúcares añadidos, ingredientes que reducen su calidad nutricional y aportan calorías innecesarias.
El contenido en sal también es un factor a tener en cuenta. La Organización Mundial de la Salud recomienda no superar los 5 gramos diarios de sal y muchos embutidos pueden contener cantidades elevadas, por eso es recomendable optar por aquellos con un nivel reducido de sodio. Además, es conveniente evitar productos con potenciadores del sabor, colorantes artificiales y conservantes en exceso, ya que su presencia suele estar relacionada con un menor porcentaje de carne en el producto final.
Más allá de los ingredientes, también es importante fijarse en el aporte de proteínas. Un embutido de buena calidad debe ser una fuente proteica adecuada y no un producto repleto de aditivos y grasas innecesarias. Optar por alternativas como el jamón cocido o la pechuga de pollo con alto porcentaje de carne y sin azúcares añadidos es una opción más saludable dentro de este grupo de alimentos.
Pero aunque los embutidos pueden formar parte de la dieta, es recomendable consumirlos con moderación y siempre dentro de una alimentación equilibrada, priorizando en la medida de lo posible productos frescos y mínimamente procesados.