Su sencilla elaboración y su bajo aporte calórico hacen que la tortilla francesa sea la comida perfecta.

Su sencilla elaboración y su bajo aporte calórico hacen que la tortilla francesa sea la comida perfecta. iStock

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Estas son las calorías que tiene la tortilla francesa: por qué podrías tomarla a todas horas

Esta receta es más saludable y menos calórica que su homóloga de patata y, además, es ideal para cualquier momento del día: desayuno, comida o cena.

15 agosto, 2022 03:32

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La tortilla francesa ha estado relegada a un segundo plano durante muchos años. En España, la de patatas es la reina de los menús, por lo que siempre se ha quedado como la segundona, a pesar de ser una opción mucho más saludable y tener menos calorías. Por ejemplo, la tecnóloga de alimentos y dietista-nutricionista Beatriz Robles recomienda tomarse antes una tortilla francesa que un pincho de tortilla de patatas, ya que ésta tiene más densidad calórica por la fritura y la patata.

Huevos, una pizca de sal y una pincelada de aceite bastan para elaborar una tortilla francesa. Su simplicidad invita a pensar que lleva cocinándose desde mucho tiempo atrás, pero lo cierto es que llegó de la mano de los ingleses a finales del siglo XVIII. Alexander Hunter publicó en 1806 en York el recetario Culina Famulatrix Medicinae incluyendo A French Omelette.

Ahora, gracias a la búsqueda del desayuno perfecto, los huevos batidos y dorados a la sartén que nos ofrece la omelet han conquistado el protagonismo que se merece.

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Los beneficios del huevo son múltiples. Se trata del rey de las proteínas porque tiene las de mejor calidad, las que más se parecen a las que nuestro organismo necesita. Su funcionalidad pasa por el mantenimiento de los tejidos, sobre todo de los musculares y óseos, por eso es un alimento tan valorado por los deportistas.

Hay que valorar, asimismo, su alta proporción de aminoácidos esenciales, aquellos que el cuerpo no fabrica por sí mismo y necesita obtener de los alimentos. También el ácido oleico monoinsaturado, que cuida de la salud cardiovascular y hepática.

Los huevos, además, son una fuente de colina, un nutriente esencial para el crecimiento, la fertilidad, la memoria y la estabilidad de la tensión arterial. Por otro lado, tiene todas las vitaminas a excepción de la C y un aporte considerable de fósforo y potasio.

Las calorías

Una ración mediana de tortilla de patata, un cuarto de una de tamaño normal, se estima que aporta unas 400 calorías, según El valor nutricional del aperitivoque ha editado la Fundación Española de Nutrición (FEN). Mientras, una tortilla francesa de dos huevos medianos (unos 100 gramos) suma tan sólo 190 calorías. Lo que conviene tener en cuenta es que si la combinamos con otros alimentos, ya que añadirán calorías al plato, como, por ejemplo, el pan.

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Pocas calorías y nutrientes de calidad hacen que la tortilla francesa sea una buena opción, tanto para desayunar, combinándola con algo de fruta y lácteos; como para la comida o una merienda. Por supuesto, es uno de los platos ligeros que garantiza una cena saludable y con una elaboración muy rápida.

Olvida de una vez por todas aquellas restricciones sobre el consumo de huevos que nos imponían en la infancia. Comerlos a diario no subirá tu colesterol.

La tortilla francesa perfecta

Las cosas aparentemente más sencillas, como la elaboración de la tortilla francesa, terminan por complicarse cuando buscamos un punto de excelencia. Para hacerla perfecta, con una fina capa cuajada, ligeramente dorada por fuera y con un interior jugoso, necesitaremos unos huevos de calidad. La sartén también es importante, debe ser antiadherente y con un tamaño pequeño, de unos 20 centímetros de diámetro.

Lo primero es batir con un tenedor un par de huevos en un plato hondo, dejando que espumeen ligeramente y asegurándonos que no haya partes del huevo que quedan sin mezclar. Incorporamos la sal. Calentamos la sartén a fuego fuerte, añadiendo una cucharadita de aceite. Una vez caliente, se baja el fuego al mínimo y se echan los huevos batidos, estirando bien por toda la superficie para dejar que se forme una capa fina, durante unos 30 segundos. Ayudados por una espátula, le damos forma y la doblamos, dándole la vuelta para que cuaje por el otro lado otros 30 segundos antes de retirarla.