Francisco Javier Doblas, en el Barcelona Supercomputing Center.

Francisco Javier Doblas, en el Barcelona Supercomputing Center. BSC

Meteorología

Francisco Doblas, experto en clima de la ONU: "La misma dana hubiera producido un 20% menos de lluvias hace décadas"

"Atribuir al cambio climático un evento completo es un error" / "No estamos preparados para las danas del futuro" / "Ningún modelo puede predecir la cantidad de precipitación que cayó con la dana" / "Los ayuntamientos son clave para adaptarnos al cambio climático"

Más información: Un sistema convectivo "catastrófico", la orografía y el calentamiento global: los 3 factores tras la DANA del siglo

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Las claves

Francisco Doblas, experto en clima de la ONU, señala que una dana similar a la reciente en Valencia habría causado un 20% menos de lluvias hace décadas.

Doblas destaca que los modelos climáticos actuales pueden predecir una dana con cuatro días de antelación, pero es imposible determinar con precisión la cantidad de agua que caerá.

El aumento de precipitaciones en eventos como la dana se asocia al cambio climático, aunque no se debe atribuir el fenómeno en su totalidad al mismo.

Doblas advierte que es crucial prepararse para eventos climáticos futuros más intensos, ya que los sistemas actuales pueden no ser capaces de gestionarlos.

Con los modelos actuales se puede predecir una dana con cuatro días de antelación pero es imposible saber cuánta agua caerá. Pero, como dice Francisco Javier Doblas, si vamos a 250 km/h y hay un objeto en la carretera no vamos a esperar a ver bien su tamaño para disminuir la velocidad.

Doblas es director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center y profesor ICREA, además de una de las voces más autorizadas sobre modelos de predicción del clima.

No en vano, es uno de los expertos que ha liderado los últimos informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU.

Un año después de la trágica dana que arrasó Valencia y dejó más de 200 muertos, Doblas recuerda cómo los modelos climáticos ya advirtieron con días de antelación que se avecinaba un fenómeno excepcional.

También advierte que no se puede vincular la dana directamente con el cambio climático pero sí la cantidad de precipitación: hace más de medio siglo, un evento de estas características hubiera descargado hasta un 20% menos de lluvia.

Por eso, recalca que hay que prepararse para lo que se viene. Si los modelos dicen que hoy cae más agua que ayer, también alertan de que mañana caerá más que hoy. Y no estamos listos para afrontarlo.

¿Qué recuerdos te traen esos días?

Recuerdo que, al mirar las predicciones de otros centros meteorológicos (Météo-France, el Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo, Reino Unido…), todos indicaban que habría una cantidad de precipitación excepcional.

Ninguno de ellos predecía la cantidad que se registró finalmente porque, con la resolución que tienen, no pueden hacer este tipo de cosas. Pero sí se sabía que era una situación excepcional.

Los estudios de atribución asocian la intensidad de esta dana con el cambio climático. ¿Qué la ha diferenciado de otras?

Atribuir un evento completo al cambio climático siempre es un error. Nunca se puede atribuir un fenómeno específico al cambio climático. Se pueden atribuir una serie de características, como puede ser la intensidad o el hecho de que ocurra con una mayor amplitud, que dure más… Pero no el hecho de que ocurra, porque siempre ha habido danas.

Lo que sí sabemos es que hay determinados aspectos de este tipo de fenómenos [que pueden asociarse al cambio climático]. Lo de Valencia fue una tormenta asociada a una dana: por sí misma, la dana no produce precipitaciones ni todas tienen una tormenta asociada de esa intensidad. Sabemos que, debido al cambio climático, la precipitación es más intensa.

Hemos hecho experimentos con modelos climáticos, con la misma situación de la dana (vientos, tormenta, etc.) pero dejamos que el modelo produzca su propia temperatura y humedad.

Le decimos "ahora estamos en 1950", y el modelo produce una cantidad de precipitación y una temperatura para una situación similar a esa época, cuando había un 25-30% menos de gases de efecto invernadero. Luego reproduce la misma situación para el contexto actual y para el contexto de 2050.

Lo de elegir 1950 es importante porque el sistema hidráulico de la zona afectada se diseñó en los años 50, y es importante saber qué información tenía disponible la gente que desarrolló el sistema hidráulico de desagüe.

Con ese tipo de experimento vemos que, exactamente el mismo fenómeno que ha ocurrido ahora, en comparación con cómo hubiera sido en 1950, produce entre un 15 y un 20% más de precipitación. No parece mucho pero es lo que puede determinar que estos sistemas, diseñados para un nivel de precipitación inferior, directamente no sean capaces de gestionarla.

Por eso, la información sobre el futuro, las características del clima que nos vamos a encontrar dentro de 10 o 20 años, es tan importante, para poder diseñar los sistemas de construcción e ingeniería civil adaptados a ese momento. Porque, si no, esa ingeniería civil no será capaz de gestionar los eventos extremos que se produzcan dentro de una, dos o tres décadas.

La zona afectada se sabía que es inundable y se construyó en ella durante décadas.

No estamos preparados para el futuro. Si las danas van a seguir ocurriendo y cada diez, veinte o treinta años van a tener una precipitación más intensa, serán más grandes.

Existen ahora mismo, por lo menos es una obligación por la implementación de la normativa europea, la formulación de planes de adaptación, de evaluación de riesgos asociados al cambio climático. Lo que hay que hacer es ejecutar esos planes: no tener en cuenta estos planes implica grandes pérdidas.

¿Hemos avanzado algo para adaptarnos o mitigar el impacto de estos eventos?

En esta zona no te sé decir. En Barcelona tenemos zonas afectadas por situaciones similares, quizá no con esa cantidad de precipitación pero sí intensas, y se avanza muy lentamente.

Pese al riesgo, se sigue construyendo en primera línea de playa y zonas inundables, no hay planes para liberar esas zonas y dejar sitio para el agua.

No es tanto una cuestión de que falte información, sino de implementar soluciones. No son fáciles, no digo que el mundo político no esté haciendo nada, son situaciones muy complejas.

Aemet vivió muchas críticas por no predecir la cantidad de agua que caería.

No hay ningún modelo en el mundo capaz de predecir esa cantidad de precipitación en una zona. No existe porque no se les da a las instituciones los recursos necesarios para tener herramientas que puedan predecir este tipo de volumen.

Lo que sí sabemos es que, cuando un modelo como el que utiliza Aemet u otros en Europa (son prácticamente el mismo) nos dice que caerán 200 o 300 litros, el aviso tiene que ser inmediato y muy serio porque no quiere decir que vaya a caer una cantidad concreta sino que nos está alertando de que algo excepcional va a pasar.

No hay que esperar a que diga que van a caer 600 litros para tomar esa medida. Cuando uno va a 250 km/h por la autopista, si ves un objeto en la distancia no vas a esperar a estar a 100 metros para tomar medidas, empiezas a frenar directamente.

Las decisiones no se toman en función de los valores absolutos sino del conocimiento que los expertos tienen sobre lo que significa ese valor, y las predicciones de Aemet, Météo-France o el servicio meteorológico británico, todas alertaban de que la situación iba a ser excepcional.

¿Con cuánto tiempo se pueden anticipar estos fenómenos? 

La dana como tal, que es una estructura de bajas presiones del tamaño de la Península Ibérica o más grande, con cuatro días de antelación ya se sabía que iba a haberla. Hay tuits que lo prueban, meteorólogos de Aemet ya lo estaban avisando.

No se sabe, con cuatro días de antelación, si va a producir precipitación intensa, qué tipo de precipitación va a ser… Hay que esperar a unas 12 horas antes de que ocurra el fenómeno para poder tener una información fiable y de mucha calidad, que realmente se tiene.

¿Ese tiempo es suficiente?

Es suficiente para decirle a la gente que suba al primer piso y quite el coche del medio, como mínimo.

¿Cuál es la probabilidad de que pueda ocurrir otro evento extremo en el corto plazo? 

Esa probabilidad no se sabe porque un evento de este tipo solo hemos tenido uno. Esto hay que enfocarlo desde un punto de vista diferente: nadie se espera a tener la probabilidad de que vaya a ocurrir un terremoto la semana que viene para saber que tiene que construir su casa a prueba de terremotos en una zona sísmica.

Sabes que va a ocurrir: va a tardar un año, cinco o quince, pero lo sabes. Entonces, la probabilidad, desde ese punto de vista te da igual, porque lo que no quieres es que, el día que ocurra, te pille sin preparación.

¿Cómo se transmite a la ciudadanía esa certidumbre de que estos fenómenos van a ocurrir y, a la vez, la incertidumbre de no saber cuándo?

Tendrían que responder mis compañeros que se dedican a las ciencias sociales y cuáles son los mecanismos de comunicación en casos de desastre natural.

Lo que sí te puedo decir es que la información que uno obtiene a partir de una predicción meteorológica que detecta una probabilidad muy alta de que un fenómeno extremo vaya a ocurrir, esa comunicación es muy diferente a la que hay que ofrecer en sistemas que nos informan cuáles son los tipos de fenómenos que nos podemos encontrar en diez o veinte años.

Pero es importante explicar a la ciudadanía que estos dos elementos son importantes, porque necesitan prepararse para lo que vaya a ocurrir mañana pero también para lo que ocurrirá dentro de 10 o 20 años.

¿Qué es lo primero que el ciudadano debe exigir a las administraciones para evitar una tragedia de este tipo?

Hay muchas cosas que se pueden hacer y las administraciones ya hacen cosas y utilizan parte de la información que generamos.

Quizá, tener mayor sensibilidad a la información disponible, implicarse mucho más en la generación de esta información, tanto en las predicciones meteorológicas como en la adaptación para el cambio climático. Sería muy útil hacer campañas de información a la ciudadanía, que es algo que nosotros no podemos hacer, no tenemos las competencias ni la experiencia.

Hay que apoyar a los ayuntamientos, son un elemento clave a la hora de implantar los mecanismos de adaptación, que muchas veces tienen dificultades para entender la información que vamos generando.

Proporcionar información a aquellos que tienen que tomar las decisiones es un elemento clave, una labor que va a llevar mucho tiempo y, cuanto antes nos pongamos a ello, mejor nos irá.