Trabajadores retiran los peces muertos del Mar Menor.

Trabajadores retiran los peces muertos del Mar Menor. EFE

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El Mar Menor se muere: las 4 claves tras el desastre de la laguna salada más grande de Europa

El mal estado del enclave murciano ha vuelto a dejar sin oxígeno a miles de peces, crustáceos y moluscos que habitan sus aguas.

25 agosto, 2021 02:26

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El mal olor y la turbidez del agua vuelven a invadir la laguna del Mar Menor. La albufera lleva vomitando toneladas de peces muertos desde hace más de siete días y las imágenes de los operarios de Medio Ambiente retirando los cadáveres recuerdan al episodio de anoxia que tuvo lugar en 2019, cuando se recogieron tres toneladas de animales muertos en las orillas.

El Mar Menor es la mayor laguna salada litoral con la que cuenta España. Situada en la Región de Murcia, acoge una gran variedad de biodiversidad que le ha conferido protección nacional e internacional. Entre otros, forma parte de la Lista de Humedales de Importancia Internacional creada por el Convenio de Ramsar, o también de la Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo del Convenio de Barcelona. Y es que la laguna es una zona estratégica para la nidificación, migración e invernada de muchas especies de aves acuáticas y marinas protegidas, y algunas amenazadas de extinción. 

Una protección legal que -parece- ha servido de poco, porque desde hace décadas, sufre un proceso de eutrofización o exceso de nutrientes que han colocado a la albufera al borde de la asfixia en varias ocasiones. 

¿Qué está ocurriendo estos días en el Mar Menor?

El mal estado de la laguna del Mar Menor se ha traducido en la aparición de hasta cinco toneladas de peces, crustáceos y moluscos muertos en solo una semana. Día a día, sus aguas reciben toneladas de nitratos, unos químicos que proceden, sobre todo, de la agricultura intensiva. Lo que ha ocurrido esta semana es que esa eutrofización o exceso de nutrientes de la albufera ha acabado formando una bolsa con poco oxígeno (anóxica) en la laguna salada, que a su vez ha derivado en una elevada mortandad de fauna local, mal olor y turbidez del agua. Al menos esta es la tesis que cobra más peso entre los científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), donde investigan este nuevo episodio en la albufera murciana.

Como indica el Colegio Oficial de Biólogos de la Región de Murcia (COBRM) en un comunicado, en época estival, además, el aumento de las temperaturas favorecen la aparición de organismos que aprovechan los fertilizantes procedentes de la agricultura. Esta biomasa se descompone y crea zonas poco iluminadas en los fondos, donde estos organismos y otros proliferan y roban el oxígeno disponible en el agua. Este episodio acaba generando zonas hipóxicas (de disminución de oxígeno) e incluso anóxicas (una desaparición casi total de oxígeno). Juan Manuel Ruiz, profesor de investigación del IEO-CSIC, apunta que "esto se está produciendo además en un volumen de agua muy grande, por eso una gran cantidad de peces migra en todas direcciones en busca de oxígeno y acaba en las orillas".

Además, esa descomposición de los microorganismos genera también otras sustancias tóxicas como el sulfhídrico que, en altas concentraciones, son nocivos para la fauna de la laguna y pueden provocar episodios de mortandad como los que se llevan observando estos días en el Mar Menor.

¿Qué ha llevado al Mar Menor a este estado?

La degradación ambiental del Mar Menor viene desde hace décadas. Desde los años 80, las hectáreas dedicadas a actividades humanas como la agricultura intensiva no han dejado de crecer. Tanto que, como apuntan desde el COBRM, a finales de los 90, "las concentraciones de nitrato eran ya diez veces más altas, especialmente durante la primavera y el verano". Químicos que acababan vertiéndose al Mar Menor "fundamentalmente por la rambla del Albujón".

La situación alcanzó su cúlmen en el año de 2016 con la denominada sopa verde, cuando las aguas se volvieron turbias y tornaron a ese color a consecuencia de la cantidad de materia orgánica que se descomponía en el fondo del Mar Menor. Desde entonces, las soluciones seguían sin llegar y fue en octubre de 2019 cuando saltaron las alarmas: hasta tres toneladas de peces, crustáceos y moluscos aparecieron muertos en las orillas por falta de oxígeno. En esta ocasión, el agua dulce que entró en el mar por la DANA empeoró el proceso de eutrofización. Lo que ocurrió es que se formó una capa superior de baja salinidad y una inferior de salinidad más alta (estratificación). Esas dos capas no se mezclaban, de forma que el oxígeno se agotó por completo y acabó matando a todos los organismos encerrados en esa masa de agua. 

Para Ruiz, todos estos episodios que han tenido lugar los últimos años en el Mar Menor no se deben cuantificar: "la severidad del fenómeno es tan alta que todos estamos siendo testigos de lo que está ocurriendo".

¿Qué actividades humanas están implicadas en el vertido de nutrientes?

La comunidad científica señala al factor antropogénico como el culpable del empeoramiento del Mar Menor. Como explica Ruiz, los vertidos llegan al mar de tres maneras. La agricultura lo que hace es aportar materia orgánica y fertilizantes a los campos de cultivo que van drenando hacia el agua subterránea del acuífero y que acaba desembocando en la albufera. Aunque también, cuando se dan lluvias torrenciales, "en el caso del Mar Menor, arrastra básicamente sedimentos procedentes en su mayoría de parcelas agrícolas con unos altos contenidos en materia orgánica, nitrógeno y fósforo". Todo eso, añade Ruiz, "va a parar a la laguna, aparte de pesticidas, herbicidas, etcétera".

El experto apunta, además, que las poblaciones urbanas también tienen un gran peso. "Si bien antes, en los años 80, se vertía directamente al mar, ahora ya son las depuradoras", y subraya que "toda la infraestructura de aguas residuales en todas las ciudades del Mar Menor, incluida La Manga, está infradimensionada, y cuando llueve -que en estas zonas áridas lo hace de manera torrencial- todos los sistemas de transporte de aguas residuales se saturan y rebosan por las alcantarillas, y todo eso va a parar al mar". Aguas cargadas, además, de todo tipo de contaminantes.

¿Qué soluciones existen?

Los biólogos contemplan que esta crisis eutrófica por la que atraviesa el Mar Menor tiene como única solución la reducción de una parte importante de la agricultura intensiva, empezando por los regadíos ilegales, bien sea transformándolos en modelos alternativos sostenibles o, directamente, finalizando su actividad, sobre todo en la zona cercana al mar.  Subrayan que "no hacerlo conducirá, irremediablemente, a una mayor degradación del Mar Menor y, por extensión, del Mediterráneo cercano, donde ya se observan episodios puntuales de eutrofización en algunos puntos del parque regional de Calblanque". Aguas que "continuarán contaminándose si no dejan de vertirse nutrientes". 

El profesor Ruiz coincide en que lo único que se puede hacer es llevar a cabo soluciones en origen, ir a donde se está produciendo ese aporte de materia orgánica. Es decir, la solución está, asegura el experto, en "la regulación de esas actividades que provocan el exceso de nutrientes en la laguna y su limitación, ya sea la agricultura, la invasión de las ramblas por todo tipo de estructuras o la infradimensión de la gestión de aguas residuales". En su opinión, "es ahí donde hay que actuar".

De momento, se han clausurado siete playas y tanto el personal de Medioambiente como los Brigadas Forestales trabajan a destajo para retirar los animales muertos de las orillas del Mar Menor.

Operarios retiran del mar los peces muertos.

Operarios retiran del mar los peces muertos. EFE

Mientras, la guerra política continúa. El presidente del Gobierno murciano, Fernando López Miras, solicitó esta semana al Ejecutivo central las competencias en Costas y de la cuenca vertiente de la laguna para actuar de urgencia en el acuífero y en las ramblas. "Queremos recuperar el Mar Menor, pero llevamos tres años pidiendo al Gobierno central que ejecute el Proyecto Vertido Cero y lamentando que no se mueva un dedo al respecto", critica López Miras. Además, ha anunciado la elaboración exprés de un Decreto Ley para prohibir la entrada de nutrientes por la rambla del Albujón que vierte a la albufera 30 millones de litros de agua dulce y 5 toneladas de nutrientes diarios. 

Por su parte, la portavoz del Gobierno central, Isabel Rodríguez, recalcó este martes en rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros que lo que se está viviendo en el Mar Menor "es un auténtico drama", pero que "no es cosa de un día ni de un fin de semana. Esto es la consecuencia de muchos años de inacción y de permisibilidad -por parte del gobierno de Murcia- de actividades que dañan el medioambiente".

Asimismo, informa de que hay 8.000 hectáreas de agricultura ilegal en la zona, un uso excesivo de vertidos de nitratos y se han abierto 800 expedientes tanto por el Seprona como por la Fiscalía "que no están siendo tramitados por el ejecutivo regional". Por tanto, lo ocurrido en la albufera murciana es el resultado, asegura la portavoz, de "una dejación del ejercicio de competencias que tiene encomendadas el gobierno de Murcia".