De izquierda a derecha, Nancy Ortega, Juan Jesús Gestal, y Elvis Garcia; abajo, Quique Bassat y Carmen Álvarez Domínguez.

De izquierda a derecha, Nancy Ortega, Juan Jesús Gestal, y Elvis Garcia; abajo, Quique Bassat y Carmen Álvarez Domínguez.

Nutrición

¿Cuándo volverá a ser todo como antes?: el pesimista pronóstico de cinco investigadores españoles

Los especialistas apuntan que la vacunación debería realizarse mucho más rápido y anticipan que será difícil que la normalidad llegue antes del otoño.

2 febrero, 2021 17:03

Noticias relacionadas

Probablemente sea una de las preguntas que más nos formulemos a lo largo del día, ¿cuándo volverá a ser todo como antes? Estamos cansados de las restricciones, de que sigan muriendo injustamente personas por la COVID-19, sigan infectándose irresponsablemente algunos y otros lo hagan a pesar de ser súper cautelosos.    

Estamos hartos del SARS-CoV-2 y de lo que ha trastocado nuestra vida y sólo queremos volver a vivir como lo hacíamos en el 2019, un año en el que ni mucho menos pensábamos que nos iba a pasar algo así, ¿quién lo iba a imaginar? Por eso preguntamos a varios expertos qué es lo que opinan ellos sobre la vuelta a la vida de antes, pero más o menos todos lo tienen claro: hay que vacunar ya, con celeridad, y a cuantas más personas mejor. Todo dependerá de eso.

En un primer lugar consultamos a Elvis García, doctor en Salud pública, epidemiólogo y profesor de Harvard, quien vaticina que todo dependerá de la cantidad de vacunas disponibles y de lo que se vaya vacunando la gente.

"A día de hoy lo único que sabemos es que para finales de marzo sólo habremos vacunado a poco más de dos millones de personas en España. Con esos números es irreal pensar en vacunar a 30 millones para el verano como propone el Gobierno, a no ser que cambien las cosas (mayor disponibilidad de vacunas e inversión en infraestructura de vacunación)", sostiene. Así, y contando con que lleguen nuevas vacunas estas semanas a España, ve un escenario más realista para una relativa normalidad el próximo otoño.

Por su parte, Quique Bassat, investigador ICREA del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación "la Caixa", pediatra y epidemiólogo de formación, y experto en vacunas, insiste igualmente en que todo dependerá del ritmo de la vacunación española.

"Dijeron que estaría vacunada el 70% de la población para finales de verano. Es decir, que de 47 millones de personas que somos en España, esto implica inyectar la vacuna a 120.000 personas al día en los próximos 9 meses, y esto son muchas personas y días, a lo que habría que sumarle una segunda dosis después", sostiene el especialista.

Por esto, Bassat sostiene que, de conseguir los hitos que se han marcado desde el Gobierno "sería ago fantástico", y para mediados de año, finales de verano, se podrían relajar algunas de las medidas más estrictas, como no vernos con gente mayor o población de riesgo (porque ya estarán vacunados).

"Pero no veo ningún momento de 2021 sin mascarillas. La gente tiene más ansia de recuperar el contacto con esas personas de riesgo, sin tener esa sensación de que se les puede poner en peligro. Puede que en verano se pueda recuperar esto, sobre todo si los grupos de riesgo se han vacunado. Eso sí, las medidas de higiene han venido para quedarse un tiempo", aclara.

Mientras, la doctora Nancy Ortega, presidenta del Comité de Alergia a Medicamentos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) sostiene que vamos a tardar en recuperar la vida que teníamos antes por varios motivos.

En primer lugar, señala que hay que animar a la población a vacunarse, aunque se desconoce por el momento su efecto y si los anticuerpos que crean tendrán larga duración. "Cuando uno supera la infección de la COVID-19 sus anticuerpos duran hasta 9 meses, entonces la vacuna de la COVID-19 no se sabe si dentro de un año tendremos inmunidad, o será como la de la gripe, que es una inyección que será anual", agrega.

Pero desde luego, la doctora Ortega afirma que hasta el verano, por lo menos, permaneceremos con la vida que tenemos ahora. "Es fundamental que la población se vacune. No hay que olvidarlo. Es un medio de protección, en mayor o menor medida", insiste.

"Va para largo"

En opinión del profesor Emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela, el doctor Juan Jesús Gestal Otero, "recuperar nuestra vida normal va para largo".

"De momento con la vacuna se está protegiendo a los más vulnerables, las personas de las residencias, para evitar muertes y sobrecargar al sistema sanitario, y al personal sanitario con mayor relación con la COVID-19, para evitar que se infecten y tengan que causar baja, evitando que el sistema sanitario se colapse por falta de personal", indica.

Más adelante, y a medida que nos vaya llegando vacuna y se vaya vacunando a más población, dice que comenzará el virus a tener dificultades para circular, al ser cada vez menor el número de susceptibles, y cuando alcancemos ese 60% de población vacunada, ya lo tendrá "muy difícil" y llegará un momento en el que deje de circular.

"Entonces tendremos controlada la pandemia en nuestro país, y se podrán relajar muchas medidas de prevención. Pero en tanto no se controle a nivel mundial tendremos que mantener ciertas alertas", recuerda el experto.

Según resalta, la rapidez con la que esto se vaya a producir depende de que nos llegue pronto la vacuna y de que se organicen equipos suficientes de vacunación. "En 1996-1997 vacunamos en Galicia frente al meningococo C a 516.000 niños y jóvenes de 18 meses a 19 años, y nos llevó dos meses con los recursos que teníamos, lo que supondría que necesitaríamos 10 meses para vacunar a toda la población de Galicia. Si queremos hacerlo en menos tiempo, para antes del verano, tenemos que aumentar mucho, casi duplicar los recursos, y aumentar también los tiempos en los que se vacuna", sentencia.

Mientras, la profesora Carmen Álvarez-Domínguez, investigadora en Inmunoterapia de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), e inmunóloga, valora que todo dependerá del ritmo de vacunación de la población, por lo que calcula que para finales de año podremos hacer vida normal (aunque con mascarilla, claro).