Un cuenco con brócoli y pasta.

Un cuenco con brócoli y pasta.

Nutrición

El 'superalimento' odiado en España que protege contra el cáncer de colon y recomienda Harvard

Un nuevo estudio publicado en la revista 'Journal of Laboratory Investigation' clarifica cómo la verdura protege contra uno de los tumores más habituales. 

12 abril, 2023 03:05

A pesar de que todas las frutas y verduras, en mayor o menor grado, han demostrado significativos beneficios para la salud en general, no todas son tan bien vistas como otras. Entre algunos ejemplos de verduras que se suelen "evitar" están las coles de Bruselas, o el brócoli, entre otras.

Sin embargo, se sabe que el brócoli en particular posee diversos beneficios para la salud, como su potencial protector cardiovascular, protección frente a la diabetes tipo 2, e incluso protección frente al cáncer. Ahora, gracias a un reciente estudio publicado en el Journal of Laboratory Investigation, se ha podido clarificar cómo el brócoli protegería frente a una patología en particular: el cáncer de colon.

En este caso, los investigadores de la Penn State University sugerirían que el brócoli contiene ciertas moléculas capaces de unirse a un receptor de superficie en las células intestinales de ratones, protegiendo el revestimiento del intestino delgado frente a enfermedades como el cáncer de colon.

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Como bien comenta Gary Perdew, presidente de H. thomas y Dorothy Willits Hallowell en la Facultad de Ciencias Agrículas de la Penn State, "todos sabemos que el brócoli es beneficioso para nosotros, pero ¿por qué? ¿Qué sucede en el organismo cuando comemos brócoli? Nuestra investigación ayudará a descubrir estos mecanismos mediante los cuales el brócoli y otros alimentos otorgan beneficios para la salud tanto en ratones como en humanos".

La pared del intestino delgado funciona como un filtro, permitiendo que el agua y los nutrientes pasen al organismo, pero evitando el paso de partículas y bacterias que podrían ser dañinas. Ciertas células que recubren el intestino, incluyendo los enterocitos, que absorben agua y nutrientes; células caliciformes, que secretan una capa protectora de moco en la pared intestinal; y las células de Paneth, que secretan lisosomas que contienen enzimas digestivas, ayudan a modular la actividad y mantener un equilibrio saludable.

Arilo de hidrocarburo

Durante este estudio, Perdew y sus colegas habrían demostrado que las moléculas del brócoli, llamadas ligandos del receptor arilo de hidrocarburo, se unen al receptor arilo de hidrocarburo (AHR), un tipo de proteína llamada factor de transcripción. Esta unión iniciaría una variedad de actividades que afectan a las funciones de las células intestinales.

Para demostrar este suceso, los investigadores alimentaron a un grupo experimental de ratones con una dieta enriquecida con un 15% de brócoli (equivalente a unos 600-700 gramos diarios en humanos), mientras que alimentaron a un grupo control de ratones con una dieta típica de laboratorio, sin brócoli. Posteriormente, analizaron los tejidos de los animales para determinar hasta qué punto se activó AHR, así como las cantidades de células presentes, concentraciones de mucosidad y otros factores.

Según sus hallazgos, los ratones que no consumieron brócoli carecían de actividad AHR, dando lugar a una función de barrera intestinal alterada, un tiempo de tránsito de alimentos reducido en el intestino delgado, una disminución en el número de células caliciformes y moco protector, una disminución en la producción de células de Paneth y lisosomas y un menor número de enterocitos.

Por ello, según afirma Perdew, se podría afirmar que "la salud intestinal de los ratones que no consumían brócoli se vio comprometida en una variedad de formas que se sabe que están asociadas con enfermedades". Su investigación sugeriría, en este caso, que el brócoli en particular puede usarse como fuente natural de ligandos AHR, aunque sospechan que otros alimentos también pueden hacer la misma función. Y las dietas ricas en estos ligandos mejorarían la salud del intestino delgado.

Como conclusión, los investigadores sugerirían que las señales dietéticas, transmitidas a través de la actividad de AHR entre otros receptores, pueden remodelar el repertorio celular y metabólico del tracto gastrointestinal.